La candidata a sustituir a David Cameron y actual ministra del Interior británica, Theresa May, ha abierto un nuevo frente en la guerra sucesoria del Partido Conservador: el futuro de los ciudadanos europeos en Reino Unido.
El domingo, May -quien apoyó a Cameron en la campaña del referéndum pero critica la inmigración- dejó a los expatriados comunitarios en el limbo al afirmar que “nadie necesariamente se queda en un sitio para siempre” y que su estatus formará parte de las negociaciones de divorcio con la Unión Europea.
“En este momento somos un miembro de la UE y los acuerdos continúan, por lo que no hay cambios en su estatus ahora mismo. Pero, obviamente, como parte de la negociación tendremos que evaluar este asunto y quiero asegurarme de que no sólo podamos garantizar un lugar para esas personas sino también para los ciudadanos británicos que se encuentran en otros Estados miembros”, aseveró en televisión. “Lo que importa es que habrá una negociación sobre cómo lidiar con esa cuestión”.
Entre dos y tres millones de ciudadanos comunitarios viven en el Reino Unido, mientras que más de un millón de británicos residen en otros países de la Unión. Se estima que hay más de 200.000 españoles viviendo en el país isleño.
Las palabras de May, que parte como favorita en la contienda interna de su formación, han empujado a sus rivales a alzar la voz y a revelar su postura acerca del futuro de los europeos en Reino Unido una vez se materialice el brexit. Los conservadores celebran este martes la primera ronda de primarias, donde se eliminará al candidato que obtenga menos apoyos de sus compañeros en Westminster.
“De ninguna manera serán una moneda de cambio en nuestras negociaciones”, dijo Andrea Leadsom el lunes. Leadsom, que apoyó la salida de la UE y gana impulso en la guerra tory, se ha comprometido a “garantizar los derechos de nuestros amigos de la UE que ya han venido aquí para vivir y trabajar”.
El secretario de Estado de Empleo y Pensiones, Stephen Crabb, ha usado la misma expresión que Leadsom para defender a los europeos que viven en las Islas Británicas. “Yo permitiría a los ciudadanos de la UE que se encuentran ya en Reino Unido continuar sus vidas aquí y esperaría lo mismo para los británicos en la UE. La gente no es moneda de cambio”, tuiteó.
Por su parte, El ministro de Justicia, Michael Gove, quien arremetió duramente contra la inmigración en la campaña por el brexit, ha afirmado que los residentes comunitarios en Reino Unido deben poder permanecer en el país.
“Los ciudadanos de la UE que ya son residentes legales en el Reino Unido deben mantener su derecho a la residencia”, escribió en la red social Twitter acompañando el mensaje de la etiqueta de su campaña por el liderazgo tory.
La presión sobre May por negarse a descartar la posible deportación de ciudadanos comunitarios no ha hecho más que aumentar. Una fuente próxima a la titular de Interior dijo a The Independent que “si prometiéramos [que los europeos que viven en Reino Unido pueden quedarse permanentemente] podríamos ver una enorme afluencia de ciudadanos de la UE que querrían venir aquí mientras aún tienen la posibilidad”.
El Parlamento de Westminster debatió la cuestión el lunes. El Gobierno británico sostuvo que el estatus de los expatriados europeos era una cuestión del nuevo primer ministro y que, por tanto, sólo podía garantizar su situación por el momento.
El secretario de Interior laborista, Andy Burnham, arremetió contra la postura del Gobierno y May asegurando que los comunitarios en Reino Unido tienen vidas y familias en el país y que “cualquier incertidumbre respecto a su derecho a estar aquí es equivalente a vulnerar la vida familiar en nuestro país”.
La bancada laborista en Westminster se dispone a forzar una votación este miércoles para que se descarte utilizar a los ciudadanos comunitarios en las Islas Británicas como herramienta en las negociaciones con Bruselas, informa The Guardian.
Pero los extranjeros que lleven registrados al menos cinco años en el Reino Unido están fuera de peligro, explica a EL ESPAÑOL, Araceli Mangas, catedrática de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense y miembro del Consejo Científico del Real Instituto Elcano.
“El derecho de residencia permanente de los ciudadanos británicos fuera del Reino Unido o de los ciudadanos de la Unión en el Reino Unido obtenido al amparo de la Directiva 2004/38 (que se logra tras cinco años de residencia registrada) se conservará por respeto al principio de seguridad jurídica, y ademas del respeto a los derechos adquiridos por un tratado a su expiración (convenio de Viena sobre el derecho de los Tratados de 1969)”, afirma. “Además su no respeto podría a afectar al Convenio Europeo de Derecho Humanos”.
En una negociación con la UE, el derecho de residencia permanente se podría ampliar a comunitarios que no lleven registrados cinco años, dice la experta.
El debate sobre el futuro de los inmigrantes europeos en Reino Unido se produce después de que estallara un brote de delincuencia xenófoba tras el triunfo del euroescepticismo en el referendo del 23 de junio.