Los peores pronósticos se han cumplido: Trump se ha declarado ganador de las elecciones antes de que termine el recuento de los votos y ha anunciado que va a recurrir al Tribunal Supremo, pese a que la presidencia no está decidida aún. "Sinceramente hemos ganado estas elecciones y nuestro objetivo ahora es garantizar la integridad por el bien de esta nación. Esto es un gran fraude y vamos a recurrir al Tribunal Supremo de EEUU. Queremos que se pare el recuento de votos porque no queremos que saquen más papeletas esta noche, que se encuentre un voto a las 4.00 horas. Vamos a ganar las elecciones. Sinceramente, ya las hemos ganado", ha dicho.
Trump había advertido que no iba a aceptar la derrota con facilidad: "Ganar siempre es fácil, perder, no. No para mí", dijo este lunes. Con su falsa declaración de victoria, despreciando los resultados oficiales, Trump agita de forma definitiva el fantasma de la batalla jurídica por la victoria, si pierde las elecciones por un margen mínimo.
En su día, el candidato republicano se negó a comprometerse con una transición pacífica del poder en caso de derrota, e hizo sonar las alarmas de una posible batalla judicial por los votos. Además, durante toda la campaña electoral, se ha dedicado a denostar el voto por correo que induciría, según el republicano, el "fraude electoral".
Ahora, y ante un escrutinio muy ajustado, Trump ha dado el paso que todos temían: pone en causa a todo el sistema electoral estadounidense y recurre a los tribunales. Cabe recordar también que, con el reciente nombramiento de la jueza conservadora, Amy Coney Barrett, los republicanos tienen una mayoría de 6-3 en la Corte.
En su día, los demócratas ya contestaron de forma muy vehemente la nominación de la jueza a escasas semanas de las elecciones, temiendo este escenario. La jueza, pese a que ha sido presionada por los senadores demócratas para que prometiera abstenerse en caso de disputa electoral, no se ha comprometido a hacerlo.
En desventaja, aunque por la mínima, en las elecciones, Trump no ha querido esperar al recuento final y apuesta por sacar partido de esa ventaja en la Corte Suprema. Con su tono exacerbado de siempre, Trump ha declarado que los resultados son "fantásticos" para los republicanos y se ha adjudicado la victoria en estados que aún no han terminado de hacer el recuento.
"Hemos ganado Florida, Texas. También está claro que hemos ganado Georgia. Hemos ganado claramente Carolina del Norte. Pero más importante, estamos ganando Pensilvania por un tremendo margen de votos. Ganamos Michigan también por casi 300.000 votos. Y Wisconsin. No necesitamos todos", dijo Trump.
Pero por lo pronto, lo que señalan los resultados oficiales es que Trump ha ganado en estados clave como Florida, Ohio e Iowa, mientras que el demócrata se ha asegurado los votos de Minnesota, Arizona y Colorado. Ohio cuenta con 18 votos del Colegio Electoral, Minnesota tiene 10 e Iowa, seis. Y pese a lo que dice Trump, no es segura su victoria en Pensilvania. De hecho, este estado clave, que ha recibido un aluvión de votos por correo, ha anunciado que podría demorar el recuento hasta el viernes.
Los estados contarán todos los votos por correo que lleguen hasta tres días después de las elecciones, siempre que estén sellados antes del 3 de noviembre. Ahora mismo, Biden contaría con una ligera ventaja, pero todo puede pasar aún. Los candidatos necesitan un mínimo de 270 votos para asegurarse la presidencia.
Biden pide paciencia
La madrugada electoral promete ser larga. Quizás temiendo esta reacción de Donald Trump, Joe Biden compareció ante sus seguidores en Delaware, poco después de las 6.30 horas (hora peninsular española), para pedir paciencia e insistir en la importancia del voto por correo, señalando que, hasta que no esté contado el último voto, no se podrá saber el ganador.
"Sabíamos que esto se iba a alargar, quizás hasta mañana por la mañana, quizás más. Estamos contentos con dónde estamos. Creemos que vamos por buen camino para ganar estas elecciones. Lo sabíamos por ese voto por correo sin precedentes. Vamos a necesitar tiempo y paciencia para contar cada papeleta y cada voto, pero tenemos buenas sensaciones", ha dicho.
Pero su mensaje de contención ha hecho estallar a Trump de inmediato que, a través de su cuenta de Twitter ha sido contundente, acusando a los demócratas de querer "robar las elecciones". "Somos grandes pero nos quieren robar las elecciones. Nunca les dejaremos. Los votos no se pueden repartir después de que se cierren las mesas electorales", escribió, preparando el terreno para lo que vendría unas horas después, en un mensaje tachado de "engañoso" por Twitter.
El candidato demócrata, favorito en las encuestas, se mostró muy prudente, pero optimista: "Tenemos confianza en Arizona, Georgia sigue en juego y hemos ganado en Minnesota. Tenemos buenas sensaciones en Wisconsin y Michigan. Y vamos a ganar Pensilvania", aseguró Joe Biden, antes de agradecer el apoyo y pedir a sus seguidores que mantengan la confianza en una victoria demócrata. "Gracias a todos por vuestra participación. Gracias a todo mi equipo, a todos los que han participado en la campaña. Amigos, hay que mantener la fe, vamos a ganar. ¡Muchas gracias! ¡Gracias por vuestra paciencia!", concluyó.
En su declaración, Joe Biden remarcaba que "ni yo ni Trump podemos declarar el ganador de las lecciones". "Podemos saber los resultados mañana por la mañana como pronto [esta tarde, en horario español]", avisaba.
Las graves acusaciones de fraude electoral empujan a un país ya dividido y castigado por los efectos de una pandemia global, cada vez más hacia los extremos. Con una sociedad polarizada, las declaraciones de Donald Trump vienen aumentar el ambiente de tensión que hace temer un estallido social en las calles.