Desde un teatro y ante las cámaras los vecinos de Charlottesville han rendido homenaje este miércoles a la joven asesinada el fin de semana en la localidad virginiana cuando protestaba contra una marcha racista, tragedia de la que el presidente de EEUU ha culpado a “ambos bandos”.
“Esto podría ser una tormenta en un vaso de agua y podría no servir para nada”, ha afirmado Susan Bro, la madre de la víctima, sobre la muerte de su hija. “[Pero] quiero que esto se extienda, no quiero que esto muera”.
“Intentaron matar a mi hija para acallarla, ¿pues sabes qué?: la han magnificado”, ha sentenciado, despertando el aplauso entre los presentes.
Heather Heyer, de 32 años, perdió la vida después de que un vehículo arremetiera contra un grupo de manifestantes que alzaba la voz contra los ultraderechistas y supremacistas blancos congregados en Charlottesville para denunciar la retirada de la estatua del general confederado Robert E. Lee.
Días después su familia y amigos han reclamado que la sociedad estadounidense se una y renuncie al odio siguiendo el mensaje de Heyer. No ha habido menciones a Donald Trump, el elefante en la sala del teatro Paramount de Charlottesville. Sin embargo, la presión al mandatario crece dentro y fuera de EEUU por su respuesta al ataque.
Tras una vaga condena inicial y una posterior crítica abierta a los grupos racistas -que le granjeó el agradecimiento de la madre de Heyer- Trump volvió a culpar sorpresivamente el martes a “ambos bandos” de la violencia. “No todas esas personas eran neonazis, creedme”, aseguró desde la neoyorquina Torre Trump en lo que, según fuentes de la Casa Blanca citadas por la prensa estadounidense, fueron declaraciones improvisadas.
Figuras clave de su partido lo han reprendido mientras que magnates del mundo empresarial han huido en desbandada del seísmo desatado por el gobernante.
Mitch McConnell, el líder conservador en el Senado, ha emitido un comunicado este miércoles cargando contra grupos racistas. “No podemos tener tolerancia con una ideología de odio racial. No hay bien alguno en los neonazis y quien defienda sus ideas no apoya los ideales y libertades estadounidenses”, lee. Anteriormente, el presidente de la Cámara de Representantes había tachado el supremacismo blanco de “repulsivo”.
Los expresidentes George Bush y George W. Bush, por su parte, han rechazado “la intolerancia racial, el antisemitismo y el odio en todas sus formas”. Y en Reino Unido la primera ministra, Theresa May, ha aseverado que no existe “equivalencia entre aquellos que postulan ideas fascistas y los que se oponen a ellas”.
Mientras tanto, Trump se ha visto obligado a desmantelar dos órganos que lo asesoraban en materia económica después de que varios ejecutivos del mundo empresarial renunciaran a aconsejarlo a raíz de la crisis de Charlottesville.
“El racismo y el asesinato son inequívocamente reprobables y no son moralmente equiparables a ninguna otra cosa que haya ocurrido en Charlottesville. Creo que el presidente no ha debido -y no debe- ser ambiguo en esta cuestión”, ha señalado la CEO de la compañía alimentaria Campell's al abandonar el Consejo sobre Manufacturas creado por Trump.
Trump se ha visto en apuros antes por su tibieza hacia la ultraderecha en EEUU. Durante la campaña electoral rehusó inicialmente a rechazar el apoyo del antiguo gran mago del Ku Klux Klan David Duke. Asimismo, nombró estratega jefe de la Casa Blanca a Steve Bannon, exejecutivo de la web de noticias Breitbart News, descrita por el propio Bannon como una plataforma para la ultraderecha.
“Gracias Presidente Trump por tu honestidad y valor al decir la verdad sobre Charlottesville y condenar a los terroristas de izquierda en BLM [el movimiento contra la violencia policial hacia los negros Black Lives Matter] y Antifa [grupo antifascista]”, celebró Duke en Twitter tras la rueda de prensa del mandatario.
Noticias relacionadas
- Trump elimina sus consejos empresariales tras la ola de deserciones
- Baltimore retira monumentos confederados sin previo aviso y en mitad de la noche
- Trump insinúa que podría prescindir de Bannon, uno de sus principales asesores
- Trump responsabiliza de lo ocurrido en Virginia a supremacistas e izquierda
- Derriban en Carolina del Norte otra estatua símbolo de la confederación