Vivia Chang, la embajadora de Taiwán en España.

Vivia Chang, la embajadora de Taiwán en España. Javier Carbajal EE

Asia Entrevista a Vivia Chang

La embajadora de Taiwán en España: "Una guerra en la isla interrumpiría el 40% del comercio mundial"

"Sólo preparándonos para la guerra podemos evitarla"//"Los taiwaneses no podemos aceptar un diálogo que parte de intimidaciones y amenazas"//"Una guerra en la isla sería desastroso para el mundo entero"// "El expansionismo de China no se detendrá con Taiwán". 

6 noviembre, 2023 02:39

El estallido de la guerra entre Israel y Hamás en Gaza ha girado la mirada de Occidente hacia Oriente Próximo después de un año y medio de conflicto en Europa. Sin embargo, la invasión rusa en Ucrania continúa, como también siguen, cada vez con mayor beligerancia, las maniobras militares que China lleva meses realizando alrededor de Taiwán, un territorio autogobernado que reclama como suyo. Sólo en la última semana, el gigante asiático ha movilizado 43 aviones militares y siete buques a las inmediaciones de la isla. 

Ante esta incesante campaña de presión y acoso, la República de China –como se conoce oficialmente a Taiwán– ha mejorado su capacidad de autodefensa, comprando artículos militares a Estados Unidos (su principal aliado) y desarrollando armamento de fabricación nacional, como los modernos submarinos Hai KunPero si en algo ha insistido el actual Gobierno, que se juega la reelección el próximo enero, ha sido en retener la atención de la comunidad internacinal sobre la creciente asertividad de China. Y eso, para un territorio que sólo es reconocido como Estado soberano por 13 países con poco peso en el tablero global, no es algo sencillo. 

EL ESPAÑOL conversa sobre todo ello con Vivia Chang, desde verano al mando de la Oficina Económica y Cultural de Taiwán en España, una institución que funciona como embajada oficiosa ante la falta de relaciones diplomáticas. Entre banderas, la representante de la isla nos recibe en el piso 18 de un edificio situado en pleno centro de Madrid, en una semana de intensa actividad china en las aguas del Estrecho de Taiwán. "Pekín está tratando de hacer que eso sea nuestra 'nueva normalidad'", se lamenta Chang.

Vivia Chang, embajadora de Taiwán en España.

Vivia Chang, embajadora de Taiwán en España. Javier Carbajal EE

España no reconoce Taiwán como un Estado. ¿Cómo valora la relación entre ambos?

Es verdad que no existen relaciones diplomáticas entre España y Taiwán, pero nuestras relaciones se han desarrollado fluidamente dentro del marco de la Unión Europea. Nos sentimos muy orgullosos de compartir con España valores universales tan importantes como la libertad, la democracia y el respeto por los derechos humanos. Nuestro objetivo es fomentar los intercambios, mantener nuestras relaciones con el Poder Legislativo y trabajar para lograr una mayor interacción con el Ejecutivo, en busca del beneficio mutuo para ambos pueblos.

Este verano comenzó su misión como embajadora en España. ¿Cuáles son sus prioridades?

Pienso mantener una línea de continuidad con los importantes avances logrados, y fomentar el intercambio entre ambos pueblos, en ámbitos como el económico y comercial, el turístico, el cultural y el académico, además de en lo político. Por ejemplo, el volumen de intercambio entre España y Taiwán fue de cerca de 2.700 millones de dólares en 2022, lo que supuso un crecimiento del 8% respecto al año anterior. Eso está bien, pero creo que queda mucho margen de mejora. Estamos trabajamos para aumentar las exportaciones desde España, sobre todo del sector agroalimentario y de productos como la carne de cerdo, el aceite y el vino.

[Taiwán lanza su primer “monstruo marino” propio para contrarrestar el acoso militar de China]

En los últimos meses China ha intensificado la actividad militar en el Estrecho de Taiwán. ¿Cómo valora esta escalada?

China ha utilizando como pretexto la reunión de abril de nuestra presidenta Tsai Ing-wen con el presidente de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Kevin McCarthy, y la posterior visita del vicepresidente Lai Ching-té en agosto, para reanudar sus maniobras para cercar la isla. Eso ya lo hizo en agosto de 2022 tras la visita de Nancy Pelosi. Como consecuencia, los aviones militares chinos comenzaron a cruzar la línea media del Estrecho de Taiwán tratando de convertir esta situación en una "nueva normalidad". Con las presiones militares, económicas y diplomáticas que ejerce sobre nuestro territorio, China está desafiando el orden internacional y socavando la paz y la estabilidad en toda la región. Por eso las democracias del mundo han de permanecer unidas; porque el expansionismo de China no se detendrá con Taiwán, y la única manera de contrarrestar esas ambiciones globales es la cooperación entre los países con valores compartidos.

¿Cree que es real una posible intervención militar china en Pekín?

Por supuesto. China está expandiendo constantemente su fuerza militar.
Una guerra en el Estrecho de Taiwán no es inevitable siempre y cuando la sociedad global permanezca vigilante, porque nunca se sabe cuáles son realmente las intenciones de un régimen autoritario. China se enfrenta además a graves problemas internos, y eso puede desembocar en un incremento de las amenazas. Más de la mitad de los contenedores de transporte marítimo mundial pasan por la vía navegable del Estrecho, y más del 90% de los chips de semiconductores avanzados del mundo se producen en Taiwán. Una guerra en Taiwán interrumpiría más del 40% del comercio mundial. Por eso, un conflicto en el Estrecho tendría resultados desastrosos para el resto del mundo. 

"El expansionismo de China no se detendrá con Taiwán"

¿Está Taipéi preparada para responder ante ese escenario?

Ante las crecientes amenazas militares de China, hemos reforzado nuestras capacidades de autodefensa, extrayendo lecciones de la actual guerra entre Rusia y Ucrania para desarrollar estrategias asimétricas. También estamos mejorando continuamente nuestra preparación para el combate, adquiriendo armamento defensivo de EEUU, protegiéndonos ante la guerra de desinformación, la guerra híbrida e implantando reformas. Por ejemplo, recientemente hemos adoptado un nuevo plan de reclutamiento que ampliará de cuatro meses a un año el periodo de servicio militar obligatorio a partir del año 2024. Creemos que sólo preparándonos para la guerra podemos evitarla y sólo siendo capaces de afrontar una guerra podemos prevenirla.

¿Confía lo suficiente en la Ley de Relaciones con Taiwán, por la que EEUU promete ayudar a Taiwán en caso de invasión del continente y proporciona armamento defensivo?

Agradecemos que el apoyo de nuestro mejor aliado haya sido siempre bipartidista, independientemente del partido que ocupe la Casa Blanca. Ello nos proporciona la seguridad de contar permanentemente con el apoyo de EEUU. Además, tras la cumbre celebrada en Hiroshima el pasado mes de mayo, los líderes del G7 hicieron público un comunicado en el que reafirman la importancia de la paz y la estabilidad en el Estrecho de Taiwán como un elemento indispensable para la seguridad y la prosperidad internacional.

Sin embargo, además de proporcionar ayuda a Ucrania, ahora Washington también respalda a Israel en su guerra contra Hamás. ¿Teme que su implicación en otros conflictos disminuya su apoyo a Taiwán?

Creo que tanto Estados Unidos como otros países aliados, como los de la Unión Europea, Japón o Australia van a seguir apoyándonos. No obstante, lo más inteligente que podemos hacer es seguir trabajando por la autodefensa, seguir buscando nuestra propia fuerza.

Durante años se ha creído que lo que se conoce como el escudo de silicio (la capacidad dominante taiwanesa en la industria de los microchips) funcionaba como un mecanismo de disuasión ante una agresión china, ya que un ataque a Taiwán paralizaría la producción de chips y rompería la cadena de suministros mundial. ¿Cree que sigue siendo suficiente ese mecanismo?

Es verdad que nuestro liderazgo en este sector nos ha permitido forjar ese "escudo de silicio" ante una posible acción militar. Y es verdad que hemos demostrado al mundo que Taiwán es un socio cooperativo altamente confiable, eficiente y seguro en la cadena de suministro global. Sin embargo, el Estrecho de Taiwán ya no es un asunto regional, sino un punto focal de la seguridad global. 

Vivia Chang, embajadora de Taiwán en España durante su entrevista con El Español.

Vivia Chang, embajadora de Taiwán en España durante su entrevista con El Español. Javier Carbajal EE

¿Hay algún canal de comunicación actualmente abierto entre Pekín y Taipéi?

Existen dos asociaciones semioficiales a ambos lados, como son la Asociación para las Relaciones en el Estrecho de Taiwán, por parte de China, y nuestra Fundación para los Intercambios en el Estrecho. Además, nuestro Gobierno tiene un Consejo de Asuntos del Continente, que se ocupa de gestionar los asuntos relacionados con la política en el Estrecho de Taiwán. Pero si algo tenemos claro los taiwaneses es que no podemos aceptar un diálogo partiendo de intimidaciones y amenazas que incluyen el uso de la fuerza. Nosotros estamos dispuestos a trabajar con China, pero siempre bajo los principios de racionalidad, igualdad y respeto mutuo, para encontrar una solución aceptable para ambas partes.

¿Cuál es la posición de la sociedad taiwanesa? ¿Prefiere mantener el statu quo del que goza desde hace años aunque eso implique no contar con un gran reconocimiento internacional o pelear para convertirse en un país independiente de China a pesar de las amenazas y las posibles consecuencias?

La República de China (Taiwán) es un país soberano. Los resultados de las últimas encuestas, las de julio, muestran un fuerte apoyo público generalizado a la política firme de la presidenta Tsai Ing-wen sobre el mantenimiento de la paz y la estabilidad en las relaciones entre ambos lados del Estrecho de Taiwán. Es decir, más del 90% del pueblo apoya la mejora continua por parte del Gobierno de nuestras capacidades de autodefensa. Cerca del 90% apoya la postura del Gobierno de que ambos lados del Estrecho deben interactuar de forma racional, igualitaria y respetuosa, y tratar de resolver nuestras diferencias mediante la comunicación y el diálogo sin precondiciones. Nuestra posición es la de mantener el statu quo. 

¿Cree que la tensión con China puede influir en las elecciones que Taiwán celebra en enero?

Es verdad que las relaciones con China son siempre un asunto muy importante en las elecciones presidenciales de Taiwán. Pero nuestra sociedad tiene muy asumidos los valores democráticos, y tenemos plena confianza en que el pueblo taiwanés votará en enero según sus convicciones y que no se va a dejar influir por las amenazas de China. 

¿Cree que una victoria de los candidatos que abogan por aumentar su capacidad de autodefensa y reforzar los lazos con EEUU podría aumentar la probabilidad de conflicto?

China está usando ese argumento como arma para tratar de interferir, pero no creo que sea así. Independientemente de cuál sea el partido ganador, la mayor parte de la opinión pública refleja su deseo de mantener el actual statu quo en el Estrecho de Taiwán.

"Los taiwaneses no podemos aceptar un diálogo que parte de intimidaciones y amenazas"

¿Cómo se contempla en la sociedad taiwanesa la fórmula de "Un país, dos sistemas" que opera en Hong Kong?

Hay que recordar lo primero que, a diferencia de Hong Kong, Taiwán es un estado soberano, independiente y autogobernado, con su propio territorio, población, ejército y moneda. Cuando en 1997 Hong Kong dejó de ser colonia británica, Pekín se comprometió a mantener durante 50 años los derechos y libertades allí. Pero habiendo transcurrido solo 26 años, la fórmula "un país, dos sistemas" ha resultado ser un absoluto fracaso. Ha habido un retroceso y una pérdida de libertades. Desde la promulgación de la Ley de Seguridad Nacional en Hong Kong han sido detenidas centenares de personas, otras muchas han tenido que abandonar Hong Kong y se han cerrado medios de comunicación. 

Taiwán lleva años pidiendo participar en la Asamblea de Naciones Unidas, donde sigue excluida. ¿Por qué cree que la comunidad internacional no muestra un mayor apoyo en este sentido?

Cada año recibimos un mayor apoyo de nuestros aliados y países de ideas afines. Este año, altos cargos de nuestros países aliados se han manifestado a favor de Taiwán durante sus intervenciones en la Asamblea General. También el presidente de la República Checa y la ministra de Relaciones Exteriores de Japón han expresado su preocupación por la situación en el Estrecho de Taiwán. El propio secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, ha reiterado la importancia de mantener la paz y la estabilidad en la región. Confiamos en que la ONU acabe asumiendo su propio principio de "no dejar a nadie atrás" y permita la participación de Taiwán. 

La ONU, sin embargo, ha alegado en alguna ocasión que la Resolución 2758 sobre la política de una China de las Naciones Unidas se lo impide. ¿Qué opina al respecto?

Esta resolución ni afirma que Taiwán sea parte de la República Popular China ni otorga a la República Popular China el derecho a representarnos en la ONU y en sus agencias especializadas. La comunidad internacional debe saber que sólo el Gobierno democráticamente elegido de Taiwán representa a sus 23,5 millones de habitantes en el escenario internacional.

¿Cuál es la postura de Taiwán con respecto a la guerra de Israel y Hamás?

El Gobierno de Taiwán condena los ataques terroristas contra civiles israelíes inocentes que ha llevado a cabo Hamás. Nosotros ya trasladamos inmediatamente el pésame a la representación de Israel en la isla.