La mañana de este viernes los activistas honkoneses han ocupado los vestíbulos del Aeropuerto Internacional de Hong Kong y pretenden quedarse ahí durante tres días. Centenares de manifestantes reciben a los turistas con carteles y folletos en múltiples idiomas en los que explican las causas de la crisis y sus demandas.
Después de la huelga de trenes y vuelos el fin de semana pasado, Comienza el décimo fin de semana consecutivo de protestas en Hong Kong contra el Ejecutivo de Carrie Lam, al que se acusa de permitir una mayor ingerencia de China en los asuntos de la isla asiática que goza de un estatus especial.
Se trata de uno de los aeropuertos con más tráfico del mundo: 1.100 vuelos de pasajeros y de carga al día. Las autoridades del aeropuerto han emitido un comunicado en el que anuncian que está previsto aumentar la seguridad para atender a los viajeros y al personal del aeropuerto.
Países como Australia, Reino Unido, Irlanda, Japón, Singapur o EEUU han recomendado prudencia a las personas que viajen a Hong Kong porque, aunque la mayoría de las manifestaciones son pacíficas, las hay que han resultado en choques violentos con las fuerzas de seguridad.
"Estas protestas, que pueden ocurrir sin previo aviso, es muy probable que continúen", decía el aviso de EEUU. Desde el gobierno de Hong Kong quitan importancia a las manifestaciones, ya que se circunscriben a una zonas muy concretas.
Durante el fin de semana tendrán lugar manifestaciones en distintos territorios de Hong Kong y la Policía ya ha avisado de que se podrán considerar actividades ilegales, lo que augura nuevas confrontaciones.