Sólo tiene 21 años y llevaba poco más de tres en la Guardia Nacional Aérea de Massachusetts ejerciendo como técnico de comunicaciones. Y, sin embargo, Jack Teixeira, tenía acceso a la red informática del Departamento de Defensa en la que se recogen los papeles marcados como 'alto secreto'.
Teixeira fue detenido este jueves en North Dighton (Massachusetts) por el FBI como principal sospechoso de la difusión de un centenar de documentos de inteligencia. El joven militar pudo extraerlos gracias a estar habilitado para acceder al 'Sistema Mundial Conjunto de Comunicaciones de Inteligencia', un sistema de intercambio de inteligencia de máxima seguridad que el Departamento de Defensa de EEUU, según ha podido saber The Washington Post.
El militar empezó sus filtraciones con la transcripción de informaciones clasificadas en el grupo privado de Discord que dirigía, aunque posteriormente compartió imágenes de mapas y documentos secretos que acabarían difundiéndose mucho más allá de los límites de ese pequeño colectivo que integraban una veintena de personas.
1.000 años de prisión
Lo que empezó como una forma de darse importancia en un pequeño grupo de amigos puede traducirse en una condena de más de 1.000 años de prisión para el autor. La ley de espionaje estadounidense prevé sanciones de hasta 10 años de cárcel por cada uno de los documentos que se hagan públicos y puedan perjudicar a la defensa nacional, según indicó el fiscal general. Las investigaciones periodísticas indican que Teixeira compartió al menos un centenar de mapas e informes de inteligencia.
El FBI arrestó a Teixeira este jueves, pero esta podría ser sólo la primera de las detenciones que se produzcan en relación con el caso, puesto que tener conocimiento de esos papeles confidenciales y no denunciarlos también está penado en el mismo apartado de la ley. Además, uno de los componentes del grupo de Discord (un adolescente, según las informaciones de The New York Times) habría sido el responsable de difundir los documentos en otros grupos, por lo que su condena podría ser aún mayor.
En una rueda de prensa, el portavoz del Pentágono, el general de brigada Patrick S. Ryder, ha confirmado que hay una investigación criminal en curso y ha afirmado que la filtración ha sido "un acto deliberado y criminal" que viola las ya de por sí "estrictas" normas de confidencialidad.
[Lo que sabemos de la filtración de secretos militares del Pentágono: 53 documentos y escuchas]
Además, Ryder subrayó el trabajo sin descanso que ha realizado el Departamento de Defensa en las últimas dos semanas para detectar la fuente de las filtraciones y conocer el alcance del daño a las relaciones internacionales, algo que todavía están evaluando.
Por su parte, el fiscal general, Merrick Garland, ha dicho que Teixeira ha sido acusado de compartir ilegalmente "información clasificada de defensa". Ha aclarado que se continúa investigando su vinculación exacta con la "eliminación, retención y transmisión no autorizadas de información clasificada".
Garland ha esgrimido que el detenido podría enfrentarse a cargos bajo la conocida como Ley de Espionaje (18 U.S.C. 793) que tipifica como delito la extracción, retención y transmisión no autorizadas de documentos guardados en secreto relacionados con la defensa nacional que podrían usarse para dañar a los Estados Unidos o ayudar a un adversario extranjero.
Militar desde los 18 años
Teixeira, de 21 años, ingresó el la Guardia Nacional Aérea de Massachusetts el 26 de septiembre de 2019, con apenas 18 años, y ha permanecido en ella desde entonces. Aunque su rango militar es de aviador de primera clase, su puesto es el de oficial de sistemas de transporte cibernético, lo que implica la resolución de problemas en los equipos de comunicaciones, según ha informado la Fuerza Aérea a medios locales.
El detenido es un joven ultraderechista antisemita y racista, muy religioso y amante de las armas. Durante meses envió a varios amigos y miembros de un grupo privado del servicio de mensajería Discord decenas de documentos clasificados del Pentágono, primero reproducidos a mano y después mediante fotografías. Varios de estos miembros le describen casi como a una figura paterna o como a un tío por la relación que entabló con todos ellos.
Según informa The Washington Post, el grupo en el que se compartieron estos documentos se creó durante la pandemia de la Covid en la red de mensajería más popular entre los jóvenes amantes de los videojuegos. En ese chat había más de 20 personas, la mayoría hombres jóvenes con ideología de ultraderecha, religiosa y afín a las armas. En el grupo había personas de fuera de Estados Unidos, entre otros países de Rusia y Ucrania.
Teixeira, el mayor del grupo, habría estado explicando durante meses a los otros miembros el significado de la jerga militar que aparece en los documentos del Pentágono y llegó, incluso, a jactarse de estar revelando cosas que "el Gobierno no quiere se sepan", según ha relatado otro de los presentes en el grupo a The Washington Post.
En una ocasión, ha revelado esta fuente, el presunto autor llegó a enfadarse con los demás miembros del grupo, ya que había pasado "una hora cada día escribiendo estos mensajes tan largos en los que a menudo hacía anotaciones y explicaciones de cosas que nosotros los ciudadanos normales no entenderíamos", enfadándose por la aparente falta de interés de los más jóvenes, amenazando con dejar de enviar las filtraciones.
La principal norma que Teixeira impuso sobre sus compañeros era no publicar los documentos en ningún sitio, pero el 28 de febrero salió del grupo la primera tanda de documentos compartidos por algunos de los usuarios -se desconoce quién es la fuente- en otro chat de Discord, y de ahí se difundió a cada vez más grupos, aunque los Servicios de Inteligencia no reportaran constancia de estas filtraciones hasta un mes después.
A mediados de marzo, el presunto autor de las filtraciones dejó de publicar documentos, y un día antes de que el primer medio estadounidense informara de la presunta filtración, escribió en el grupo en un estado "frenético", asegurando que "algo había pasado y pedía a Dios que esto no ocurriera".
Después de que el caso saltase a los medios, los miembros del grupo saltaron a otro servidor para continuar sus conversaciones, en las que el presunto autor de las filtraciones confesó sentirse "confuso y perdido sobre qué hacer a continuación".
Finalmente, pidió al resto de miembros del grupo que borrasen todos los documentos y todos los mensajes y desapareció, algo que según la fuente consultada por The Washington Post, "se sintió como perder a un miembro de la familia, todos lloramos".