Al menos un civil ha muerto y otras 14 personas han resultado heridas en el ataque suicida hoy contra la sede de la organización no gubernamental Save the Children en Jalalabad, en el este de Afganistán, donde prosigue el intercambio de disparos entre los insurgentes y las fuerzas de seguridad afganas.
"Hasta el momento hemos recibido en el hospital un cadáver y tratado a 14 heridos del ataque", afirmó Inamullah Myakhil, portavoz de Directorio de Salud Pública de la provincia de Nangarhar, de la que Jalalabad es la capital.
El ataque comenzó hacia las 9.10 hora local (4.40 GMT), cuando un suicida detonó un vehículo cargado de explosivos en la entrada del edificio y dio paso a un número aún no confirmado de asaltantes, dijo a Efe el portavoz de la Policía de Nangarhar, Hazrat Hussain.
El Estado Islámico ha reivindicado el atentado.. La portavoz de Save the Children en Afganistán, Mariam Attaie, indicó que la organización no puede dar información por el momento sobre lo sucedido.
"Una vez que consigamos toda la información la compartiremos", indicó.
Los grupos insurgentes armados y las organizaciones criminales tienen habitualmente entre sus objetivos a las organizaciones no gubernamentales en Afganistán, donde la situación de seguridad se ha deteriorado de manera considerable en los últimos dos años.
Save the Children suspende temporalmente todas sus actividades en Afganistán
La ONG ha anunciado la suspensión temporal de todas sus actividades en Afganistán, donde presta asistencia a casi 1,4 millones de niños afganos, como consecuencia del ataque que ha sufrido.
"Nuestra principal preocupación sigue siendo garantizar la seguridad de todo nuestro personal", ha asegurado la ONG en un comunicado. "En respuesta a esto, todos nuestros programas en Afganistán han sido suspendidos temporalmente y todas nuestras oficinas están cerradas", ha precisado la organización.
En octubre del año pasado, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) anunció la reducción "drástica" de sus operaciones en el país tras varios ataques a sus instalaciones y la muerte de siete de sus trabajadores en ataques armados en nueve meses, entre ellos la española Lorena Enebral Pérez, de 38 años.
Nangarhar, provincia fronteriza con Pakistán, es una de las zonas más inseguras de Afganistán.
En ella operan los talibanes y el Estado Islámico (EI), que tiene en esta zona su principal bastión en el país asiático, y su capital es habitual escenario de ataques terroristas contra objetivos civiles.