Las esperanzas de los republicanos de derogar y sustituir Obamacare se aguaron el lunes después de que otros dos senadores de la formación rompieran filas, negándose a apoyar el último plan trazado por la dirección del partido para reemplazar la reforma sanitaria de Barack Obama.
Después de que la Cámara de Representantes aprobara a duras penas una reforma sanitaria conservadora en mayo, el líder rebuplicano en el Senado, Mitch McConnell, ha intentado en vano sacar adelante la ley. Tras diversos retrasos y modificaciones, el senador por Kentucky tuvo que admitir la derrota esta semana ante la evidente falta de cuórum.
“A mi pesar, es evidente ahora que el esfuerzo para derogar e inmediatamente sustituir Obamacare no tendrá éxito”, señaló McConnell. Pero, lejos de tirar la toalla, el dirigente republicano anunció que intentaría una nueva maniobra: derogar Obamacare sin un plan B y establecer un periodo de transición de dos años para diseñar una alternativa.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que ha presionado a sus legisladores para cumplir su promesa electoral de echar abajo la reforma de su antecesor, ha defendido la misma estrategia. “Los republicanos deberían simplemente DEROGAR Obamacare ahora y trabajar en un nuevo plan sanitario desde cero. ¡Los demócratas se unirán!”, tuiteó el lunes el mandatario, si bien este martes ha sugerido que los republicanos podrían dejar caer la reforma demócrata por su propio peso para luego trabajar en una nueva norma.
No es la primera vez que los republicanos intentan derogar Obamacare sin ofrecer soluciones. Al informar de sus intenciones, de hecho, McConnell se refirió a una ley de derogación aprobada por el Senado en 2015 que terminaría en el escritorio de Obama a principios de 2016 y éste vetaría -claro que la medida era más bien un gesto simbólico, dado que la Casa Blanca era territorio demócrata-.
¿Qué pasaría entonces si los republicanos derogasen la ley sin un plan B? McConnell ha afirmado que de ser derogada se impondría una moratoria de dos años para tener tiempo de consensuar un reemplazo. Pero, si se produjera un corte inmediato, el número de personas sin cobertura médica se multiplicaría por millones y el déficit y las primas de los seguros aumentarían.
Hace dos veranos, cuando Trump ya aspiraba oficialmente a la Casa Blanca, la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO, por sus siglas en inglés) -organismo no partidista que evalúa el impacto de las propuestas legislativas- publicó un análisis sobre la posibles consecuencias de derogar Obamacare.
El ente estimaba que el número de personas sin seguro aumentaría en 19 millones al año siguiente y que el déficit subiría 137.000 millones y a partir de 2025 crecería en cantidades cada vez mayores. Meses más tarde el Congreso, controlado por los republicanos, aprobaba su plan para derogar Obamacare a sabiendas de que el presidente lo frenaría.
A petición de los demócratas, el pasado enero la CBO divulgó otro análisis basado en el plan republicano de 2015 vetado por Obama. El plan eliminaba los subsidios proporcionados por Obamacare para contratar cobertura médica, la expansión del programa público Medicaid y la obligación de mantener un seguro médico bajo amenaza de sanción, pero mantenía la prohibición a las aseguradoras de discriminar en base a condiciones médicas preexistentes del cliente.
Según los cálculos de la CBO, el año siguiente a la aprobación de la medida habría 18 millones de personas sin seguro más en EEUU y 32 millones en 2026. Las primas, por su parte, subirían un 20%-25% y su precio se duplicaría en una década.
Nuevos obstáculos
El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, denunció entonces que las predicciones no tenían en cuenta la posibilidad de que la derogación viniera acompañada de una nueva reforma u otras acciones potenciales de la administración entrante.
Los pronósticos sobre el impacto de las propuestas republicanas presentadas en los últimos meses, sin embargo, apuntan también a la pérdida de cobertura sanitaria para millones de estadounidenses, lo que ha generado la indignación de grupos como la Asociación Médica Estadounidense (AMA). La última propuesta de los líderes republicanos en el Senado abría la puerta a que las aseguradoras comercializaran pólizas por debajo de los estándares establecidos por Obamacare siempre que ofrecieran una alternativa que sí los cumpliera.
La estrategia apoyada por Trump y McConnell ya se ha topado con obstáculos. Tres senadores ya han aclarado que no les convence la idea de derogar Obamacare sin tener antes una propuesta legislativa propia.
“No me parece que sea constructivo derogar una ley que está tan enraizada en nuestro sistema sanitario sin tener un plan para sustituirla. No podemos limitarnos a confiar en que aprobaremos un reemplazo en dos años”, ha señalado la senadora republicana por Maine Susan Collins.
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