“Napoleón, Hitler, varias personas intentaron esto [un súper Estado], y acaba de forma trágica. La UE es un intento de hacer esto con diferentes métodos”, declaró Boris Johnson en una entrevista en The Telegraph, en plena campaña a favor del brexit un mes antes del referéndum. Así se pronunció este antiguo corresponsal en Bruselas en conversación con el diario del que es habitual columnista, con un artículo semanal de opinión que a menudo levanta ampollas. También ha escrito en publicaciones como el amarillista The Sun y su cargo como alcalde de Londres hasta el pasado mayo también ha puesto a su disposición suficientes micrófonos a lo largo de los años como para que se explayara a gusto.
Entre los británicos también hay voces que ponen el grito en el cielo este jueves por su nombramiento como ministro de Exteriores británico en el nuevo Gobierno de Theresa May anunciado la noche anterior. "Nunca hemos necesitado más la diplomacia. En lugar de ello, tenemos a Boris Johnson", titula The Guardian un editorial, por ejemplo.
Johnson ha tenido palabras de desprecio y críticas sin siquiera la “cortesía aparente e interesada” o el “disimulo” que incluye entra las acepciones de diplomacia el diccionario de la Real Academia de la Lengua. En el nuevo tándem que forma con David Davis, responsable del recién establecido ministerio del brexit, o bien se tendrá que morder mucho la lengua -lo que no parece su estilo- o bien se avecinan unas cumbres europeas y demás encuentros bilaterales más movidos de lo previsto.
Sobre Merkel: “Cínica y desesperada por apaciguar a Erdogan”
Se explayó a gusto criticando la controvertida decisión de Merkel al ceder a la petición del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, para dar luz verde a la apertura de un juicio por un poema satírico que el presidente turco consideraba difamatorio. No mantuvo la neutralidad que se espera de un dirigente extranjero (en aquel entonces no tenía un cargo estatal, pero sí el de alcalde de la capital británica).
“Todo el mundo sabe por qué Angela Merkel está tan cínica y desesperadamente decidida a apaciguar al líder turco (...), y es porque en las próximas semanas y meses podríamos tener otra crisis migratoria en el Mediterráneo oriental”, dijo haciendo gala también del discurso antimigratorio que presidió la campaña por el brexit como tema prioritario junto al económico.
Pero además participó en un concurso convocado por la revista The Spectator que pedía a sus lectores escribir poemas ofensivos sobre Erdogan. Ganó Johnson, llamándole, entre rimas, “formidable gilipollas” o, según la acepción de la palabra wanker, algo peor.
Sobre Obama: “El presidente parcialmente keniano tiene aversión por el Imperio Británico”
Cuando Obama decidió retirar un busto de Winston Churchill del Despacho Oval hace unos meses, Johnson -que es autor de una biografía del histórico primer ministro británico- escribió en The Sun: “Algunos han dicho que era un símbolo de la ancestral aversión del parcialmente keniano presidente al Imperio Británico, del que Churchill había sido un ferviente defensor”.
Obama respondió -sin nombrar a Johnson- que tiene otro busto de Churchill junto a la Sala de los Tratados en la segunda planta de la Casa Blanca, “así que lo veo cada día, incluidos los fines de semana cuando voy a ese despacho a ver un partido de baloncesto”, recogió la BBC.
No era la primera vez que Johnson dejaba entrever racismo en sus comentarios. En 2002, durante una visita de Tony Blair a África, escribió de forma peyorativa sobre los ciudadanos que lo recibirían, llamando piccaninnies, una palabra despectiva para referirse a los niños negros, entre otros descalificativos.Con Obama ya no tendrá que tratar mucho, pues tras las elecciones presidenciales del 8 de noviembre, su sustituto llegará a la Casa Blanca en enero.
Sobre Clinton: “Quiero que Hillary sea presidenta para que Bill sea Primer Esposo"
“Quiero que Hillary Clinton sea presidente”, escribió en noviembre de 2007 en The Telegraph. Lo que se suponía que iba a ser un artículo en apoyo de Hillary Clinton para las primarias demócratas en las que ganó Obama, se hundía por su propio peso al reducirla a mujer florero:
“Para todos los que quieren a EEUU, es hora de pensar en apoyar a Hillary, no porque necesariamente la queramos a ella por sí misma, sino porque queremos a Bill en el papel de Primer Esposo. Y si Bill puede encargarse de Hillary, seguro que [él] puede ocuparse de cualquier crisis global”.
Sobre Trump: “Cuando me confundieron con él fue uno de los peores momentos”
Aunque ambos políticos son amigos de declaraciones polémicas, Johnson no quiere hacer buenas migas con el candidato republicano. En una entrevista con la televisión británica ITV en marzo reconoció que paseando por Nueva York una viandante le había confundido con Donald Trump: “Puaj, ¿ese es Trump?”, había dicho. “Fue uno de los peores momentos”, aseguró Johnson al rememorarlo.
En diciembre pasado ya dijo que “la única razón por la que no visitaría algunas partes de Nueva York es el riesgo real de encontrarme con Donald Trump”. Era la respuesta el entonces alcalde de Londres a unas polémicas declaraciones de Trump en las que había asegurado que algunos lugares de la capital británica “están tan radicalizadas que la policía teme por sus propias vidas”.
Sobre Putin: “Se parece a Dobby, el elfo doméstico [de Harry Potter]”
Hay que admitir que Johnson dice en alto lo que otros políticos piensan pero no reflejan en palabras: “Miren, no soy especialmente fan de Vlad [por Vladimir Putin]. Más bien lo contrario”, escribió cuando la coalición internacional que apoya el combate al Estado Islámico a milicias contrarias a Bashar al Asad en Siria comenzó a tantear la posibilidad de unirse a Rusia en la lucha, a pesar de que Moscú lo hace a la vez que apoya a Damasco y mete en el mismo saco a todos los que no son pro Asad.
Criticó, como otros, el derribo de un avión de pasajeros cuando sobrevolaba Ucrania -cuya autoría no se ha clarificado y la sospecha pesa sobre Moscú- o el envenenamiento del exespía ruso Alexander Litvinenko en Londres -”probablemente aprobado por Putin”, según una investigación parlamentaria del Reino Unido. Pero rara es la ocasión en la que una crítica se queda en palabras sin polémicas: “A pesar de parecerse un poco a Dobby, el elfo doméstico [de Harry Potter], es un tirano “despiadado y manipulador”.
Cuenta la BBC que al recordar esta descripción al portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, tras el nombramiento de Johnson como titular de Exteriores, Peskov ha dicho: “El peso de su cargo actual seguramente provocará un tipo de retórica distinta con un carácter más diplomático”. ¿Usted qué opina?