La ciudad de Nueva York, punto caliente del epicentro de coronavirus en Estados Unidos, está realizando enterramientos masivos y contrarreloj excavando zanjas en parques ante el creciente número de fallecidos a causa de Covid-19, que amenaza con desbordar tanto las morgues establecidas como a las móviles de emergencia.
En concreto, las imágenes más duras se están viendo en la isla de Hart, un emplazamiento "históricamente utilizado" por la ciudad para dar sepelio a personas de bajos ingresos o que no fueron reclamadas por nadie. Es considerado el mayor cementerio del país.
La ciudad ha utilizado esta isla para enterrar a los neoyorquinos sin familiares conocidos o cuya familia no puede organizar un funeral desde el siglo XIX.
"Se excavarán zanjas para diez ataúdes en línea" de forma "digna, ordenada y temporal", según afirmó el concejal Adam Levine y confirmó el alcalde Bill de Blasio en su rueda de prensa.
También habló de la temporalidad de algunos de estos entierros: "Si necesitamos hacer entierros temporales para capear la crisis y después trabajar con cada familia para que tengan sus arreglos apropiados, tendremos la capacidad de hacerlo", explicó el alcalde, que ha "estado trabajando de cerca con el Gobierno federal" para evitarlo y abogó por "poner toda la energía y recursos para salvar a la gente".
Presos enterrando
Los funcionarios de la ciudad de Nueva York han contratado trabajadores para enterrar a los muertos la isla, ya que la tasa diaria de mortalidad de la ciudad por la pandemia de coronavirus ha alcanzado registros preocupantes en los últimos días.
Por lo general, unos 25 cuerpos son enterrados cada semana por presos de bajos ingresos que trabajan en la isla, que se encuentra frente a la costa este del distrito de Bronx de la ciudad y a la que solo se puede acceder en barco.
Ese número comenzó a aumentar en marzo a medida que el nuevo coronavirus se propagó rápidamente, convirtiendo a Nueva York en el epicentro de la pandemia. Ahora están enterrando alrededor de dos docenas de cuerpos al día, cinco días a la semana, dijo Jason Kersten, portavoz del Departamento de Corrección, que supervisa los entierros.
Dos nuevas trincheras
Para el entierro en la isla, los muertos se envuelven en bolsas para cadáveres y se colocan dentro de ataúdes de pino. El nombre del difunto está escrito en letras grandes en cada ataúd, lo que ayuda si algún cuerpo necesita ser desenterrado más tarde, y están enterrados en trincheras largas y estrechas excavadas por máquinas excavadoras.
"Añadieron dos trincheras nuevas en caso de que las necesitemos", dijo Kersten. "Por distanciamiento social y razones de seguridad, las personas condenadas a la ciudad bajo custodia no están asistiendo a los entierros durante la pandemia", añadió.
La isla es ahora uno de los lugares más representativos de cómo ha afectado la pandemia a la ciudad. Como es la barcaza que este jueves por la mañana llegaba a la isla con un camión refrigerado a bordo que contenía aproximadamente dos docenas de cuerpos.