Sala de prensa del McCamish Pavilion, donde se celebra el debate

Sala de prensa del McCamish Pavilion, donde se celebra el debate Reuters

EEUU

Los republicanos recriminan a Joe Biden su negativa a pasar un test de drogas antes del debate

Trump llevaba días calentando el debate y poniendo el foco en la aparente mala salud de Biden, replicando la estrategia contra Clinton de 2016.

27 junio, 2024 23:25

"¿Test de drogas para el deshonesto Joe Biden? Yo estaría inmediatamente de acuerdo con hacérmelo", señalaba Donald Trump esta semana para calentar el debate. El candidato republicano volvía a sacar a colación la debilidad de su rival, dando a entender que el actual presidente no podría aguantar un cara a cara sin la ayuda de fármacos estimulantes.

El ala más dura del Partido Republicano aprovechó las horas previas al debate para poner el foco en la negativa de los Demócratas a que pasase dicho test, alimentando la idea del mal estado de salud de Biden.

La portavoz de campaña del presidente, Adrienne Elrod, rechazó cualquier posibilidad de realizar el test, dando a entender que se trata de una idea absurda.

La salud de ambos es uno de los elementos que tendrán en cuenta los votantes en unos comicios que enfrentarán al octogenario presidente con un Trump que entraría en esa misma década durante su hipotético segundo mandato presidencial. 

Los ataques a la salud de Biden han sido una constante durante toda la presidencia del político de Pensilvania, cuyas caídas y tropezones han sido utilizadas desde el partido del elefante para subrayar su vejez. También han hecho hincapié en estos años en su salud mental, empleando para ello los extraños silencios en algunas de sus intervenciones públicas, o los notables lapsus en las respuestas a periodistas. 

Trump ya usó una estrategia similar hace ocho años, cuando cuestionó el estado de salud de Hillary Clinton, su rival demócrata por la presidencia en 2016. "Hillary Clinton no tiene la entereza, la fortaleza o la resistencia para liderar nuestro mundo", decía un anuncio televisivo de la campaña de Trump de aquel año. "Ella fracasó como Secretaria de Estado. No dejes que nos vuelva a fallar".

De hecho, el multimillonario también reclamó que Clinton pasase un test de drogas previo al debate final de octubre durante la campaña presidencial de hace ocho años. "A los atletas les obligan a someterse a un control de drogas. Deberíamos hacernos una prueba antes del debate porque no sé qué le pasa. Al comienzo de su último debate, ella estaba muy entusiasmada al comienzo, pero al final, apenas podía llegar a su coche", afirmó en un discurso. 

Así van las encuestas

El presidente estadounidense, Joe Biden, y su rival, el expresidente Donald Trump, llegan al debate de este jueves en CNN con un empate en las encuestas a nivel nacional, pero con Trump por delante en la mayoría de los estados que serán clave en las elecciones de noviembre.

Según la media de encuestas del portal FiveThirtyEight, Trump tiene un 41 % de intención de voto, frente al 40,9% de Biden, que ha recuperado terreno en las últimas semanas.

Para el demócrata, una buena actuación en el debate es vital a la hora de mejorar en los sondeos y despejar parte de las dudas sobre si puede gestionar un segundo mandato con 81 años.

La última encuesta nacional, publicada por The New York Times, da a Trump una ventaja de tres puntos sobre Biden, con un 40% de la intención de voto entre los probables votantes.

Un debate decisivo

Los sondeos ponen a ambos candidatos dentro o a muy poca distancia del margen de error, con lo que la actuación en el debate de hoy, el más temprano de la historia, puede ser decisiva para cambiar la tendencia en las encuestas y orientar la percepción de los votantes.

Las encuestas en los estados decisivos, los que se pueden inclinar a uno u otro candidato, dan ventajas a Trump en la mayoría. En Míchigan, Wisconsin y Pensilvania, el margen es de empate técnico, mientras que Trump tiene márgenes claros de ventaja en Georgia, Carolina del Norte, Nevada y Arizona.

Este debate es histórico, no sólo porque llega antes de las convenciones de ambos partidos (nunca antes se había celebrado un cara a cara antes de septiembre), sino por la edad de los candidatos (78 años Trump, 81 Biden).

Además, es el primero que no organiza la Comisión de Debates Presidenciales desde 1988 y el primero desde el debate televisivo inaugural de 1960 entre John F. Kennedy y Richard Nixon que no tiene público.