Birmania está en manos de un gobierno militar ilegítimo, surgido del golpe de Estado que triunfó el lunes, y sus ciudadanos desamparados sin más información de la que aportan los canales oficiales. La última decisión del nuevo mando ha sido ordenar a las compañías de telecomunicaciones el bloqueo de las principales redes sociales.
Los golpistas responden así a las primeras campañas de desobediciencia civil, tapando los ojos a sus compatriotas a todo lo que se diga de ellos y obstaculizando que puedan expresarse más allá de sus fronteras o entre ellos.
NetBlocks, organización no gubernamental que encargada de velar por el acceso a las comunicaciones informáticas en todo el mundo, ha confirmado que Facebook, así como portales y aplicaciones asociadas, como Instagram, han sido restringidas en Birmania por la operadora MPT, de copropiedad pública y controlada por las autoridades.
Desobediencia, caceroladas
Con una población de 54 millones de habitantes, las estimaciones apuntan a que al menos 22 millones de ellos son usuarios de Facebook, la principal red social en el país.
Internet había sido estas últimas horas, desde la asonada militar, el lugar de protesta ante el miedo a hacerlo en las calles. Otras manifestaciones de descontento han sido la negativa del personal sanitario de 70 hospitales y centros médicos a trabajar para una dictadura y grandes caceroladas en Rangún, capital y ciudad más poblada del país.
Los militares tomaron el poder amparándose en un supuesto fraude electoral masivo en las elecciones generales de noviembre, en las que arrasó la Liga Nacional para la Democracia (LND), encabezada por la Nobel de la Paz Aung Sann Suu Kyi, que fue detenida y contra la que ya se han presentado cargos.