La encendida discusión en torno al tiroteo el martes en el centro de primaria Robb en Uvalde, en Texas, principalmente sobre el control de las armas, tiene una nueva derivada: ¿hizo la policía todo lo que pudo hacer?
Las propias autoridades han admitido que el asesino, Salvador Ramos, irrumpió en el colegio "sin oposición", que no hubo enfrentamiento con un agente como se apuntó en un primer momento. Pero no solo eso: desde que Ramos empezó a disparar hasta que fue abatido transcurrió una hora. ¿Por qué? Es la pregunta que Estados Unidos se hace en este momento.
Ramos mató a 19 niños y a dos profesoras. Este jueves, el marido de una de ellas falleció de un infarto, con cuatro hijos en común.
Armado con una pistola y un rifle, el tirador, de 18 años, entró en el centro a través de una puerta abierta, ha concretado el Departamento de Seguridad Pública de Texas. Además, vídeos que a estas horas inundan las redes sociales muestran a padres y familiares azuzando e increpando a agentes a las puertas del Robb mientras Ramos disparaba en el interior.
"Es una pregunta difícil"
Era el último día de clase y había actos de entrega de orlas y premios académicos. La normativa escolar establece que todas las puertas tanto del centro como de cada una de sus aulas deben estar cerradas, pero aquél día, justifican, no era así para permitir el acceso de padres y allegados a los alumnos.
Muchos de esos padres y allegados no habían abandonado la zona cuando se escucharon los primeros disparos y observaron una aparente pasividad de la policía, que sí actuó para reprimir el enfado generalizado.
Víctor Escalón, portavoz del Departamento de Seguridad Pública de Texas, ha comparecido ante los medios de comunicación sin saber dar una respuesta a por qué la policía tardó tanto en entrar a detener o matar a Ramos para salvar el mayor número de vidas posible. "Es una pregunta difícil", ha contestado, prometiendo explicaciones a medida de que disponga de más información.
Escalón ha descrito una situación caótica. Los vídeos de las afueras así lo muestran. En uno de ellos, se oye a una mujer increpar a un agente: "¿Por qué dejan morir a los niños? Hay disparos allí". El agente responde que sus compañeros "están trabajando", tratando de contener la desesperación.