Violencia tras las elecciones y miedo al pucherazo: las encuestas más preocupantes del duelo de Kamala y Trump
- Un 60% de los electores reconoce haber reducido su consumo de noticias, dejando vía libre a la desinformación.
- Más información: Trump regresa, junto a Musk, al escenario donde sufrió un intento de asesinato: "Quieren quitarnos el derecho a votar"
La atmósfera creada por la desinformación, que ha llegado incluso a los debates presidenciales, y la violencia, tras los dos intentos de asesinato a Donald Trump, está llevando a muchos estadounidenses a limitar el consumo de noticias de una campaña electoral que consideran agotadora, al tiempo que un gran número de los mismos desconfía de la integridad del proceso e incluso prevé violencia tras el recuento, indican algunas de las encuestas más preocupantes cuando falta menos un mes para los comicios.
En un sondeo elaborado tras el debate presidencial por la agencia YouGob, el 60% de los encuestados citó la “violencia” como una de las consecuencias que más ansiedad les generaba al pensar en el escenario posterior al 5 de noviembre. El 48% reconoció estar preocupado porque los “resultados no sean aceptados” y el 39% que “las elecciones sean robadas”.
A otra pregunta, el 67% respondió que la llegada de los comicios presidenciales les hacia sentirse “algo o muy ansiosos”.
Así, Estados Unidos encara las últimas semanas de una campaña electoral que ha visto como la violencia política ha escalado a niveles alarmantes, incluso después del asalto al Capitolio de Washington DC en 2021: En menos de tres meses, el expresidente Trump ha sido blanco de dos intentos de asesinato, uno durante un mitin en Pensilvania y otro mientras jugaba al golf en Florida.
Tras el primero, Trump llamó a la unidad, pero tras el segundo ha culpado abiertamente a los demócratas por sus continuas advertencias sobre la amenaza para la democracia que supondría su segunda victoria. Por su parte, los demócratas señalan que el responsable último de esta polarización es él mismo, ya que sigue sin aceptar el resultado de las pasadas elecciones y se negó a aceptar su derrota en pleno debate contra Kamala Harris.
“Estrés político”
La tensión con la que el país afronta la apertura de las urnas es tal calibre que la Asociación Estadounidense de Psicología (APA) ha acuñado un término al respecto: el “estrés político”.
"Hay una cantidad considerable de evidencia que muestra que la política está teniendo un efecto negativo en una amplia gama de resultados de salud", explica Kevin B. Smith, PhD, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Nebraska-Lincoln y uno de los coautores de un informe publicado este verano sobre el impacto del “estrés político” en la salud de los estadounidenses.
El estudio entrevistó a ciudadanos durante los procesos electorales de 2018 (elecciones de medio mandato) y 2020 (presidenciales) y concluyó que para el 40% de los adultos la política se ha convertido en una fuente de estrés en sus vidas.
"Cuando hemos investigado un poco más a fondo, proporciones significativas de estadounidenses informan que debido a la política, pierden el sueño, han dañado relaciones sociales y no pueden dejar de prestar atención a las redes sociales", añade Smith en el informe.
Quizás por este motivo el 60% de los estadounidenses encuentra estresante discutir temas políticos con personas de opiniones opuestas, una cifra que ha aumentado desde 2019, según Pew Research.
El mismo porcentaje (60%) también asegura limitar su consumo de noticias políticas para evitar la sobrecarga y el agotamiento mental, de acuerdo con AP-NORC y USAFacts. Este último dato, a falta de cuatro semana semanas para los comicios, deja la puerta abierta a que la desinformación penetre en los votantes indecisos, sobre todo con respecto a uno de los temas sobre los que pivota la campaña: la inmigración.
Alarma por la desinformación
Después de que el propio Trump difundiera durante el debate, ante más de 60 millones de espectadores, un bulo que afirma los inmigrantes haitianos la localidad de Springfield, en Ohio, se estaban “comiendo a las mascotas”, el asunto ha copado titulares durante el último mes.
El propio gobernador de Ohio, Mike DeWine, también republicano, tuvo que desmentir a Trump después de que la comunidad haitiana y las autoridades locales recibieran amenazas: "Hay mucha basura en Internet. Se trata de un pedazo de basura que simplemente no era cierto. No hay ninguna evidencia en absoluto”.
Sin embargo, el aspirante republicano vicepresidente, JD Vance, en lugar de recular decidió justificar su retórica.
"Los medios estadounidenses ignoraron totalmente estas cosas hasta que Donald Trump y yo empezamos a hablar. Si tengo que crear historias para que los medios de comunicación realmente presten atención al sufrimiento del pueblo estadounidense, entonces eso es lo que voy a hacer”, justificó durante una entrevista en la CNN.
En el pasado debate entre candidatos a la vicepresidencia, el propio Vance volvió a mencionar el asunto y tuvo que ser corregido por una de las moderadoras, quien señaló que los migrantes haitianos de Ohio contaban con un estatus migratorio protegido, y por tanto no eran indocumentados.
“Las reglas eran que ustedes no iban a verificar los hechos”, criticó Vance al ser interrumpido.
La prensa estadounidense ha señalado que tras el intento de asesinato que sufrió el pasado julio, Trump -muy tendente a rodearse de gente que le idolatra y a prestar atención a teorías de la conspiración- ha ido dejando de lado a su equipo más “formal” para prestar atención a personalidades de internet.
En los últimos actos se ha dejado ver acompañado de Laura Loomer, una agitadora social muy popular entre la burbuja de la extrema derecha estadounidense que lleva años ganando seguidores a costa de apuntarse a infinidad de teorías de la conspiración. Tambien invitó a une veintena de activistas conservadores para que le acompañarán a Filadelfia antes del cara a cara con Harris.
El peso de los influencers
Estas figuras mediáticas están sustituyendo también a los medios de comunicacion para una porción del electorado hastiado con la dinámica política actual.
"Los influencers son vistos como auténticos oradores por su audiencia. No son "medios de comunicación", per se, son compañeros de un grupo. En el ámbito de la política, a menudo son miembros de una identidad política compartida, aunque el influencer es particularmente carismático o convincente: sus publicaciones resuenan, por lo que sus audiencias las comparten”, explica Renée DiResta, investigadora para la Universidad de Stanford sobre pseudociencia, teorías de conspiración y guerra de información.
Aunque el desprecio tradicional de Trump a los medios provoca que se le vincule más con esta dinámica, DiResta apunta que los influencers no son un fenómeno exclusivo de la extrema derecha.
“Los influencers a menudo tienen grandes seguidores. Esto los hace muy útiles para las campañas, por lo que cada vez más candidatos y grupos de apoyo de problemas están trabajando con ellos para hacer llegar los mensajes”, analiza.
De hecho, Harris solo ha dado dos entrevistas desde que es candidata, una en la CNN y otra en un podcast destinado al público femenino, mientras su campaña ha potenciado su actividad en redes sociales. A partir de esta semana, la demócrata estrenará una nueva estrategia y tiene agendadas entrevistas en programas televisivos.
Por su pate, en la recta final de la campaña, el equipo de Trump está potenciando su estrategia de incorporar teorías de la conspiración difundidas en redes sociales en sus mítines, incluso en asuntos poco ideologizados como el huracán Helene, que ha dejado más de 200 fallecidos en seis estados del sureste del país.
Algunos republicanos, incluido Trump, han insinuado que la Casa Blanca está desviando fondos de rescate destinados a los afectados por el desastre para alojar a inmigrantes ilegales. Según esa denuncia, desmentida por las autoridades y otros republicanos, se estarían reduciendo los fondos de los territorios con más incidencia de voto conservador.
“Muchas de las observaciones ni siquiera son de personas sobre el terreno. Si hay algún desafío que llamen a mi oficina y los rastrearemos pero la mayor parte de lo que he visto es una distracción”, denunció el senador republicano de Carolina del Norte, Thom Tillis, este fin de semana.
El cruce de acusaciones, basado en una acusación sin pruebas, está protagonizado las tertulias televisivas y las secciones de opinion de la prensa estadounidense, acrecentando aún más el temor expresado por muchos votantes: que el 6 de noviembre dos versiones contradictorias de los comicios vuelvan a dividir el país.
De hecho, el 48% de los votantes encuestados por la consultora Gallup ve como “un gran problema” que los candidatos derrotados se nieguen a aceptar el resultado, incluyendo los centenares de cargos intermedios que también se votarán ese día.