Nikolas Cruz, el exalumno de una escuela de Parkland (Florida) que en 2018 mató a 17 personas se ha declarado culpable de todos los cargos y de haber actuado con premeditación, con lo que ahora se enfrenta a pasar el resto de sus días en prisión o incluso a la pena de muerte. Sólo el veredicto del jurado podría cambiar su suerte.
Las 34 acusaciones contra él se han enumerado en una sala de un tribunal de Fort Lauderdale, donde estaban las familias de todos los asesinados y los heridos por Cruz en la escuela de secundaria Marjory Stoneman Douglas el 14 de febrero de 2018, según cuenta el diario The New York Times. Los afectados se habían preparado para un juicio de meses pero la situación ha cambiado y Nikolas Cruz, de 23 años, se enfrenta ahora a la pena de muerte.
En una vista que fue retransmitida en directo por televisión, la jueza Elizabeth Scherer le preguntó en varias ocasiones a Cruz que si entendía el paso que estaba dando y que la declaración de culpabilidad podría acarrearle la "máxima pena, que es la muerte". También fue enfática en decirle que aceptar la culpa cerraba la posibilidad de celebrar un juicio.
A todas las preguntas Cruz contestó "sí señora", y en un momento en el que la jueza le pidió revisar los documentos de culpabilidad, se levantó las gafas y contestó afirmativamente que eran los mismos discutidos con sus abogados y que no había sido obligado a firmarlos, según informa Efe.
Uno por uno la jueza leyó los nombres de las víctimas de los 17 cargos de asesinato premeditado y los de los otros 17 cargos de intento de asesinato durante la matanza en la escuela Marjory Stoneman Douglas, donde él había estudiado pero fue expulsado por mala conducta.
Aquél día, el 14 de febrero de 2018, Cruz utilizó un rifle semiautomático y disponía de varios cargadores con munición para llevar a cabo su macabra venganza. El joven fue detenido sin oponer resistencia por los agentes en las cercanías del centro.
El día de la masacre lo había planeado todo hasta el último detalle. Disparó justo cuando los estudiantes salían de la escuela.
El día de la matanza Jim Gard, profesor de matemáticas del centro educativo, señaló al diario Miami Herald, que los docentes y personal administrativo habían sido avisados un año antes para no permitir la entrada de Cruz al edificio por ser considerado una "potencial amenaza".
Tras la masacre Cruz confesó el crimen y la defensa mostró interés por que se declarara culpable a cambio de que la Fiscalía dejara de pedir la pena de muerte.
Sin embargo, la fiscalía estatal del condado Broward, al norte de Miami, ha señalado también desde que ocurrió la matanza que buscaría la pena capital y además ha aclarado que no ha negociado el asunto con la defensa.
La oficina del fiscal del estado de Broward señaló el pasado día 14 que "no ha habido negociaciones de declaración de culpabilidad con la fiscalía" y "si se declara culpable, todavía habría una fase de sentencia".
Anthony Borges, uno de los sobrevivientes del tiroteo, que acudió a la audiencia acompañado de su padre y visiblemente nervioso, dijo al canal local 7 News que es duro, pero que es parte del proceso para "cerrar este capítulo".
Borges, quien se enfrentó a Cruz en medio del tiroteo y recibió múltiples impactos de bala, se recuperó después de un largo proceso en el que tuvo que ser sometido a un coma inducido y pasar por varias intervenciones quirúrgicas, una de ellas para cortarle parte de los intestinos.