Las autoridades japonesas han reportado al menos 57 muertos en la prefectura de Ishikawa, en el centro del país, y más de 100.000 evacuados por el terremoto de magnitud 7,6 que golpeó esta región el lunes. La alerta por tsunami se ha desactivado y se descartan daños en las plantas nucleares del país.
La ciudad de Wajima, a unos 500 kilómetros de Tokio y situada muy cerca del epicentro del terremoto, está resultando la más castigada por el seísmo, que provocó el derrumbe de unos 25 edificios, muchos de ellos casas particulares, en esta localidad de unos 27.000 habitantes.
Se cree que puede haber gente atrapada bajo los restos de 14 de estos edificios, según informa la cadena de radiotelevisión pública NHK citando al cuerpo de bomberos local, que está acometiendo operaciones de rescate.
Entre los fallecidos se encuentran 19 víctimas en la ciudad de Wajima, 20 en Suzu, 5 en Nanao, 2 en Anamizu, 1 en Hakui y 1 en Shiga, según las autoridades de la prefectura, que ha sufrido importantes daños estructurales e incendios. En cada una de estas ciudades, decenas de personas fueron llevadas al hospital y todavía prosiguen las tareas de rescate, por lo que se espera que la cifra de fallecidos se incremente en las próximas horas.
El número de hogares sin luz, principalmente en Ishikawa, se fija de momento en decenas de miles. Por fortuna, las subidas del nivel del mar detectadas en distintas localidades japonesas, e incluso en la vecina Corea del Sur, no causaron daños importantes.
Establecer el alcance de los daños resulta aún complicado por el hecho de que el temblor ha afectado a los servicios de telefonía e internet, además de dañar muchas carreteras.
Los servicios ferroviarios de alta velocidad en la región también se han visto afectados con suspensiones parciales.
Península de Noto
El terremoto del domingo se produjo en la península de Noto, en la costa occidental del centro de la isla de Honshu, la más poblada del país, y alcanzó los 7,6 grados en la escala abierta de Richter.
El temblor tuvo una magnitud de 7 en la escala japonesa cerrada de 7, que se centra en la capacidad destructiva de los temblores más que en su intensidad, según la Agencia Meteorológica de Japón (JMA), que ha dicho que el seísmo ha deparado ya un centenar de réplicas.
El terremoto obligó a su vez a activar la alerta por la posible llegada de olas de hasta cinco metros de altura en Ishikawa y de menor altura en la costa occidental de la islas de Honshu y Hokkaido y el norte de la isla de Kyushu.
Aunque la alerta se ha rebajado, el aviso por posibles subidas de la marea de hasta un metro se mantiene aún en todas estas zonas.
Varias localidades niponas e incluso en la vecina Corea del Sur reportaron ligeras subidas del nivel del mar, pero por el momento no se ha informado de daños graves a causa del agua.
El primer ministro japonés, Fumio Kishida, ha afirmado que él mismo estará al mando de la gestión del desastre: "Seré el director general, movilizaré a las Fuerzas de Autodefensa, a la Guardia Costera de Japón, a los bomberos y a la policía".
El mandatario aseguró que está siendo extremadamente difícil el que los vehículos puedan acceder a las áreas en el norte de la península de Noto y que el Gobierno ha enviado ya suministros por barco.