El exvicepresidente estadounidense Joe Biden ha sufrido los duros ataques de la senadora Kamala Harris, que salió fortalecida de la segunda jornada del primer debate demócrata, en el que el primero fue criticado por su edad y por sus polémicos comentarios sobre segregacionistas.
El esperado duelo de Biden, quien encabeza las encuestas sobre voto demócrata, con el senador Bernie Sanders, segundo en los sondeos y quien encarna el polo opuesto al centrismo del exvicepresidente, se vio opacado por la actuación de Harris, que dio muestras de su carisma y su pericia como exfiscal general de California.
Biden fue el que más intervino en el debate, celebrado en Miami, con 13 minutos y medio, seguido de Harris con casi 12 y de Sanders, con cerca de 11, según la cadena de radio pública NPR.
Harris dio una sólida imagen tanto en sus críticas al presidente Donald Trump como a Biden, al que le interpeló directamente varias veces, una de ellas por su actuación en materia migratoria cuando era vicepresidente de Barack Obama (2009-2017), periodo en el que fueron deportados más de 3 millones de indocumentados.
La única afroamericana en el escenario también le criticó por sus elogios al trabajo de varios senadores segregacionistas en sus inicios políticos, una de las polémicas que han empañado su campaña electoral.
"Fue doloroso", dijo Harris en el momento más intenso de la noche, aunque dejó claro que no cree que el exvicepresidente sea "racista".
Biden, que defendió su actuación al decir que se le malinterpretó y que no "elogia a los racistas" y que, por contra, ha apoyado numerosas medidas en favor de los afroamericanos en EEUU, aguantó como pudo los golpes de Harris.
Otro de los ataques que sufrió Biden provino del joven congresista Eric Sawlwell, que atacó otro de sus puntos débiles: sus 76 años de edad, que serían 78 si llegase a la Casa Blanca al ganar las elecciones en noviembre de 2020.
El exvicepresidente no quiso entrar demasiado en polémica, pero Sanders, de 77 años, le defendió al decir al congresista de 38 años que esto no es un "tema generacional", sino de quién tiene "agallas" de ir contra Wall Street y las grandes empresas.
El alcalde de la pequeña ciudad de South Bend (Indiana), Pete Buttigieg insistió en la idea del relevo para pedir al electorado que lleve a Washington a una "nueva generación antes de que sea demasiado tarde".
En un debate en el que había expectación sobre las dos vertientes del Partido Demócrata, la más progresista y la moderada, Sanders tuvo menos opciones de destacar al pasar a un segundo plano este jueves la economía, uno de los ejes de su campaña socialdemócrata.
Pero tuvo tiempo para pedir una "revolución política" para cambiar un país en el que las tres personas más adineradas (Bill Gates, Jeff Bezos y Warren Buffett) poseen más riqueza que la mitad más pobre del país.
Volvió a haber ataques a la reforma fiscal aprobada por el Gobierno Trump y que, en opinión de muchos de los aspirantes, benefició mayoritariamente al 1% más rico de la población.
Harris criticó a Trump por pavonearse del estado de la economía cuando hay personas en EEUU que tienen que tener dos y tres trabajos para poder subsistir, mientras que Biden apostó por recuperar el voto de la clase media trabajadora, que se decantó por el republicano en 2016.
Al igual que el miércoles, el tema migratorio volvió a tener un importante espacio con ataques al presidente por sus duras políticas al respecto.
Pero de nuevo la senadora por California, el estado con mayor número de indocumentados del país, volvió a marcar terreno al criticar la política de deportaciones del Gobierno de Obama y Biden y dijo que no quiere que los inmigrantes tengan miedo de reportar crímenes por temor a consecuencias migratorias.
En un debate mucho más desordenado que el de este miércoles, con continuas interrupciones de los turnos de sus compañeros, especialmente de la senadora Kirsten Gillibrand que buscaba protagonismo, el primer gran tema fue el sistema de salud público, que levantó polémica.
Por un lado, la postura más progresista del senador Sanders, que insistió en su plan para dar atención sanitaria universal, iniciativa a la que en los últimos meses se han ido sumando buena parte de los demócratas, incluidos los diez aspirantes del debate de este jueves.
Sanders fue más lejos y dijo que habrá "Medicare (seguro médico público) para todos" cuando la gente "se levante" contra las empresas farmacéuticas y aseguradoras de salud, al igual que en el pasado se hizo para lograr los derechos sociales, entre otros.
Pero cuando el presentador preguntó quién estaba a favor de abolir los seguros privados, solo Sanders y Harris se mostraron partidarios de hacerlo.
Biden, por contra, defendió la reforma sanitaria conocida como Obamacare, programa que obligaba a la mayoría de los adultos a tener una cobertura, y en el que él trabajo activamente para hacerlo realidad junto con el presidente Barack Obama.
"Estoy en contra de cualquier demócrata que quiera acabar con Obamacare", dijo rotundo sobre un apoyo a una reforma fiscal que contó con el respaldo del senador Michael Bennet, que dijo que él avanzaría en cobertura partiendo de lo logrado por Obama.