Donald Trump se enfrenta a un posible impeachment y, en mitad de la tormenta política que se avecina, un hombre emerge como protagonista: Mitch McConell, el líder republicano en el Senado, y el hombre que tendrá que decidir si saca adelante el juicio político al presidente de Estados Unidos.
Una vez la Cámara Baja vote a favor del proceso de destitución será el Senado -con mayoría republicana- el encargado de celebrar el juicio político contra el presidente, en el que se necesitarían dos tercios de los votos para destituirle. Y ahí, McConnell asumirá el protagonismo.
El miércoles McConell le restó importancia al ya conocido como 'Ucraniagate' y dijo, sobre las llamadas de Trump, que es "irrisorio pensar que esto está cerca de ser un delito que justifique el impeachment". "He leído el resumen de la llamada. Si este es el punto de partida para el proceso de destitución de los demócratas en la Cámara, han apostado demasiado fuerte. Está claro que no hay el quid pro quo que los demócratas estaban deseando", dijo McConnell en un comunicado.
El comunicado se produjo en el seguimiento de que el Senado autorizara la petición a la Casa Blanca para que entregara al Congreso de Estados Unidos una copia de la queja interna sobre la llamada de Donald Trump, a su homólogo ucraniano, Vladímir Zelensky, que ha provocado el inicio de un proceso de impeachment. Los allegados de McConnell señalan que permitir la divulgación del informe era algo relativamente inofensivo mientras bloquearlo podría resultar muy perjudicial. Así que, a la hora de decidir, McConnell no titubeó.
"Tiene hielo en las venas. Nunca he visto a nadie así", ha dicho el senador Kevin Cramer (republicano por Nueva York) en declaraciones a Politico. "Lo ha visto todo, así que no se asusta".
Críticas de Trump
Trump y McConnell han desarrollado una relación muy cercana en los últimos dos años, que ha resistido pese a las críticas ocasionales de Trump a McConnell por no derogar el Obamacare, por ejemplo. Pese a todo, Trump le considera como un asesor político cercano.
No está claro si McConnell y Trump han habado sobre el 'Ucraniagate'. Lo que piensa McConnell sobre la posibilidad de que su cámara tenga que celebrar un juicio político a Trump en los próximos meses es una incógnita y los senadores de larga data dicen que ya han dejado de intentar adivinar su próximo movimiento. "Si está preocupado por eso, nadie sabría decirlo", dijo el senador Jon Tester.
Además, McConnell sabe que todo lo que le dice a sus miembros en las reuniones del partido puede hacerse público, por lo que mantiene a muchos de su propio partido en la ignorancia. Y no ha aclarado todavía cuál será la posición del Senado si al final tiene que afrontar un pedido de impeachment por parte de la Cámara Baja.
Romney, "muy preocupado"
Según divulgan varios medios, todavía no se ha producido una discusión real entre los republicanos en el Senado sobre el posible impeachment. Y McConnell no quiere tampoco pronunciarse de manera rotunda sobre un tema cuyas bases no están definidas del todo y que no acaba de concretarse.
Sin embargo, los senadores republicanos han estado reaccionando por libre, con una serie de comentarios que van desde Mitt Romney diciendo que está "extremadamente preocupado" por la conversación de Trump con Zelensky, al senador Thom Tillis denunciando "otro intento patético de los demócratas de destruir al presidente Trump con falsedades".
El presidente se ha tomado en serio las amenazas de impeachment y ha empezado a llamar a los senadores para interesarse por su estado de ánimo. Aparte de Romney, no parece que los republicanos tengan ganas de dejarle caer.