Taylor Swift vs. Elon Musk.

Taylor Swift vs. Elon Musk. Arte El Español

EEUU CAMPAÑA ELECTORAL

Taylor Swift vs. Elon Musk: una batalla cultural en el epicentro de las elecciones más reñidas en EEUU

La cantante más popular del mundo y el hombre más rico representan dos identidades culturales opuestas. Con cientos de millones de seguidores cada uno, sus declaraciones pueden mover miles de votos.

22 septiembre, 2024 02:34

Cuando el pasado 10 de septiembre la cantante Taylor Swift, uno de los íconos culturales de nuestro tiempo, publicó en su perfil de Instagram, donde tiene 284 millones de seguidores, que había decidido votar por Kamala Harris nadie se mostró particularmente sorprendido.

A fin de cuentas Swift, que empezó a triunfar en el mundo de la música hace quince años, es conocida por sus postulados progresistas. Se ha manifestado contra los excesos de la policía, en particular los que sufre la comunidad negra, y a favor de preservar y expandir los derechos de la comunidad LGTB. Entre otras causas. “Una dama sin hijos y con gatos”, fue como la artista firmó su declaración de intenciones; una clara alusión al movimiento conservador que pretende caricaturizar al Partido Demócrata como una formación liderada por “un puñado de señoras con gatos y sin hijos”. 

Tampoco sorprendió la respuesta que le dedicó Donald Trump, el rival de Harris en estas elecciones, cinco días después en su propia red social. “Odio a Taylor Swift”, escribió (en mayúsculas y un signo de exclamación al final) en Truth Social.

Lo que sí sorprendió, hasta el punto de dar pie a varios artículos en revistas de la intelligentsia estadounidense como The Atlantic o The New Republic, fue la reacción del magnate tecnológico Elon Musk en la red social X, antes llamada Twitter, que le pertenece y en donde cuenta con 198 millones de seguidores. “Vale, Taylor… tú ganas. Te daré un hijo y protegeré a tus gatos con mi vida”, escribió en un mensaje que recibió medio millón de likes demostrando, una vez más, su influencia allende los ámbitos estrictamente empresariales. Demostrando, en fin, que Musk es otro de los íconos culturales del momento.

De votar a Hillary a compadrear con Trump

El mensaje del multimillonario sudafricano –con pasaporte estadounidense– se prestaba a varias lecturas. Unas más cándidas y otras más sexuales. Donde sí parece coincidir todo el mundo es en los parámetros dentro de los cuales encuadrar su respuesta: dominancia, virilidad, conservadurismo. Un intento de imponerse a una figura vista como rival. Y no solo en la esfera cultural; también en la política.

Porque Musk, que en su día era visto como un idealista tecnológico que había triunfado en muchas de sus aventuras empresariales –como Tesla o SpaceX– gracias a la fuerza de voluntad, lleva un par de años copando portadas debido a su pensamiento ideológico. El primer gran titular lo regaló en mayo del 2022, cuando declaró que tras haber votado a Hillary Clinton en 2016 y a Joe Biden en 2020 se desmarcaba del Partido Demócrata. No podía seguir votando esas siglas, dijo, porque fomentaban “la división y el odio”.

A partir de ahí, suma y sigue. En octubre del 2022 dijo que el ataque sufrido por el marido de Nancy Pelosi en su residencia podía tener que ver con su vida personal (después borró el mensaje); en septiembre del 2023 reconoció haber retirado la ayuda tecnológica suministrada a Ucrania; y en noviembre del 2023 flirteó con una teoría de la conspiración sobre una supuesta trama pedófila dirigida por las élites del Partido Demócrata y dio alas a otra teoría según la cual los judíos están maquinando junto a otras minorías para convertir a los blancos en parias (Musk se disculpó por alentar la segunda).

Por no hablar de lo que contestó cuando Nicolás Maduro le retó a una pelea. “Acepto”, contestó Musk. “Si gano, que dimita como dictador de Venezuela, y si pierdo le llevo gratis hasta marte”. Una respuesta que cosechó decenas de miles de likes y cientos de comentarios entusiasmados.

Finalmente, el pasado mes de julio, poco después de que un veinteañero llamado Thomas Matthew Crooks atentara contra la vida de Trump durante un mitin en Pensilvania, Musk declaró que votará por el candidato del Partido Republicano en noviembre. Le había impresionado, comentó después, la actitud demostrada por Trump tras recibir el disparo que casi le cuesta la vida (y que le hirió en la oreja llenándole el rostro de sangre). El no querer abandonar el atril gateando, sino caminando, y no sin antes dirigirse a la audiencia, puño en alto, al grito de “fight, fight!”.

No son meras celebrities

Si Taylor Swift y Elon Musk fuesen dos celebrities al uso la cuestión no daría mucho más de sí. Larga es la lista de actores, actrices, cantantes y deportistas que han dicho, y dicen, a quién van a votar sin que eso afecte gran cosa, o nada, al resultado final. La afinidad del actor George Clooney o del director Spike Lee con el Partido Demócrata es de sobra conocida. También lo es la simpatía hacia Trump demostrada en repetidas ocasiones por el cantante Kid Rock, los actores James Woods y Jon Voight, o por el luchador Hulk Hogan.

Si el posicionamiento de todos ellos, y de tantos otros famosos, no quita el sueño de los analistas políticos es porque esos nombres corresponden a meras celebrities y no a íconos culturales. No son, en fin, representantes de una determinada identidad como sí parecen serlo Swift y Musk. A ella se le asocia con una feminista de éxito, sensible, empoderada e independiente. A él con un hombre poderoso, sin miedo pese a las cicatrices dejadas por la vida, partidario de la familia –o al menos de generar mucha descendencia– y dispuesto a conquistar lo que se ponga por delante.

De ahí que ambos cuenten con cientos de miles de seguidores que se autodefinen –más los de ella que los de él– con un término derivado de sus nombres: swifties en el caso de la cantante y musketeers –un guiño a los tres mosqueteros acuñados por el novelista francés Alexandre Dumas– en el caso del magnate tecnológico.

¿Pueden mover un número significativo de votos?

La pregunta, a pocas semanas de las elecciones, es hasta qué punto esa influencia puede mover votos.

Habida cuenta de la brecha política que ha aflorado entre los hombres y las mujeres estadounidenses que todavía no han cumplido la treintena, una brecha documentada por The Wall Street Journal a través de varias encuestas, y habida cuenta del interés que ambas personalidades despiertan entre los votantes independientes la respuesta parece afirmativa. Sí: los posicionamientos de Swift y Musk podrían empujar a miles de jóvenes indecisos en una dirección u otra.

Para muestra lo sucedido hace cuatro años, cuando Swift animó a sus seguidores a registrarse para votar tras declarar que ella lo haría en favor de Biden. Durante las horas siguientes al anuncio se registraron 65.000 altas nuevas en el censo electoral. Cabe recordar, al respecto, que en las elecciones del 2020 el Partido Demócrata ganó Arizona por menos de 11.000 votos y Georgia por menos de 12.000 votos. Dos estados que se consideran clave para alzarse con la victoria este otoño.

Otra prueba de que la influencia de Swift va más allá de la inercia se encuentra en un colectivo llamado Swifties For Kamala; creado el pasado mes de julio, ya cuenta con más de 80.000 seguidores en la red social X y, según informa el periódico The Hill, ha conseguido recaudar más de 130.000 dólares en donaciones. Swifties For Kamala se define como “una coalición formada por fans de Taylor Swift comprometidos con la protección de la democracia de los Estados Unidos de América”. 

Musk, por su parte, ha demostrado la influencia que tiene de una forma mucho más directa: recibiendo una oferta de trabajo del mismísimo Trump. Ocurrió a principios de septiembre, antes incluso del debate. Musk propuso al expresidente crear una comisión para revisar la eficiencia del sector público estadounidense. Para adelgazarlo, vaya. Trump contestó que, si consigue ganar las elecciones y ser elegido de nuevo presidente, encargará dicha reforma –que tildó de “drástica”– al magnate. “Es un recortador de talla mayor”, declaró en un tono laudatorio. 

Tras conocer la noticia, Musk puso el siguiente mensaje en X: “Estoy deseando servir a Estados Unidos si se me brinda la oportunidad. No necesito un sueldo, tampoco un título, ni siquiera reconocimiento”. A 400.000 personas les pareció, a juzgar por su like, una idea estupenda.