El éxodo se ha convertido en la única oportunidad para los rohinyás en Myanmar, caminan durante días entre selva, río y barro para llegar a Bangladés, el destino esperanzador. Su país les persigue por ser musulmanes, queman sus casas y los asesinan. Ellos, los protagonistas de un nuevo genocidio.
8 septiembre, 201719:29
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Un hombre de Rohingya que lleva sus pertenencias se acerca a la frontera de Bangladesh-Myanmar en Bandarban. MOHAMMAD PONIR HOSSAIN.
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Un niño de Rohingya protege a su hermana mientras sube una colina después de cruzar la frontera. DANISH SIDDIQUI.
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Una mujer y un niño de refugiados de Rohingya miran a través del alambre de púas mientras que esperan el barco cruzar la frontera a través del río de Naf en Maungdaw. MOHAMMAD PONIR HOSSAIN.
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Los residentes locales observan cómo los refugiados rohingyas llegan a la costa después de cruzar la frontera entre Bangladesh y Myanmar en barco. MOHAMMAD PONIR HOSSAIN.
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Los refugiados llegan a la costa tras cruzar la frontera. MOHAMMAD PONIR HOSSAIN..
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Los refugiados de Rohingya se sientan a lo largo del alambre de púas mientras esperan a que el barco cruce la frontera a través del río Naf. MOHAMMAD PONIR HOSSAIN.
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Los refugiados de Rohingya esperan a que el barco cruce un canal después de cruzar la frontera. MOHAMMAD PONIR HOSSAIN.
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Los refugiados de Rohingya caminan en el camino fangoso después de cruzar la frontera de Bangladesh-Myanmar en Teknaf. DANISH SIDDIQUI.
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Los refugiados de Rohingya caminan en el camino fangoso después de cruzar la frontera de Bangladesh-Myanmar en Teknaf. MOHAMMAD PONIR HOSSAIN.
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Los refugiados de Rohingya caminan a través de un campo de arroz después de cruzar la frontera de Bangladesh-Myanmar en el Bazar de Cox. DANISH SIDDIQUI.
