La víspera de la previsible votación en la Cámara de Representantes este miércoles sobre el juicio político contra el presidente estadounidense, Donald Trump, subió de tono con la frontal crítica del mandatario contra los demócratas, a los que acusó de impulsar una "declaración de guerra a la democracia".
"Al proceder con su inválido juicio político, están violando sus juramentos ante el cargo, quebrando su respeto a la Constitución y supone una declaración de guerra a la democracia estadounidense", indicó Trump en la misiva dirigida a la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi.
La carta, de seis páginas e inusual aspereza, supone uno de los más virulentos ataques del mandatario a la oposición demócrata y refleja la aguda crispación política que vive actualmente Estados Unidos.
Trump envió la carta a la vez que el comité normativo de la Cámara discutía las normas de la votación que se espera para este miércoles y en la que se prevé que se apruebe el juicio político que tendrá lugar en el Senado, puesto que los demócratas cuentan con una amplia mayoría.
"Ustedes son quienes interfieren con las elecciones de EE.UU. Ustedes son quienes subvierten la democracia. Ustedes son quienes obstruyen a la Justicia. Ustedes son quienes están llevando dolor y sufrimiento a nuestra República para su egoísta beneficio personal, político y partidista", acusó el presidente.
Por ello, exigió a Pelosi y a los demócratas el "cese inmediato" del proceso de destitución política, que tildó de "fantasía".
Dos precedentes
De aprobarse, Trump se convertirá en el tercer presidente de Estados Unidos en enfrentarse a un juicio político en el Senado y el primero del siglo XXI, y entraría así en la Historia al engrosar una lista en la que están Bill Clinton (1993-2001) y Andrew Johnson (1865-1869).
Clinton y Johnson fueron finalmente absueltos por la cámara alta, y es probable, dada la mayoría republicana en el Senado, que le ocurra lo mismo a Trump.
Allí los republicanos mantienen el control por un ligero margen, de 53 frente a 47, a lo que se suma que el juicio político exige además una mayoría de dos tercios, por lo que su destitución de Trump parece sumamente improbable.
Todo el proceso se ha llevado a cabo en medio de críticas mordaces y acusaciones partidistas.
El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, consideró el procedimiento como "chapucero y apresurado", por lo que rechazó la convocatoria de nuevos testigos como piden los demócratas.
"No es el trabajo del Senado llenar el vacío y buscar de manera desesperada maneras de llegar al veredicto de 'culpable", afirmó en una intervención en el Senado este martes.
McConnell respondía así a la hoja de ruta presentada este lunes por el líder de la minoría demócrata en la Cámara Alta, Chuck Schumer, para el juicio político a partir de enero contra el mandatario y que contaría con nuevos testigos como el exasesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca John Bolton y el jefe interino de Gabinete, Mick Mulvaney.
"Se trata de la investigación de juicio político más apresurada, menos exhaustiva, y más injusta de la historia moderna", recalcó el líder republicano.
Por ello, McConnell instó a la Cámara de Representantes "a retroceder del precipicio" y votar en contra de la aprobación de los cargos contra Trump.
El caso de Ucrania
En septiembre, los demócratas anunciaron el inicio de una investigación de destitución contra Trump después de que un informante revelara a los servicios de Inteligencia el contenido de una conversación telefónica en julio entre el presidente y su homólogo de Ucrania, Volodímir Zelenski.
En ella, el gobernante estadounidense presionó al ucraniano para que abriera indagaciones contra su rival político y exvicepresidente, el demócrata Joe Biden, y su hijo Hunter por supuesta corrupción en ese país.
Este lunes el Comité Judicial de la Cámara Baja publicó los detalles del caso en un documento de 658 páginas, donde se concluye que Trump "ha traicionado a la nación" en busca de su interés personal.
En el texto se establece que Trump sea imputado políticamente por "delitos graves y faltas", según recoge la Constitución estadounidense, al haber abusado supuestamente de su poder y obstruido la labor del Congreso.