El fiscal especial Robert Mueller, que investigó la llamada "trama rusa" y su relación con la campaña electoral de Donald Trump, insistió hoy en que la acusación formal contra el mandatario "no era un opción" dada la normativa del Departamento de Justicia.
"Acusar al presidente de un delito no fue una opción que pudiésemos considerar", indicó Mueller en una declaración en el Departamento de Justicia, en la que anunció que renunciaba a su puesto una vez terminada la investigación y publicado el informe.
No obstante, agregó: "Si hubiésemos tenido confianza en que el presidente claramente no cometió un delito, lo habríamos dicho".
El presidente Donald Trump ha dado el caso por cerrado tras la renuncia de Mueller. "Nada cambia. El informe carecía de pruebas suficientes y por lo tanto, en nuestro país eso significa que una persona es inocente. Caso cerrado", ha tuiteado.