El ‘Me Too’ se lleva por delante a Cuomo: un caso que mancha el legado de toda una saga familiar
Andrew Cuomo ha dimitido entre acusaciones de acoso sexual, presionado por propios y ajenos y con la sombra de un más que posible juicio político.
11 agosto, 2021 02:46Noticias relacionadas
Cariacontecido pero firme y bajo una presión sin precedentes, Andrew Cuomo anunciaba en rueda de prensa este 10 de agosto su dimisión como gobernador del estado de Nueva York, "consciente del impacto negativo" de las numerosas acusaciones de acoso sexual a las que se enfrenta.
"Esta situación generará meses de polémica política y legal. Consumirá al gobierno neoyorquino. Dadas las circunstancias, la mejor manera en que puedo ayudar ahora es si me hago a un lado y dejo que el gobierno vuelva a gobernar", explicó Cuomo en sus declaraciones desde la ciudad de Nueva York. "Por lo tanto, eso es lo que haré", sentenció. Y anunció que abandonaría sus funciones como gobernador estatal a finales de agosto.
Cabe destacar que la mayor parte de su intervención la dedicó a rechazar las acusaciones en su contra. La abogada de Cuomo, Rita Glavin, empezó argumentando que el informe de la Fiscalía del Estado "contiene errores" y "omite pruebas clave". De forma similar se expresó el propio Cuomo. "El informe decía que acosé sexualmente a 11 mujeres", dijo Cuomo. "Ese fue el titular que la gente escuchó y vio. La reacción fue de indignación entre la gente, como es natural. Sin embargo, ese titular también es falso", apuntaba en su rueda de prensa. "Vuestro padre cometió errores y se disculpó y aprendió de eso y de eso se trata la vida", dijo Cuomo durante su discurso de dimisión, dirigiéndose directamente a sus tres hijas.
Rebajando el tono, Cuomo se disculpó con un policía estatal que lo acusó de tocamientos indeseados asi como con las mujeres a las que "realmente ofendió", pero argumentó que no creía que hubiera hecho nada malo. "A mi entender, nunca he cruzado ninguna línea roja con nadie" y rápidamente añadió que "no me di cuenta de hasta qué punto se han vuelto a trazar las líneas" en la época actual.
Fiel a su defensa - las acusaciones tenían "motivaciones políticas" – Cuomo insistió en que "esta situación y momento no son hechos. No se trata de la verdad. No se trata de un análisis reflexivo. No se trata de cómo podemos mejorar el sistema. Se trata de política y nuestro sistema político de hoy está impulsado por los extremos".
La sombra del 'impeachment'
La renuncia del gobernador de Nueva York podría ser un intento de evitar el juicio político que debe impulsar la Asamblea estatal, que prometió avanzar rápidamente una vez elaborado el informe de la Fiscalía en el que se recogen las acusaciones contra Cuomo. Pero no está claro si la Asamblea estatal de Nueva York abandonará ahora sus planes de 'impeachment'. Si finalmente el 'impeachment' no sale adelante Cuomo podría volver a presentarse al cargo.
En este sentido, cabe destacar que cada vez más demócratas están pidiendo que Cuomo sea condenado e inhabilitado para ejercer como gobernador. Entre estas voces destaca la de Yuh-Line Niou, miembro de la Asamblea de Nueva York, víctima de agresión sexual, quien ha pedido alto y claro que el juicio político se lleve a cabo.
El analista político de la cadena MSNBC Chuck Todd piensa que la dimisión de Cuomo es parte de su estrategia para intentar salvar los muebles y presentarse una vez más como candidato a dirigir el estado de Nueva York. "Espero ver de qué manera Andrew Cuomo vuelve a postularse para el cargo. ¿Para qué cargo? No lo sé, pero eso es lo que me dice esta renuncia de hoy. Quiere vivir para luchar otro día", sentenciaba Todd el martes.
Los ecos del 'Me Too'
En verano de 2019, Andrew Cuomo firmó un proyecto de ley e hizo una promesa a las mujeres del estado de Nueva York: "Cambiemos las cosas", dijo ante las cámaras, mientras aprobaba la adopción de nuevas medidas de protección frente al acoso sexual. De acuerdo con el informe realizado por la Fiscal General del Estado de Nueva York, en esas fechas Cuomo ya habría acosado sexualmente a varias de las mujeres que han presentado denuncias en su contra.
Mientras tanto, Cuomo se alineó públicamente con el movimiento #MeToo, del que se aprovechó para mejorar su reputación. En los últimos dos años, el gobernador ha facilitado a los neoyorquinos los trámites para presentar denuncias de acoso sexual, aprobado una legislación que amplía el plazo de prescripción por violación y se ha rodeado de influyentes feministas como las actrices y activistas Mira Sorvino y Julianne Moore. Se alió además con los líderes de Time’s Up, la organización defensora de la igualdad de género que se creó tras las acusaciones de acoso sexual contra el magnate de Hollywood Harvey Weinstein.
Cuomo llevó su defensa del movimiento 'Me Too' hasta el extremo, llegando a decir en 2018 que "nadie está por encima de la ley", en referencia a las acusaciones de acoso y violencia de genero de varias mujeres contra Eric Schneiderman, entonces fiscal general del estado. Irónicamente, a Cuomo no le tembló el pulso cuando instó al funcionario a dimitir.
Mancha en la saga familiar
Andrew Cuomo pertenece a una larga saga familiar. Su padre, Mario Cuomo, hijo de emigrantes italianos y ejemplo perfecto del sueño americano, dio inicio a la saga dando el salto desde un barrio humilde a las afueras de Queens, en la ciudad de Nueva York, a la casa del gobernador del estado de Nueva York en Albany. Cuomo padre gobernó el estado durante tres legislaturas consecutivas, en un periodo especialmente convulso en lo económico y lo social.
De 1983 a 1994, Mario Cuomo, abogado de profesión y elogiado orador y abanderado del liberalismo demócrata, saltó al olimpo de la política estadounidense con un impecable discurso con el que retrató al entonces presidente Donald Reagan como ignorante y despreocupado de la realidad de los pobres del país. "Señor presidente, usted debe saber que esta nación es más una 'historia de dos ciudades' que una 'ciudad brillante en una colina'”, sentenció Cuomo, parafraseando una de las alocuciones más memorables de Reagan.
En Nueva York, Mario Cuomo cerró la planta nuclear de Shoreham en Long Island, poniendo fin a un largo y enconado debate sobre sus peligros potenciales. Y firmó una legislación de garantías éticas que puso fin a los tejemanejes y escándalos de legisladores estatales y pesos pesados de la sociedad neoyorquina.
Su hijo, Andrew Cuomo, inició sus andaduras en política de la mano de su padre, Mario, como voluntario en la fallida campaña del patriarca para convertirse en alcalde de la ciudad de Nueva York en 1977. Más adelante, Andrew asesoró a su padre cuando este llegó por primera vez a la oficina del gobierno de Nueva York, donde completaría tres mandatos consecutivos, a cambio de un sueldo simbólico de 1 dólar al año.
En la década de los noventa, Andrew Cuomo se forjó en el arte de la política federal bajo el ala del entonces presidente Bill Clinton, para quien ejerció de Secretario de Vivienda. Difícilmente podía imaginar Cuomo en aquel momento que sería otro escándalo relacionado con conducta inapropiada y acoso sexual el que acabaría con su propia carrera política y mancharía para siempre el legado familiar.
Ahora, Cuomo cede el testigo a la vicegobernadora Kathy Hochul, quien se convertirá en la primera mujer al frente del estado de Nueva York. La líder demócrata de la mayoría del Senado estatal, Andrea Stewart-Cousins, reemplazará a Hochul, lo que significa que los cargos de mayor poder del estado estarán en manos de mujeres.