"¿Qué podéis hacer si volvéis a vuestra casa? ¿Pastorear el ganado? ¿Pedir comida en la calle o convertiros en delincuentes?". Estas son las preguntas que Enbo, exagente de la policía tibetana, le hace a los casi 400 niños huérfanos o provenientes de familias humildes que han sido adoptados por su club de lucha en China.
Los niños son entrenados diariamente en artes marciales mixtas (MMA) en las instalaciones ubicadas en la provincia china de Chengdu, una de las más pobres del país, según ha informado el diario independiente South China Morning Post (SCMP).
La policía ha abierto una investigación a raíz de un vídeo subido a Youtube por el propio club, en el que se pueden ver imágenes de los intensivos entrenamientos a los que son sometidos los niños, más propios del ámbito castrense, y donde algunos no superan ni los 15 años de edad.
Según Enbo, fundador de este club de lucha y entrenador desde 2001, las adopciones han sido aprobadas por la Oficina de Asuntos Civiles. "Ellos están de acuerdo", asegura en el vídeo. "Nosotros no somos la Oficina de Asuntos Oficiales. Esto significa que si no estás en forma, te vas a casa".
Su sueño: ganar la UFC
Muchos de los niños que están internados en este club tienen como sueño hacerse con el cinturón de campeón de la UFC (Ultimate Fighting Championship) de Las Vegas, una de las competiciones de artes marciales más duras del mundo.
Xiao Long, un niño de 14 años que lleva 10 meses entrenando, explica cómo es su rutina: "Nos levantamos, entrenamos duro, nos duchamos, y vamos a dormir", explica en el vídeo. Long ha sido adoptado por el club después de que su padre muriera y su madre lo abandonara, aunque será expulsado. "Si no eres capaz de hacerlo [los ejercicios], serás enviado a casa", apunta. "Estoy eliminado, me voy a casa".
Por otro lado, Xiao Wu, también de 14 años, llegó al club con tan sólo 11 años, después de que su abuela, con quien vivía, lo internará en este centro. Wu segura que las condiciones de vida son mucho mejores en el club que en su casa. "Aquí podemos comer carne o huevos. En casa sólo hay patatas", indica frente a la cámara. En el club no tienen que pagar por nada: "Aquí tenemos de todo. Comida, alojamiento, y ropa para llevar", indica.
El club tiene como objetivo que los jóvenes acaben compitiendo a nivel profesional, para ello, Wang Zou, uno de los entrenadores, indica que desde el club se ofrece asesoramiento a los luchadores. "Cuando necesitan dinero, también se lo damos", aunque no revela cuál es la cantidad.