"Luchábamos contra el tiempo cuando los encontramos. Ahora, luchamos contra las aguas (...) No podemos arriesgarnos a nuevas inundaciones", dijo Osothanakorn, gobernador de Chiang Rai, al afirmar que a pesar de nuevas crecidas de las aguas, los equipos de salvamento podrán llegar hasta los menores.
Según la estimación del gobernador, el nivel de las aguas ha cedido un 40% desde el inicio de las operaciones de rescate, pero las autoridades tendrán que actuar con rapidez ante la amenaza de la llegada de un temporal de lluvia este fin de semana.
Los rescatistas aseguraron que solo "si el riesgo es menor que el 10%, iremos hacia adelante", y adelantaron que la misión se llevará a cabo de manera gradual, sacando primero a los niños con mejores condiciones tanto físicas como psicológicas y que la única forma de salir es buceando a través de los túneles subterráneos inundados.
El recorrido es tan difícil que los buzos profesionales que han llegado hasta los niños han tardado tres horas, que serán más cuando tengan que ayudar a los menores a seguir el trayecto marcado con una cuerda bajo el agua. Además, es muy posible que los chicos entren en pánico en mitad del camino y se alargue más el rescate.
Como los menores están rodeados de agua, tienen que sumergirse dos veces: primero 400 metros y después 150, para atravesar una cavidad apodada de "La Playa de Pattaya". Luego, deben caminar y escalar 400 metros por una zona seca hasta llegar a un pasadizo de 15 de metros de ancho donde también habrán de bucear. Desde ahí, les quedan otros tres kilómetros que nadar hasta la entrada de la cueva.
Una decena de militares brinda atención sanitaria a los chicos, visiblemente delgados, pero en buen estado de salud. Así, Poco a poco el grupo recupera las fuerzas antes de salir.
El grupo, compuesto por doce niños de entre 11 y 16 años y un adulto de 26, fue encontrado la noche del lunes en una isla de terreno seco a unos 4 kilómetros dentro de la caverna, tras nueve días de intensa búsqueda en la que han participado más de 1.300 personas. Los 13 se internaron en las galerías tras un entrenamiento de fútbol cuando una súbita tormenta comenzó a inundar la cavidad y les cortó la salida.
Cuerpos de élite del Ejército, efectivos de salvamento, voluntarios y expertos de Estados Unidos, Japón, China y Australia, han participado en las operaciones de búsqueda y rescate. Además un grupo de religiosos budistas de Tailandia y Birmania han visitado la región para dar apoyo moral a los equipos de salvamento y bendecir la misión. En el camino fangoso de acceso a la gruta se han colocado ofrendas florales, alimentos para los espíritus y pequeñas esculturas de devotas rezando.