Un colectivo LGTBI de Japón envió este viernes cerca de 26.000 firmas al gobernante Partido Liberal Democrático (PLD) para exigir la dimisión de la parlamentaria Mio Sugita tras afirmar que son personas improductivas por no poder tener descendencia.
"¿Están ustedes de acuerdo en utilizar vuestros impuestos en favor del colectivo LGTBI? No tienen hijos. Les falta 'productividad' y por tanto, no contribuyen a la prosperidad de la nación", afirmó la parlamentaria Mio Sugita en un artículo del número de julio de la revista mensual Shincho 45, titulado "El apoyo para los LGBTI es excesivo".
Ante estas declaraciones, un grupo de padres con hijos LGTBI ha conseguido recoger más de 26.000 firmas a través de la plataforma digital "change.org", que fueron enviadas hoy a la sede del PLD, partido del primer ministro japonés, Shinzo Abe, solicitando que la legisladora dimita si no pide disculpas públicamente.
"Estamos enfurecidos con Sugita y no toleraremos que dañen a nuestros hijos así", explican en la petición, en la que aseguran que los comentarios de políticos en contra de los LGTBI "perjudican al bienestar" de sus hijos, cuando su trabajo debería ser "cambiar la sociedad japonesa para mejor".
El primer ministro japonés no se ha pronunciado sobre los comentarios de su aliada, aunque su partido emitió un comunicado en el que se posiciona contra las polémicas declaraciones.
El PLD aseguró que las palabras de Sugita "muestran su falta de comprensión y consideración sobre los problemas y sentimientos del colectivo LGBTI", en un comunicado emitido a principios de mes.
Sin embargo, esta misma semana, otro legislador del PLD, Tom Tanigawa, expresó su rechazo a las relaciones homosexuales y declaró que es innecesario permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo.
Tanigawa defendió "la familia tradicional" compuesta por hombre y mujer casados y con descendencia, y destacó que eso es lo que se hace "desde la antigüedad para evitar que las naciones caigan en el declive y en la ruina".
Actualmente, la legislación japonesa no contempla las uniones entre parejas del mismo sexo, y la Constitución define como matrimonio "una unión basada solo en el consentimiento mutuo de personas de diferente sexo".
Aun así, en Japón, donde se estima que la comunidad LGTBI supone entre el 5 % y el 8 % de la población, según varios sondeos, algunas localidades comenzaron en 2015 a expedir certificados de unión civil para parejas del mismo sexo concediéndoles así algunos derechos equiparables a los matrimonios heterosexuales.