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El fuego "más destructivo" de la historia de Los Ángeles deja ya 10 muertos mientras los bomberos hacen frente a las llamas sin apenas agua

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 La ciudad de Los Ángeles se enfrenta a los incendios "más destructivos" de su historia, que según han informado las autoridades, han dejado ya 10 muertos.

Hasta cinco grandes fuegos han devorado desde el martes casi 14.000 hectáreas, un área que supera el tamaño de Disney World en Orlando, dejando una destrucción de tal magnitud a su paso que muchos residentes coinciden en describir como una "zona de guerra". Diez muertos, barrios enteros incinerados y casi 180.000 evacuados son parte del desolador balance de un "infierno" que está aún muy lejos de ser controlado. 

La voracidad de las llamas ha sorprendido y sobrepasado a los bomberos de la ciudad y las propias previsiones de las autoridades. Y es que en el peor momento y cuando es más necesaria, los equipos de extinción se quedaron sin agua para poder combatir el fuego.

La escasez de este crucial elemento culmina la 'tormenta perfecta' de una destrucción cuya rápida propagación se debe principalmente a los intensos vientos de Santa Ana, un fenómeno natural característico de esta época del año que, al combinarse con la sequía, ha creado el escenario ideal para el avance descontrolado de las llamas.

En Pacific Palisades, una comunidad en la que más de 1.000 viviendas fueron reducidas a cenizas en el mayor de los incendios forestales, los bomberos vieron cómo los hidrantes de agua contra incendios se secaban en la madrugada del miércoles, a las pocas horas de empezar a utilizarlos.

El Departamento de Agua y Energía de Los Ángeles informó de que esos hidrantes estaban alimentados por tres tanques que estaban llenos al inicio de la emergencia, combinando más de 11,3 millones de litros. Sin embargo, la demanda en esas primeras horas combatiendo las llamas fue cuatro veces mayor a lo previsto.

"Estamos combatiendo un incendio forestal con sistemas de agua urbanos, y eso es realmente un desafío", explicó Janisse Quiñones, directora ejecutiva e ingeniera en jefe del Departamento de Agua y Energía de Los Ángeles, quien añadió que la demanda de agua para combatir incendios en zonas más bajas de la ciudad estaba obstaculizando la capacidad de la urbe para rellenar los tanques en elevaciones más altas.

Los bomberos luchan contra el incendio de Palisades en el lado oeste de Los Ángeles .

Los bomberos luchan contra el incendio de Palisades en el lado oeste de Los Ángeles . Reuters

Las autoridades, que han instado a los habitantes de Los Ángeles a ahorrar agua, anunciaron que se han desplegado 18 camiones de agua de 2.000 a 4.000 galones de capacidad desde el martes para ayudar a los bomberos.

Para hacerse una idea de la magnitud de estos incendios que asolan Los Ángeles, los dos más grandes, el de Palisades y el de Eaton, formaron una pinza alrededor de la ciudad tan enorme que es visible desde el espacio.

Bronca política

En medio de esta dramática situación se ha abierto paso también la bronca política al recordarse estos días la decisión tomada por la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, de recortar hace tan sólo unos meses en más de 17 millones de dólares el presupuesto para este año del Departamento de Bomberos.

Kristin Crowley, la jefa de los bomberos, ya advirtió hace un mes de que este 'tijeretazo' "ha limitado gravemente la capacidad del departamento para prepararse, capacitarse y responder a emergencias de gran escala, incluidos los incendios forestales".

La alcaldesa de la ciudad, sin embargo, defiende que este recorte no ha tenido impacto alguno en la lucha contra estos incendios porque iba destinado a suprimir puestos administrativos en el departamento.

Por si fuera poco, Bass se encontraba fuera de la ciudad cuando estallaron los incendios. En ese momento, estaba en Ghana, adonde el presidente de EEUU, Joe Biden, la había enviado para asistir a la inauguración del nuevo presidente del país africano, John Mahama.

La alcaldesa de Los Ángeles en una rueda de prensa en una imagen de archivo.

La alcaldesa de Los Ángeles en una rueda de prensa en una imagen de archivo. Reuters

Los devastadores incendios se han convertido también en escenario de una batalla política entre el presidente electo, Donald Trump, y los demócratas, que administran California.

El primogénito de Trump, Don Jr., ha recordado que en 2022 los bomberos de Los Ángeles mandaron un avión a Ucrania cargado con equipos excedentes, como botas, mangueras, boquillas o chalecos, dejando entrever que ese material donado podría ser ahora clave.

Trump, por su parte, ha culpado al gobernador de California, el demócrata Gavin Newsom, de la falta de agua para los bomberos por culpa de la política de distribución de los recursos hídricos de California guiada, aseguró, por la protección de un pez en peligro de extinción.

El magnate dijo que Newsom se negó a firmar una supuesta declaración que "habría permitido que millones de galones de agua, provenientes del exceso de lluvia y nieve derretida del norte, fluyeran diariamente a muchas partes de California, incluidas las áreas que están ardiendo de manera apocalíptica".

El gobernador de California criticó al republicano por "politizar" la devastación causada por los devastadores incendios, mientras que su oficina ha señalado que esa declaración de restauración del agua de la que habló el magnate era "pura ficción".