El Gobierno de Estados Unidos ha evitado expresamente reconocer de nuevo la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental, tras una reunión con el ministro de Exteriores marroquí, Nasser Bourita, en la que el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, calificó de "realista" y "creíble" el plan de autonomía esbozado por Rabat para la antigua colonia española.
Blinken recibió el lunes en Washington a Bourita, un "amigo" para el que tuvo buenas palabras. Ambos aplaudieron ante los medios la "duradera" relación entre sus respectivos países, marcada en su historia reciente por el reconocimiento que hizo en diciembre de 2020 el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre la soberanía de Marruecos sobre el Sáhara Occidental.
La Administración de Joe Biden ha mantenido en estos últimos once meses una cuidada ambigüedad, ni desdiciendo ni respaldando el paso dado por Trump. No en vano, el reconocimiento coincidió con la normalización de relaciones entre Marruecos e Israel, un hito que el actual Gobierno sí aplaude sin ambages públicamente.
Blinken afirmó que la visita de Bourita llega en "un momento oportuno", dado el reciente nombramiento de un nuevo enviado de la ONU para el Sáhara Occidental. Washington confía en la labor de dicho enviado, el veterano Staffan de Mistura, para relanzar el "proceso político" que permita resolver el "conflicto" de una vez por todas.
La Administración Biden considera que el "objetivo último" debe ser una "resolución digna y duradera", como ha planteado en rueda de prensa el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, que se ha limitado a reafirmar el papel de la ONU como garante de un proceso que pueda "estabilizar la situación" y "garantizar el cese de cualquier hostilidad".
Interrogado expresamente por la soberanía del Sáhara Occidental, Price ha apuntado que su Gobierno habla "en privado" con las partes y respalda la labor de De Mistura.
Price sí ha apuntado en una nota que el plan de autonomía presentado por Rabat para la antigua colonia es "serio, creíble y realista", una "potencial" alternativa para "satisfacer las aspiraciones del pueblo del Sáhara Occidental", en la misma línea que otros aliados de Marruecos como Francia.
El Frente Polisario, que controla la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), rechaza dicho plan y reivindica el derecho de autodeterminación del territorio, lo que pasaría por la convocatoria de un referéndum.
Washington también ha aprovechado la ocasión para aplaudir la "agenda de reformas" impulsada por el rey Mohamed VI, así como "la importancia de promover los Derechos Humanos y las libertades fundamentales".