Dos años después de convertir a Donald Trump en el hombre más poderoso del planeta, los Estados Unidos vuelven a las urnas con un horizonte plagado de incógnitas para ambos partidos. Las ‘midterm elections’, denominadas así por celebrarse en el ecuador del mandato del presidente, no sólo suponen un plebiscito indirecto sobre el apoyo que el país otorga al magnate. El resultado condicionará el margen de maniobra de la Casa Blanca en los próximos 24 meses y podría llevar a Trump incluso a las puertas de un impeachment o juicio político por parte del Senado.
Los procesos legislativos como el de este martes se organizan cada dos años para elegir a los miembros de las dos cámaras del Congreso. Los últimos tuvieron lugar en 2016, coincidiendo con las presidenciales. En cada votación se decide la composición íntegra de la Cámara de Representantes y se renueva aproximadamente un tercio de los cien miembros de su Senado.
Aunque las encuestas parecen vislumbrar una victoria demócrata en al menos en una de las cámaras, lo cierto es que en las últimas horas Trump se está empleando a fondo en movilizar el voto conservador elevando su retórica, aventurando una invasión de inmigrantes ilegales y un empeoramiento de la situación económica si los republicanos no obtienen el respaldo en estos comicios. Con esta situación, ningún escenario está completamente descartado. Aquí esbozamos algunas claves para comprender qué ocurrirá este martes en EEUU.
1. ¿Qué se vota?
Aunque se trata principalmente de unas elecciones federales legislativas, se votarán muchas otras cuestiones a escala menor, como los gobernadores de 36 estados y territorios estadounidenses, numerosas alcaldías, puestos de jueces, fiscales e inclusos propuestas normativas locales sobre las que los ciudadanos podrán posicionarse directamente. Cada estado tiene sus particularidades. No obstante, la atención nacional e internacional estará puesta sobre en cómo quedará el Congreso, uno de los contrapoderes de la Casa Blanca, capaz de limitar la acción ejecutiva de Trump.
Los republicanos mandan actualmente en ambas cámaras. En la Casa de Representantes, que dispone de 435 asientos, tienen una mayoría de 235 contra 193, sin contar con siete escaños vacantes. Todos ellos pasarán por las urnas. En el Senado, la diferencia es menor, de 51 a 49. En este caso, sólo se reeligen 35 de los 100 puestos. De los senadores que deben ser renovados, nueve son republicanos, por lo que los conservadores se juegan menos en esta cita.
2. ¿Qué dicen las encuestas?
Los últimos sondeos coinciden en señalar que los demócratas tienen posibilidades de hacerse con el control de la Cámara de Representantes, mientras que los republicanos mantendrían el Senado. Una encuesta de ABC News y The Washington Post publicada este domingo apunta a que el 52 por ciento de los entrevistados votaría a un demócrata antes que a un republicano en términos generales, mientras que sólo el 44% antepondría a un conservador.
Otro sondeo de NBC News y Wall Street Journal arroja un resultado parecido, con 50 por ciento de los potenciales votantes más proclives a un Congreso en manos demócratas, frente a un 43 por ciento a favor de los republicanos.
Las proyecciones del portal FiveThirtyEight coinciden en que los demócratas tienen una probabilidad del 85 por ciento de tomar el control de la Cámara de Representantes, el mismo porcentaje que el Partido Republicano de conservar el Senado.
No obstante, las encuestas a escala nacional no son siempre una guía completamente fiable, puesto que las batallas se producen por estados e incluso por distritos. Lo que sí es una señal que se debe tener en cuenta es la cantidad récord de dinero que el Partido Demócrata ha recaudado para esta campaña. Los analistas coinciden en subrayar que puede indicar la llegada de una “ola azul” que cambie el panorama político estadounidense.
3. ¿Por qué son tan importantes estas elecciones?
Aunque cada ‘midterms’ es relevante, puesto que supone un plebiscito para el presidente de turno, la participación suele rondar sólo el 40 por ciento, bastante menor que en las presidenciales, con las que se alcanza entre un 50 y un 60 por ciento. No obstante, la polarización que vive EEUU tras dos años de administración Trump y el fuerte rechazo que genera el presidente entre los votantes demócratas puede disparar los registros.
La importancia de esta cita no estriba sólo en que el resultado pueda condicionar el resto del mandato. Hay más en juego. Se celebran elecciones a 35 gobiernos estatales y territoriales, que serán cruciales para las presidenciales 2020, ya que entre sus competencias está el rediseño de los distritos electorales. Estos mapas son un factor clave a la hora de atribuir los votos en cada comicio, lo que puede acabar beneficiando a uno u otro partido, en función de cómo se dibujen.
En cuanto a las cámaras legislativas, ambas en manos republicanas ahora, un cambio de fuerzas podría limitar el poder de Trump e incluso complicarle el resto de su mandato alentando comisiones de investigación sobre su relación con la trama rusa o la ocultación de sus declaraciones de impuestos. Sin mencionar que una Casa de Representantes demócrata podría abrir un proceso de impeachment o destitución presidencial.
4. ¿Realmente podría haber impeachment?
Para abrir un juicio político al presidente, la Cámara de Representantes debe iniciar el proceso. Si los demócratas tienen mayoría aquí, podrían presentar cargos contra el presidente. No obstante, el juicio se celebraría en el Senado, donde para destituirlo sería necesario contar con dos tercios de los votos, lo que haría necesario el concurso de los republicanos.
Los demócratas podrían dar ese paso si la investigación del fiscal especial Robert Mueller arroja alguna conclusión que conecte a Trump con los intentos del gobierno ruso por manipular las presidenciales de 2016. Para llegar a este escenario, deberían acusar al magnate de delitos graves como traición, soborno u obstrucción a la justicia.
5. ¿Y si demócratas ganan el Senado y la Cámara?
Aunque lo tienen difícil, según las encuestas, en el hipotético caso de que los demócratas se hagan también con la mayoría en el Senado, esto podría bloquear buena parte de la acción de la Casa Blanca, ya que esta cámara es la encargada de ratificar los nombramientos del presidente para el Tribunal Supremo o su propio gabinete. Los demócratas se harían con la capacidad legislativa del país, pero a Trump le quedaría la opción del veto, llevando al país a una situación de parálisis que ya se vivió en la administración Obama.
6. ¿Dónde están las batallas clave?
Trump se hizo con el Medio Oeste de EEUU en 2016. El reto para los republicanos será mantener en rojo estados como Ohio, Iowa, Michigan, Wisconsin o Pensilvania. Las encuestas lo dibujan complicado. La Casa Blanca está enfocando el debate nacional en cuestiones que movilizan a su electorado, como la falta de seguridad o la inmigración ilegal, ayudado en parte por la caravana de inmigrantes proveniente de Centro América.
Para los demócratas, el desafío será movilizar el voto, especialmente en los grupos que le son favorables. Los jóvenes parecen más proclives a participar que en elecciones legislativas anteriores, según los sondeos. En concreto, según un estudio del Instituto de Política de Harvard, el 54 por ciento de los demócratas entre 18 y 29 años está convencido de que votará, cifra que en el caso republicano es del 43 por ciento. En el colectivo de los hispanos, los estudios muestran que no están tan decididos a acudir a las urnas. Este grupo es clave en estados como Nevada, Florida, Arizona o Texas.
Con este panorama, la Cámara puede tornarse azul, no así el Senado, en gran parte porque 26 de los 35 senadores que se someten a votación este año son demócratas, diez de ellos de estados donde Trump arrasó en 2016. Los liberales no sólo deberían conservar todos estos escaños, sino además arrebatarle tres a los conservadores.
7. ¿Por qué es importante para el resto del mundo?
La mayoría de polémicas medidas en política exterior y económica de la administración Trump han sido posible gracias al control republicano de ambas cámaras. La retirada de acuerdos internacionales como el de Irán, la renegociación de los tratados de libre comercio, la guerra comercial con China o los recortes a los programas de la ONU no hubieran salido adelante tan fácilmente si Trump tuviera en frente un Congreso demócrata.
Además, cualquier resultado afectará a la economía mundial y a los mercados bursátiles. De hecho, ya hay incluso previsiones. Un análisis de la CNBC destaca que la reacción global del mercado será alcista en caso de que los republicanos conserven el control de al menos una de las cámaras, mientras que si pierden ambas, se iría a la baja, especialmente en sectores que han prosperado con las políticas de Trump.
8. ¿Cuándo se conocerán los resultados?
Dependerá de lo reñida que resulte la disputa. Muchos escaños que se consideran en liza se encuentran en estados de la costa este como Florida, Carolina del Norte o Virginia. Sin embargo, la noche electoral se puede alargar ya que California, uno de los estados más poblados, se encuentra al otro extremo del país, con una diferencia de tres horas. La batalla se librará entre las ocho y las once de la noche de Washington, es decir, durante la madrugada española. No obstante, como siempre, dependerá del recuento y de si el voto por correo resulta o no decisivo. Si además se hacen necesarias revisiones, los resultados definitivos podrían tardar días.