Corea del Norte ha realizado en la madrugada de este domingo un nuevo lanzamiento de prueba de un misil aparentemente balístico, el primero desde el pasado 29 de abril, según informó el Ejército surcoreano.
El régimen norcoreano lanzó el misil a las 5.27 hora local (20.27 GMT del sábado) desde la localidad de Kusong, al norte de Pyongyang, según informó de el Estado Mayor Conjunto (JCS) de Corea del Sur en un comunicado recogido por la agencia local Yonhap.
Las autoridades surcoreanas añadieron que el misil recorrió unos 700 kilómetros antes de caer en aguas del Mar de Japón, por lo que se trataría de una prueba completada con éxito, y consideran que se trata de un proyectil balístico, aunque continúan analizando los detalles del lanzamiento para determinar su tipo.
Se trata del primer test armamentístico de este tipo en dos semanas, y tiene lugar después de que el pasado miércoles asumiera su cargo el nuevo presidente surcoreano, Moon Jae-in Moon, quien ha convocado una reunión de emergencia del Consejo Nacional de Seguridad para tratar la situación.
Primera crisis de Moon
Moon llegó al poder tras afirmar durante la campaña electoral que buscaría un mayor acercamiento con Pyongyang y que a la vez mantendría las sanciones que pesan sobre el país por sus ensayos nucleares y con misiles balísticos.
Corea del Norte ya disparó el 13 de febrero desde la base aérea de Kusong un proyectil balístico de medio alcance Pukguksong 2 (Estrella polar-2, en coreano). Posteriormente realizó otras tres pruebas fallidas con misiles balísticos a lo largo del mes de abril, la última de ellas el día 29 desde Bukchang, en la provincia de Pyeongan del Sur (centro del país).
Estos ensayos desencadenaron un período de máxima tensión en la península de Corea, unidos a la posibilidad de que Pyongyang realizara una prueba nuclear y a la dialéctica endurecida de la Administración Trump, que insinuó la posibilidad de realizar ataques preventivos.
EEUU pide sanciones más fuertes
El Gobierno de Estados Unidos alertó este domingo a Corea del Norte de que su último ensayo de un misil balístico no es la vía hacia un posible diálogo y consideró ese test un "mensaje" hacia el nuevo Ejecutivo surcoreano, favorable a un mayor acercamiento a Pyongyang.
"Lo que vamos a hacer es seguir apretando las tuercas" a Corea del Norte, afirmó la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, en una entrevista en la cadena estadounidense ABC. "Hasta que Kim Jong-un no cumpla nuestras condiciones, no vamos a sentarnos con él. Sufre un estado de paranoia", zanjó Haley.
Poco después de la nueva prueba norcoreana, la Casa Blanca emitió un comunicado en el que manifestó que esta última "provocación" del régimen de Kim Jong-un debe servir de "llamamiento a todas las naciones a implementar sanciones mucho más fuertes".