¿Quién no ha oído nunca eso de hacer una ‘huelga a la japonesa’? Según esta leyenda urbana, muy extendida en España, los empleados trabajan más de lo habitual como medida de presión para provocar una superproducción que desplome los precios y provoque grandes pérdidas a las empresas. Este es un ejemplo de la percepción que se tiene de los nipones como trabajadores constantes y locos por su oficio, quienes hasta para protestar trabajan.
A pesar de este mito, lo cierto es que la expresión de “matarse a trabajar” adquiere un significado literal en Japón. La muerte por exceso de trabajo es un auténtico problema de salud pública en este país, donde cada año fallecen o se suicidan cientos de personas por los problemas físicos y mentales que acarrean las extensas jornadas laborales, las cuales incluso pueden superar las doce horas.
A este fenómeno se le ha acuñado un término propio: karoshi. Según el Ministerio de Sanidad, Trabajo y Bienestar de Japón, durante el año fiscal de 2016, 260 fallecimientos fueron denunciados como muerte por exceso de trabajo, aunque las autoridades sólo validaron 117 como tal. En cuanto a los suicidios por este fenómeno, se registraron 498 demandas siendo autenticadas 84 de ellas. En 2015, la cifra fue superior, alcanzando las 189 muertes, aunque los expertos creen que son muchas más.
Mariko Inoue, experta de la Organización Internacional del Trabajo, explica a EL ESPAÑOL que “las largas jornadas de trabajo y la falta de vacaciones pagadas son la causa principal de karoshi”. Sin embargo, “los cambios en el mercado de trabajo en Japón debido a la crisis, el aumento del porcentaje de trabajadores no regulares, y los cambios en la industria”, están detrás de este mortal suceso en la actualidad.
Según Inoue, el origen del karoshi no es preciso, pero se cree que fue el doctor Tetunojo Uehata quien acuñó el término en 1978, el cual fue reconocido políticamente en 1987. El primer caso registrado como tal fue hace unos cuarenta años cuando un hombre de 29 años falleció tras trabajar excesivamente en el departamento de distribución de uno de los periódicos más grandes del país. Sufrió una apoplejía -suspensión súbita de algunas funciones cerebrales, debida a hemorragia, obstrucción o compresión de una arteria del cerebro-.
Algunos de los casos más sonados
Lo que más sorprende de este mortal fenómeno es que la mayoría de las víctimas son jóvenes, como es el caso de Matsuri Takahashi, de 24 años. Esta joven trabajaba en la mayor empresa de publicidad de Japón, Dentsu, y llevaba varios meses consecutivos encadenando jornadas de 20 horas de trabajo diarias, superando con creces las 100 horas extra al mes.
Takahashi residía en un dormitorio dentro de la misma empresa para así poder aprovechar al máximo el tiempo. Un día, su cuerpo y su mente dijeron basta. Se lanzó al vacío y puso fin a su vida el pasado mes de diciembre. Este acontecimiento suscitó un gran revuelo mediático y el entonces presidente de la compañía dimitió. Las investigaciones determinaron que la joven solía salir a las cinco de la mañana del trabajo y que además la empresa falseaba las cuentas de las horas de trabajo.
El pasado mes de agosto, las autoridades reconocieron el caso de un ginecólogo de 30 años que murió hace un año. Este médico llegó a superar las 200 horas extra de trabajo, lo cual le causó severos trastornos mentales. En seis meses tan solo libró cinco días, trabajó en el turno de noche más de cinco veces al mes, e incluso superó jornadas laborales de 30 horas trabajando ininterrumpidamente.
“Nuestro hijo se derrumbó intentando cumplir con sus responsabilidades [...]. A menos que las condiciones laborales mejoren, esta tragedia puede repetirse”, lamentaron sus padres en un comunicado.
El último caso ha sido el de un joven obrero que suicidó tras trabajas largas jornadas en la construcción del nuevo Estadio Nacional de Japón que acogerá los Juegos Olímpicos de 2020. El operario, de 23 años, llegó a trabajar más de 200 horas extra al mes, muy por encima de las 80 recomendadas por la legislación laboral japonesa.
A principios del mes de marzo, el empleado, cuyo nombre no ha trascendido, informó a la compañía su renuncia y, tras más de un mes desaparecido, se halló su cuerpo en la prefectura de Nagano (en el centro de Japón). Apareció junto con una nota que hizo concluir a la policía que se había suicidado.
Cómo diagnosticar el karoshi
Para autentificar una muerte o suicidio que se ha provocado debido a un exceso de trabajo, la víctima debe haber trabajado más de 100 horas extra el último mes, o bien 80 horas durante en dos o más meses consecutivos de los últimos seis.
Después de varios años de presión por parte de los familiares de las víctimas, en el año 2014 se creó una comisión parlamentaria formada por todos los partidos japoneses para llevar este problema al Parlamento y regularlo por ley. Y se consiguió. Las horas extra máximas por mes se han limitado a 80
Además, se define como karoshi la muerte causada por por el suicidio, por una enfermedad cerebrovascular o afección cardiaca, o las enfermedades relacionadas con problemas del corazón o trastornos mentales, siempre que se demuestre que la víctima ha realizado al menos una centena de horas extra mensuales.