Putin no logra un respaldo abierto de China para apuntalar su difícil posición en Ucrania
El líder ruso ha dado a entender que su homólogo no apoya totalemente y que le "preocupa" su "operación especial".
16 septiembre, 2022 03:01Mostrar un frente unido contra Occidente y demostrar que no está ni sólo ni aislado. Esos eran quizá los principales objetivos que buscaba el presidente ruso, Vladímir Putin, cuando cerró con su homólogo chino, Xi Jinping, el encuentro celebrado este jueves en Uzbekistán al margen de una cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái. Y lo ha conseguido, sí, pero a medias.
Rusia se encuentra en un momento de debilidad. No únicamente en Ucrania, donde sus fuerzas están sufriendo pérdidas significativas en la región de Járkov; también en Moscú, donde las sanciones de Estados Unidos y Europa siguen asfixiando a la economía rusa. Ante este escenario, Putin veía al gigante asiático como un salvavidas, un aliado que le apoyara con su invasión.
Sin embargo, Jinping no ha querido entrar en materia y se ha mostrado cauto con sus comentarios sobre la guerra. En un comunicado publicado por el Ministerio de Exteriores chino tras al encuentro -el primero que celebra fuera de su país desde que se inició la pandemia en 2020-, se ha limitado a decir que los dos países se apoyarían mutuamente en temas "relacionados con sus respectivos intereses fundamentales".
[Jefes militares rusos huyen de Crimea para esquivar la purga de Putin tras la derrota en Járkov]
También ha invitado al mandatario ruso "a servir de ejemplo como potencias mundiales responsables y jugar un papel de liderazgo para conducir este mundo turbulento a una trayectoria de desarrollo estable y positivo", recoge Efe.
En cualquier caso, Jinping ha seguido con la ambigüedad y la aparente neutralidad que ha mantenido desde febrero y ha renunciado a apoyarle, al menos abiertamente. Porque si bien no ha condenado la agresión rusa, en numerosas ocasiones ha pedido respeto para "la integridad territorial de todos los países" y se ha opuesto a las sanciones contra Moscú por "no tener base en el derecho internacional" y porque, a su juicio, "no solucionan los problemas".
Paradójicamente, quien sí ha dado a entender que el líder chino no respalda totalmente la guerra en Ucrania ha sido el propio Putin, que ha reconocido que China tiene "preguntas y preocupaciones" sobre la guerra en Ucrania.
Salvavidas económico
No cabía esperar que Pekín brindase apoyo económico o militar adicional a Rusia, ya que correría el riesgo de violar las sanciones occidentales y dañar la economía de su país. Mucho menos cabía esperarlo si se tiene en cuenta que en el país sigue vigente la estrategia de "cero COVID", que le ha aislado internacionalmente y ha ralentizado su crecimiento.
Ahora bien, eso no ha impedido que Pekín, el mayor consumidor de energía del mundo, haya estado comprando a Moscú la energía a la que Europa ha renunciado como castigo. De hecho, se ha convertido en el mayor importador de petróleo ruso, adquiriendo, sólo entre abril y julio, un 17% más de crudo ruso entre abril y julio respecto al mismo período hace un año.
China corre el riesgo de que las sanciones afecten a su economía si apoya militar o económicamente a Rusia
Putin tampoco ha tenido éxito en ese sentido: no ha conseguido cerrar un acuerdo sobre un oleoducto crítico que podría permitir a Moscú exportar más gas natural siberiano a China.
[Editorial: ¿Consentirá China que Putin pierda la guerra?]
Por el momento, el Power of Siberia 1 es el único gran gasoducto ruso que llega hasta su vecino. Así que Gazprom, la gasista del Kremlin, lleva estudiando años la posibilidad de que un nuevo gasoducto importante, el Power of Siberia 2, viaje a través de Mongolia y lleve gas ruso a China desde los campos de gas de Bovanenkovo y Kharasavey en Yamal, según recoge Reuters. No obstante, ambas potencias aún no han firmado ningún acuerdo.
Con todo, esa amistad "sin límites" que se prometieron Putin y Jinping la última vez que se vieron cara a cara en febrero de 2020 parece sí tener límites.