El padre del niño de 14 años que mató a cuatro personas e hirió a otras nueve con un fusil semiautomático en un colegio de Georgia, Estados Unidos, podría pasar el resto de su vida entre rejas. Colin Gray, de 54 años, fue acusado este viernes de homicidios involuntarios, asesinato en segundo grado y crueldad contra menores de edad por presuntamente haber permitido a su hijo, Colt, acceder al arma empleada en la masacre del miércoles.
El juez le acusó de 14 cargos que podrían acabar en una pena de 180 años de cárcel, en caso de ser hallado culpable. De confirmarse, sería uno de los castigos más duros contra el padre de un tirador en Estados Unidos.
Colin Gray apareció en la sala del tribunal con un pantalón y una camiseta a rayas de prisionero. Visiblemente emocionado, sollozaba mientras escuchaba al magistrado pronunciar todos los cargos de los que ha sido acusado. Tras escuchar la posible pena de cárcel que podría recibir, el hombre se inclinaba hacia delante y hacia atrás con cierto nerviosismo y con la mirada perdida.
Ni hijo ni padre solicitaron la libertad bajo fianza. Tampoco presentaron alegatos. Colt fue acusado este viernes de cuatro asesinatos y no se enfrentará a la pena de muerte por ser menor de 18 años, aunque sí es elegible para la cadena perpetua sin libertad condicional.
El progenitor del niño fue detenido el jueves, apenas 36 horas después del tiroteo que ejecutó su hijo, por darle un arma de fuego y a sabiendas de que "era una amenaza para él mismo y para los demás", según afirmaba la orden de arresto de la policía. Los investigadores afirman que permitió que el niño tuviera el fusil en su poder.
"Los cargos contra él están directamente relacionados con las acciones de su hijo", afirmó en una rueda de prensa tras la detención el director de la Oficina de Investigaciones de Georgia, Chris Hosey.
Señales de peligro previas
Según los investigadores, hubo señales de aviso antes de que se produjera la masacre en el instituto de Apalachee. El FBI de Georgia investigó al joven por presuntamente haber amenazado con un tiroteo escolar a través de internet y fue interrogado junto a su padre. El niño, sin embargo, negó haber cometido esas amenazas.
En declaraciones a The Washington Post, la tía del menor afirmó que en los últimos meses Colt pidió a su familia ayuda psicológica.
No es la única familiar que se ha pronunciado. Antes de la vista oral de este viernes, el abuelo del niño, Charles Polhamus, expresó su deseo de que el padre también fuera acusado junto a su nieto. "Si no hubiera tenido una maldita pistola no habría ido a matar a nadie", lamentó.
El ataque que desató el joven Gray acabó con la vida de los estudiantes de 14 años Mason Schermerhorn y Christian Ángulo, así como la de los maestros de matemáticas Richard Aspinwall, de 39 años, y Cristina Irimie, de 53.
El tiroteo del miércoles fue el número 45 de los registrados en lo que va de 2024 en centros de enseñanza de Estados Unidos, según un recuento de CNN.