Los presidentes de Estados Unidos y de Rusia, Joe Biden y Vladímir Putin, se han reunido este miércoles por primera vez bajo un contexto de profundos desacuerdos, pero con la intención de limar las asperezas y hallar al menos algunas áreas de cooperación.
"Como siempre he dicho afuera, es mejor verse cara a cara", señaló el estadounidense al ruso, tras darle las gracias después de que Putin dijera que espera que la reunión de hoy sea "productiva". "Se han acumulado muchas cuestiones en las relaciones ruso-estadounidenses. Espero que nuestro encuentro sea productivo", dijo el líder ruso. "Señor presidente, quisiera agradecerle su iniciativa de celebrar esta reunión", añadió.
La cita empezó sobre las 13.00 horas en la Villa La Grange. Ambos se saludaron con un apretón de manos, en el primer gesto diplomático de esta reunión. El presidente Putin fue el primero en llegar y, 15 minutos después, Biden llegó a Villa La Grange.
Una vez en la mansión, ambos volvieron a salir acompañados del presidente suizo, Guy Parmelin, quien dijo que su país se siente honrado de acoger esta reunión y favorecer así el diálogo y la compresión mutua. Asimismo, deseó a Putin y a Biden una "reunión fructuosa en el interés de sus respectivos países y del mundo entero".
Minutos después los presidentes aparecieron ante las cámaras sentados en la gran biblioteca de la Villa La Grange, donde mantendrán al menos la primera parte de su reunión, acompañados de sus ministros de Asuntos Exteriores.
De momento se desconoce si Putin y Biden mantendrán un encuentro a solas. En anteriores ocasiones, incluido durante la Presidencia de Obama, hubo un cara a cara, al igual que en 2018 en Helsinki cuando el mandatario ruso se reunió con Donald Trump.
"Todo dependerá de cómo evolucionan las conversaciones" en la cumbre y del deseo de los dos líderes de abordar de "tú a tú" algunos problemas durante su estancia en Ginebra, dijo Ushakov.
La cumbre está diseñada para que dure entre cuatro y cinco horas, según el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov. La última vez que ambos se vieron fue en 2011 en Moscú cuando Biden era vicepresidente de Barack Obama y Putin primer ministro.
Ha pasado una década desde entonces y las relaciones entre EEUU y Rusia se encuentran en su punto más bajo en décadas, quizás desde la Guerra Fría como algunos altos cargos del Kremlin han asegurado.
Al término de la cumbre, según cuenta la CNN, Biden y Putin darán dos ruedas de prensa separadas, para informar de los resultados de dicha reunión.
Agenda de desacuerdos
Durante la cumbre, propuesta por Biden en abril pasado durante una llamada telefónica con Putin, los dos líderes abordarán prácticamente todos los temas que preocupan tanto a Moscú como a Washington.
En la agenda figuran el estado actual y las perspectivas de las relaciones bilaterales, la estabilidad estratégica, los temas de seguridad informática y la lucha contra la ciberdelincuencia.
Además tratarán temas de la cooperación económica, el clima, el Ártico y la lucha contra el coronavirus.
Asimismo Putin y Biden evaluarán la situación en Oriente Medio, Siria, Libia, Afganistán, la península coreana, así como el programa nuclear iraní. También prestarán atención a los conflictos en Nagorno Karabaj y Ucrania y la crisis en Bielorrusia.
El presidente estadounidense quiere además hablar con Putin de los derechos humanos y la persecución de la oposición rusa, entre ellos el encarcelado Alexéi Navalny.
En la ciudad suiza ha aparecido de hecho un grafiti de Navalni, actualmente en prisión por un antiguo caso penal, similar a uno que hubo recientemente en San Petersburgo y que duró apenas unas horas.
En él se ve al líder opositor ruso sonriendo y formando un corazón con sus dedos. A su derecha está escrito "El héroe de nuestro tiempo".
Expectativas bajas
Los dos mandatarios llegan con las expectativas bajas a la cumbre, pero también conscientes de que las dos mayores potencias nucleares deben entenderse en aspectos clave como la seguridad internacional, el clima o la lucha contra la ciberdelincuencia.
El mandatario ruso puso el año pasado sobre la mesa dos propuestas sobre las que aún espera una respuesta por parte de EEUU: la introducción de una moratoria al despliegue de misiles de corto y medio alcance en Europa y la reanudación de la cooperación en el campo de la seguridad de la información internacional.
El Kremlin ha avanzado como posible resultado de la cita el retorno de los embajadores de EEUU y de Rusia a sus respectivos destinos y la eliminación de obstáculos al trabajo de sus respectivas legaciones.
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