Donald Trump y Joe Biden en el primer debate presidencial el pasado jueves.

Donald Trump y Joe Biden en el primer debate presidencial el pasado jueves. Reuters

EEUU

Trump "blindado" por el Supremo y Biden cuestionado por los suyos: semana fatídica en EEUU

El candidato republicano pide poner fin a todas sus causas judiciales, mientras que el presidente parece decidido a continuar la carrera electoral. 

2 julio, 2024 02:24
Nueva York

Semana fatídica para Trump y Biden en su insólita campaña por repetir un segundo mandato en la Casa Blanca. La democracia estadounidense demuestra día a día el estado anómalo y caótico en el que se encuentra, con el aspirante del Partido Demócrata, Joe Biden, cuestionado entre los suyos e incluso la prensa más afín; mientras el candidato del Partido Republicano, Donald Trump, continúa pendiente de sus imputaciones judiciales y recibe un importante respaldo de la mayoría conservadora del Tribunal Supremo, que él mismo fraguó durante su mandato: la investigación por su responsabilidad en el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 podría quedar en nada por la inmunidad penal de la que gozan los presidentes, incluso cuando hayan ejercido en funciones y después de su mandato.

No habían pasado ni cuatro días desde el desastroso debate presidencial que ha encendido todas las alarmas entre los demócratas por la pésima participación de Biden cuando, este lunes al mediodía de Washington DC, la ciudadanía estadounidense tuvo que digerir otra noticia que impactará no solo en la campaña electoral, sino en un posible segundo mandato de Trump. El Tribunal Supremo, la instancia judicial más alta de EEUU, otorgó una inmunidad parcial al exmandatario que lo blinda de ser procesado por los “actos oficiales” realizados durante su mandato, pero deja abierta la posibilidad de juzgar los “no oficiales”.

El fallo, complejo y engorroso, fue aprobado por la mayoría conservadora (6-3) del Supremo, que cuenta con tres magistrados designados directamente por Trump, y tiene dos consecuencias inmediatas. Primero, aminora el alcance de la investigación ya que excluye los actos "oficiales" sujetos a esa inmunidad, como las comunicaciones de Trump con su gabinete en la Casa Blanca y con el entonces vicepresidente Mike Pence, a quien presionó para evitar que certificara su derrota en los comicios.

Segundo, demora de manera indefinida el resto de pesquisas, ya que devuelven el caso al tribunal federal de Washington, que tendrá que dirimir acción por acción las que pertenecen al ámbito “oficial” o “no oficial”, con sus correspondientes apelaciones. Es decir, que se dilatará más allá de las elecciones del 5 de noviembre.

“Gran victoria para nuestra Constitución y democracia. Orgulloso de ser estadounidense”, celebró Trump en mayúsculas en su plataforma Truth Social. Durante el debate de la semana pasada, él mismo calificó al sistema judicial de “manipulado” y “asqueroso” cuando fue cuestionado por la sentencia de un tribunal de Manhattan (Nueva York) que lo declaró culpable por falsificar registros comerciales durante su primera campaña electoral. Se trata del único caso en el que Trump actuó como candidato y no está sujeto a ninguna inmunidad. De hecho, el próximo 11 de julio se dictará la condena por ese caso, que podría ser de cuatro años de prisión.

La decisión del Supremo supone un alivio para la campaña del republicano y se suma a otra sentencia del alto tribunal (en este caso el recurso fue presentado por un expolicía que participó en el asalto al Capitolio) que considera que el Departamento de Justicia se excedió al imputar cargos de “obstrucción” a algunos de los ciudadanos que incurrieron en la irrupción.

Reacción de republicanos y demócratas

Como era de esperar, Trump ya ha movido ficha y ha pedido en sus redes sociales que la decisión del Supremo “debería poner fin” a todos los casos en su contra, incluso a los que afectan a la contabilidad de sus empresas.

Todo ello mientras las voces del Partido Republicano que cuestionaron la idoneidad de Trump en unas duras primarias se han apagado completamente al comprobar la debilidad de su contrincante en el pasado debate, que también ha supuesto un punto de inflexión para cerrar filas entre los conservadores.

De hecho, tras los acontecimientos de esta semana, la campaña de Trump ha incidido aún más en su retórica de presentar al expresidente como mártir del sistema y en las horas posteriores al fallo del Supremo envió hasta dos emails para pedir donaciones.

Por su parte, la campaña de Biden se ha apresurado en utilizar la sentencia como una alerta sobre el riesgo que supondrían otros cuatro años de Trump en la Casa Blanca. “Acaban de entregarle a Donald Trump las llaves de una dictadura. Tenemos que hacer todo lo que esté a nuestro alcance para detenerlo”, dijo Quentin Fulks, subdirector de campaña, en declaraciones recogidas por el diario The New York Times.

Desde hace varios días el equipo de Biden trata de centrar su mensaje en las maneras autoritarias de Trump, en lugar de destacar las cuestionadas virtudes de su candidato, pero parece no estar calando.

The New York Times, tradicionalmente más amigable hacia el demócrata, pidió en un duro editorial que se retirara: "El mayor servicio público que puede prestar ahora es anunciar que no seguirá presentándose a la reelección”. Ese mismo diario también informó de que los trabajadores de campaña "han estado quemando las líneas telefónicas todo el fin de semana con los principales donantes enfadados" tras el desastroso debate.

Una encuesta de la cadena CBS indicó que el 72% de los votantes registrados creen que Biden no tiene la capacidad cognitiva para servir como presidente y alrededor del 46% de los demócratas considera que debería elegirse otro candidato. Solo un 28% le apoya.

Calibrar daños 

Por el momento, las encuestas siguen dando un empate técnico entre ambos candidatos, pero está por ver qué resultados arrojan los próximos sondeos después del caudal de vídeos dañinos para la imagen de Biden que dejó el cara a cara y que ha aprovechado ávidamente la campaña de Trump.

Las últimas informaciones publicadas por los medios estadounidense señalan que su familia, especialmente su mujer, Jill Biden, han animado al presidente a olvidar este bache y seguir en la carrera. Ellos serían los únicos que podrían lograr una retirada a tiempo para elegir otro candidato antes de agosto.

Sin embargo, la cadena de noticias CNN afirma que la campaña demócrata solo está ganando tiempo mientras recolecta datos de sondeos, fundamentalmente en los estados bisagra, y de las donaciones para tener una imagen clara de los daños antes de tomar cualquier drástica decisión.