En 2011, cuando Estados Unidos condenó a Viktor Bout a 25 años de cárcel, su abogado dejó en el aire una última declaración. "Bout cree que este no es el final". La frase se convirtió en profecía en los últimos días, al desvelarse que el nombre de Bout se estaría barajando para un intercambio de prisioneros con el fin de liberar a la jugadora de baloncesto Brittney Griner, condenada a 9 años de cárcel por portar 0,70 gramos de marihuana.

Según se ha filtrado por medios estadounidenses, EEUU estaría negociando la extradición de Bout a cambio de la liberación de Griner y Paul Whelan, un exmarine detenido en Rusia en 2018 y condenado a 16 años de cárcel por supuesto espionaje. El miércoles, el secretario de Estado, Antony Blinken, anunció que Estados Unidos había hecho una "propuesta sustancial" a Rusia para liberar a Whelan y Griner. Aunque Blinken se negó a dar detalles, una fuente confirmó a la CNN que Washington estaba dispuesto a intercambiar a Bout.

Este viernes, el ministro de Exteriores ruso, Sergey Lavrov, dijo que el país está "listo para afrontar esta cuestión", pero "solo en el marco del canal de comunicación establecido por los presidentes Biden y Putin". "Hay un canal especial establecido por los presidentes y, a pesar de algunas declaraciones, todavía funciona”, señaló.

La noticia ha desatado un debate en EEUU sobre los peligros de ceder al "chantaje" de Putin, sobre todo cuando el intercambio de prisioneros incluye a un nombre como el de Viktor Bout, traficante de armas y apodado "el mercader de la muerte". Se cree que Bout ayudó a armar a los talibanes y la Alianza del Norte en Afganistán, el Frente Unido Revolucionario en Sierra Leona, el régimen de Charles Taylor en Liberia, Unita en Angola, varias facciones congoleñas y Abu Sayyaf, un grupo terrorista islámico en Filipinas.

La pregunta de muchos es si es comparable un traficante de armas a una estrella del baloncesto arrestada por portar dos cartuchos de vapeo que contenían 0.252 y 0.45 gramos de aceite de cannabis, recetado por su médico para tratar el dolor.

Kathi Austin, fundadora de Conflict Awareness Project, una organización sin fines de lucro que investiga a los principales traficantes de armas, expresó su preocupación por la posibilidad de la liberación de Bout en declaraciones a The Guardian. "Pasé casi 15 años persiguiendo a Bout por todo el mundo para detener su comercio de muertes... Mi vida y la de otros colegas y las fuerzas de paz de la ONU se arriesgó para llevarlo ante la justicia", señaló.

"No pueden imaginar cuánto he luchado emocionalmente con la idea de la liberación de Bout... Putin sabía muy bien lo que estaba haciendo al convertir a Brittney Griner en una moneda de cambio... En una situación posterior a la liberación... Putin seguramente usará a Bout como arma en áreas del mundo donde el mercader de la muerte tiene un historial probado", advirtió.

Además, otros piden incluir en el mismo acuerdo a Marc Fogel, un exprofesor de historia en la Escuela Anglo-Americana de Moscú, fue detenido el pasado agosto tras intentar entrar en Rusia con marihuana medicinal que le recetó su médico para tratar “un fuerte dolor de columna”. Las autoridades rusas lo sentenciaron a 14 años de trabajos forzados, acusándolo de cometer “tráfico de drogas a gran escala”.

Es el caso de Michael McFaul, exembajador de Estados Unidos en Rusia durante la administración de Obama, que aplaudió la decisión de la administración Biden, pero pidió la inclusión de Fogel. "Aplaudo los esfuerzos de Blinken y el Departamento de Estado para traer a casa a Britney Griner y Paul Whelan, incluso si eso significa entregar a Viktor Bout. Sólo espero que incluyan a Marc Fogel. Bout es un verdadero criminal. Valdría por la liberación de 3 estadounidenses".

Ahora mismo es probablemente el ruso de más alto perfil arrestado en EEUU y desde que ingresó en prisión que Rusia pide su liberación. Durante el juicio, Viktor Bout fue considerado por el fiscal general en ese momento, Eric Holder, como "uno de los mayores traficantes de armas del mundo". Sus hazañas han inspirado incluso la película de Hollywood “El señor de la guerra”, protagonizada en 2005 por Nicolas Cage, pero la mayor parte de su vida sigue siendo un misterio.

Se cree que nació en 1967 en Dushanbe, Tayikistán, hijo de una contable y de un mecánico de automóviles. Se formó como intérprete en el Instituto Militar Soviético de Idiomas Extranjeros en Moscú y pasó algún tiempo con el ejército soviético trabajando como traductor en Angola a fines de la década de 1980, ascendiendo al rango de teniente.

Bout forjó una carrera criminal dedicada al tráfico de armas, con colaboraciones con los grupos armados más importantes de todas las partes del mundo  hasta que fue arrestado en un hotel de lujo en Bangkok en 2008. Ocurrió en una espectacular operación estadounidense en la que agentes encubiertos de la Administración para el Control de Drogas se hicieron pasar por rebeldes del grupo colombiano FARC, y lo grabaron tratando de vender armas para usarlas contra estadounidenses.

Aplausos y críticas

Bout nunca fue olvidado por Moscú que, en 2020, ya había propuesto un intercambio entre el traficante de armas y Paul Whelan. Entonces, el Gobierno de EEUU rechazó la propuesta.

Su caso se ha convertido en una causa célebre en Rusia, y varios altos funcionarios han presionado reiteradamente para lograr su liberación. El año pasado, la cámara cívica de Moscú hizo una exposición con 24 de sus obras de arte hechas en prisión, incluidos varios autorretratos. Si vuelve a Moscú, es probable que Bout reciba una bienvenida de héroe, similar a la que disfrutó Anna Chapman, la espía rusa que formó parte de un intercambio de prisioneros en 2010.

Y si uno es una estrella pese a los crímenes cometidos, Brittney Griner no cuenta con el apoyo de todos los estadounidenses. Este jueves, al conocerse su condena Joe Biden reiteraba que era "inaceptable" pedía a Rusia "su inmediata liberación", a la vez que prometía que su Gobierno seguirá trabajando "sin descanso, buscando todas las vías posibles" para que Brittney y Paul Whelan "vuelvan a casa y estén a salvo lo antes posible".

Sin embargo, el ala más conservadora del país ha sembrado críticas a la estrella de la WNBA al recordar que, en 2020, la jugadora había pedido que el himno nacional no volviera a tocarse en los partidos, como forma de protesta contra la violencia policial ejercida sobre las personas negras en el país.

"Creo honestamente que no deberíamos tocar el himno esta temporada.Que deberíamos tomar esa posición", dijo, rechazando salir a la cancha cuando el himno sonaba. "No voy a estar ahí para escucharlo. No nos preguntan lo suficiente qué está pasando en nuestras comunidades, y creo que es una pena”, dijo. “Sí, estamos aquí para jugar baloncesto. Pero el baloncesto no significa nada en un mundo en el que no podemos vivir. No podemos despertarnos y hacer lo que queramos hacer sin miedo a que nos detengan por error".

Intercambios

Los intercambios de prisioneros han sido parte de la historia de EEUU y Rusia desde hace años. El primer gran intercambio entre EEUU y la Unión Soviética ocurrió en febrero de 1962 cuando los estadounidenses entregaron a Rudolf Abel, un espía de la KGB, a cambio del piloto estadounidense Gary Powers, cuyo avión espía U2 fue derribado sobre la Unión Soviética dos años antes. El intercambio, que tuvo lugar en el puente Glienicke en una mañana fría y nublada de Berlín, que luego Spielberg adaptó a una película.

Un poco más de 20 años después, EEUU llevó a cabo lo que un funcionario estadounidense denominó el mayor intercambio de espías de la historia. Estados Unidos liberó a cuatro espías de Europa del Este a cambio de 25 personas detenidas en Alemania Oriental y Polonia. Ya en tiempos más recientes, 10 agentes rusos detenidos por EEUU fueron intercambiados en 2010 por cuatro funcionarios rusos que el Kremlin había encarcelado por sus contactos ilegales con Occidente.

En abril de este año, el exmarine estadounidense Trevor Reed fue extraditado a EEUU tras tres años detenido en Rusia, acusado de atacar a un oficial de policía de Moscú y condenado a nueve años de cárcel. A cambio de Reed, Estados Unidos liberó al piloto Konstantin Yaroshenko, quien fue sentenciado en 2011 a 20 años de prisión por conspirar para importar más de 100 millones de dólares en cocaína a Estados Unidos.

Pese a estos, y otros intercambios a lo largo de los años, ninguno incluyó a una figura con la notoriedad de Bout.