Los yihadistas que resisten en Marawi, la ciudad de Filipinas bajo el asedio de una facción del Estado Isámico, usan mujeres y niños como escudos humanos. Así lo ha denunciado este jueves el Ejército del presidente Rodigo Duterte, que lucha esquina a esquina para retomar el control de la zona, en la región de Mindanao.
Las tropas de Filipinas han reconocido haber sufrido en las últimas horas diez bajas por "fuego amigo" en un asedio que ya ha segado la vida de al menos 174 personas.
El Grupo Maute, afín al Estado Islámico, "coloca a mujeres y niños en las posiciones de sus francotiradores en la parte alta de los edificios" para disuadir los ataques de las Fuerzas Armadas, indicó el teniente Jo-ar Herrera, portavoz de la 1ª División de Infantería, en el décimo día de enfrentamientos.
2.000 civiles atrapados
El uniformado explicó a Efe en Marawi que el uso de rehenes civiles por parte de los yihadistas "está suponiendo un importante obstáculo para el avance" de los soldados, que parece haberse estancado ante la imposibilidad de desalojar a los islamistas de la zona que todavía controlan.
Unos 2.000 civiles se encuentran atrapados en los tres barangays (barrios) bajo el mando de los rebeldes en pleno centro de la capital de la provincia de Lanao del Sur, en la Región Autónoma del Mindanao Musulmán.
Los islamistas, aseguró Herrera, están usando como cuarteles y puestos de francotiradores las mezquitas y escuela coránicas de Marawi, una ciudad en la que más del 90% de los residentes practica el Islam en un país mayoritariamente cristiano.
Según el último recuento oficial, han muerto al menos 174 personas (120 yihadistas, 35 soldados y policías, y 19 civiles) en los combates iniciados el martes 23 cuando el Grupo Maute se levantó en armas tras una redada de las Fuerzas Armadas en la ciudad.
Diez días en guerra
El avance más destacado de los últimos días es la toma por parte de las Fuerzas Armadas de tres puentes sobre el río Agus, que sigue trazando la inamovible franja que separa el frente de batalla desde hace casi una semana.
El Ejército reiteró hoy que lucha contra un grupo de entre 40 y 50 yihadistas, la misma cifra presumida al inicio de los combates aunque desde entonces han sido abatidos más de un centenar de combatientes, según los datos oficiales.
"Es difícil ofrecer una estimación certera, ya que los terroristas reclutan forzosamente a civiles y también se unen a sus filas delincuentes locales", explicó el portavoz Herrera, en relación a la confusión de números imperante durante los diez días de guerra en Marawi.
Las fuerzas gubernamentales también aseguran haber cortado el suministro de víveres y armas hacia las zonas controladas por el Grupo Maute, en las que "reina la confusión y el hambre", según el representante del Ejército.
Mientras, en el resto de Marawi las calles se encuentran desiertas, con los comercios cerrados a cal y canto, agujeros de bala en los muros de algunas casas y animales abandonados que merodean buscando comida, mientras circulan de forma ocasional vehículos cargados de soldados.