Trump saluda a Pelosi, tras su Discurso del Estado de la Unión.

Trump saluda a Pelosi, tras su Discurso del Estado de la Unión. Reuters

EEUU

Trump reclama unidad pero no afloja: exige al Congreso el muro en diez días

El presidente anuncia también un encuentro con el líder norcoreano Kim Jong-Un el próximo 27 y 28 de febrero.

6 febrero, 2019 06:47
Washington D. C.

"Lo construiré". Con estas palabras el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha dejado claro este martes, en su segundo Discurso sobre el Estado de la Nación desde que llegó a la Casa Blanca, que no cejará en su objetivo de levantar un muro "inteligente" o "barrera física" en la "peligrosa" frontera sur.

Para ello, ha dado 10 días al Congreso para liberar los fondos necesarios y frenar así la delincuencia que, según él, provoca la inmigración ilegal. La amenaza de otro cierre gubernamental está sobre la mesa. 

La cuestión migratoria ha sido quizá la que más ha separado a republicanos y demócratas durante una sesión en la que Trump ha tratado de hacer un llamamiento a la "cooperación" de los dos partidos en materias como infraestructuras, reducción del precio de los medicamentos, lucha contra el sida y el cáncer infantil, entre otros puntos. 

Sin embargo, este llamamiento a la unidad tenía letra pequeña, ya que el magnate no ha desaprovechado la oportunidad para exigir dentro de esa colaboración que terminen las "guerras tontas y las investigaciones partidistas ridículas".

"Debe haber paz y legislación, no guerras e investigaciones", ha dicho en referencia al avance de las pesquisas sobre la presunta trama rusa que indaga si Moscú trató de influir en los comicios de 2016 con la ayuda de candidatura republicana. Trump no quiere que la nueva mayoría demócrata en la Cámara impulse comisiones sobre este asunto, que va cercando por días al entorno del político.

Más allá de esta salida, el presidente se ha aferrado durante casi toda su intervención al tono institucional y patriótico que suele adoptar en estas ocasiones, y que habitualmente dura hasta que siente la llamada de Twitter. Quizá ha sido un intento por recuperar respaldo popular, tras la caída provocada por el último cierre parcial del Gobierno, de 35 días, el más largo de la historia. Una situación que podría repetirse en una semana si no hay acuerdo para asegurar la frontera con México. 

Este punto ha sido en el que el magnate se ha fajado, insistiendo en su proyecto estrella, pero sin llegar a declarar el estado de emergencia nacional, como algunos apuntaban. "En el pasado, la mayoría de las personas en esta sala votaron a favor un muro, pero nunca se construyó. Yo lo haré construir", ha prometido, adelantando que será una barrera de acero "inteligente, estratégica y transparente, no un simple muro de hormigón". 

Según detalló, "se desplegará en las áreas identificadas por los agentes fronterizos como las que tienen mayor necesidad". Esto supone una matización a su compromiso electoral inicial de cubrir toda la frontera con una muralla.

Para justificar esta inversión millonaria, Trump ha puesto como ejemplo lo ocurrido en las ciudades fronterizas de San Diego (California) y El Paso (Texas), argumentando que cuando se levantaron vallas en esas localidades, la delincuencia bajó. Estos datos están siendo matizados o corregidos por los verificadores de los principales medios de comunicación. 

"El Congreso tiene diez días para aportar fondos al Gobierno para asegurar la peligrosa frontera del sur", ha advertido el presidente, que podría volver a cerrar la administración.

En su estrategia de persuasión, Trump ha tirado de efectismo invitando al debate a los familiares de un matrimonio de ancianos de Nevada que, según dijo, fue asesinado por un extranjero indocumentado. 

Además, ha avisado de la llegada de nuevas caravanas desde Centroamérica, lo que le ha llevado a movilizar a 3.750 soldados a la frontera, una medida polémica tomada hace unos días. "Es una amenaza para la seguridad de todos los estadounidenses" y para los "inmigrantes legales que cumplen con la ley y enriquecen nuestra sociedad", ha concluido, aportando pocas novedades a la cuestión migratoria. 

"Si no fuera por mí, habría guerra"

Lo cierto es que el presidente ha dado pocas sorpresas durante su discurso, más allá de anunciar un encuentro con el líder norcoreano, Kim Jong Un, los próximos 27 y 28 de febrero en Vietnam, con quien ha dicho que mantiene una buena relación.

Como ejemplo, ha destacado que se han devuelto los rehenes norteamericanos y que han acabado los ensayos de misiles y las amenazas. "Si yo no hubiera sido elegido presidente, ahora mismo estaríamos en guerra" con el país asiático, ha llegado a decir.

Las congresistas demócratas se han vestido de blanco para protestar contra Trump.

Las congresistas demócratas se han vestido de blanco para protestar contra Trump. Reuters

Aplauso de las mujeres

La líder demócrata y presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, se estrenaba también como anfitriona del debate junto al vicepresidente Mike Pence. Ha aplaudido en ocasiones a Trump, al que también le ha clavado alguna mirada de desaprobación, especialmente cuando se ha referido a las investigaciones sobre el 'Rusiagate' o a la inmigración.

Iba vestida de blanco, como el resto de congresistas demócratas, que ya el pasado años acudieron de negro en apoyo del movimiento 'Me too'. En esta ocasión, querían conmemorar el centenario de la enmienda constitucional que otorgó el derecho a voto a las mujeres en EEUU.

Trump también ha recordado a las sufragistas destacando que esta legislatura hay más mujeres que nunca en el Congreso y también entre la población activa. Ha sido una de las pocas veces que ha conseguido ponerlas en pie al grito de "U-S-A", una proclama que suele ser más propia de los republicanos y no precisamente para temas relacionados con la igualdad. 

Boom económico

En el apartado económico, Trump ha sacado pecho de "un boom sin precedentes", con "5,3 millones de nuevos empleos", entre ellos 600.000 en fábricas, "algo que casi todos dijeron que era imposible". Ha presumido de la subida de los salarios y las bajas tasas de paro, especialmente entre las minorías afroamericana, hispana y asiática.

También ha ensalzado su "recorte fiscal masivo" que favorecerá a las empresas y a la clase media, un punto, éste último, que en los últimos días se está viendo cuestionado por muchos medios de comunicación.

El presidente también ha tenido guiños para el Ejército, anunciando reformas para beneficiar a los veteranos. Además, ha insistido en su decisión de retirar las tropas de las guerras de Siria y Afganistán, tras dos décadas de batallas. "Las grandes naciones no luchan guerras sin fin", ha argüido.

En materia de defensa, ha justificado su salida del tratado de fuerzas nucleares de alcance intermedio por las violaciones de Rusia, anunciando que EEUU desarrollará nuevos misiles de este tipo. No obstante, ha agregado que buscará otro acuerdo que incluya también a China. 

Venezuela: "EEUU nunca será socialista"

En política internacional, el presidente ha recordado que hace dos semanas EEUU reconoció a Juan Guaidó como nuevo presidente de Venezuela, para acabar con la "brutalidad del régimen de Nicolás Maduro"

En este punto responsabilizó a las políticas socialistas de llevar a la pobreza "al país más rico de Sudamérica" y alertó de los "llamamientos a adoptar el socialismo en EEUU", en referencia al giro a la izquierda del Partido Demócrata, con figuras que se han declarado socialistas como Bernie Sanders. "EEUU jamás será un país socialista, nacimos libres y permaneceremos libres", ha garantizado.

En asuntos de consenso bipartidista, Trump ha destacado la colaboración de republicanos y demócratas en leyes como la reforma penitenciaria, que rebajará la presión de las cárceles del país ayudando a sacar a reos de delitos no violentos.

También llamó a ambos partidos a trabajar en mejorar las infraestructuras, rebajar los precios de los medicamentos y aprobar una ley comercio recíproco para responder con la subida de los aranceles a aquellos países que los establezcan contra productos estadounidenses. Y pidió una ley que financie la lucha contra el sida y el cáncer infantil. "Elegir la grandeza", ha resumido su petición a los congresistas.

Cumpleaños feliz

En el capítulo de políticas sociales, anunció -como ya hizo en 2018- un permiso de maternidad y paternidad remunerado para los nuevos padres, algo que no existe en EEUU. También pidió al Congreso una ley que prohíba el aborto "en embarazos avanzados de bebés que pueden sentir dolor en el vientre de sus madres".

Como anécdota de la jornada, la Cámara al completo cantó unida el cumpleaños feliz a Judah Samet, un superviviente del Holocausto que también salió con vida de un tiroteo a una sinagoga en Pittsburg.

Trump lo había invitado porque quería dedicar una parte de su intervención a combatir el avance del antisemitismo en EEUU. Cuando acabó el improvisado homenaje, felicitó al homenajeado, bromeando: "A mí no me lo cantarían".