El jueves el municipio alentejano de Ponte do Sor amanecía conmocionado con la noticia de la bestial agresión sufrida por un menor en una de sus calles esa madrugada. Rubén, de 15 años, había sido arrollado y brutalmente apaleado, de tal manera que había quedado completamente desfigurado y al borde de la muerte; sólo la aparición fortuita de un equipo de limpieza evitó que la conclusión inmediata del ataque fuese su muerte, pues los dos asaltantes se dieron a la fuga al ver llegar la camioneta municipal, dejando a la víctima con el cráneo destrozado, desangrándose en la acera.
Los habitantes de este pueblo de apenas 17.000 habitantes se preguntaban quién habría sido capaz de cometer semejante crimen. A media tarde, la Guardia Nacional Republicana (GNR) dio la sorprendente respuesta a esa incógnita. Lo autores del asalto eran los hijos gemelos de Saad Mohammed Ridha, embajador de Irak en Lisboa.
Ambos fueron detenidos por la mañana, pero pocas horas más tarde los jóvenes iraquíes quedaron en libertad. Como hijos del embajador gozan de inmunidad diplomática, el privilegio jurídico que asegura la inviolabilidad de las misiones diplomáticas, como también la aplicación de la jurisdicción civil y criminal a las personas que la componen. Los gemelos no serán procesados por el crimen.
Atropellado con un coche diplomático
Según fuentes de la GNR hubo algún tipo de encontronazo con los gemelos iraquíes, que actualmente toman clases de aviación en el aeródromo del municipio. La víctima, no obstante, decidió poner fin al asunto retirándose del bar, optando por acompañar su novia hasta su casa.
El menor no notó que los gemelos salían del bar poco después, y que le seguían todo el tiempo –uno a pie, y el otro en un coche de la embajada de Irak con matrícula diplomática–. Una vez dejó su novia en casa y se quedó solo, ellos decidieron atacar.
Rubén intentó huir pero fue alcanzado –y atropellado– por el coche. Una vez inmovilizado, los dos iraquíes se dedicaron a propinarle patadas en la cabeza. Un equipo de limpieza municipal les sorprendió en el acto y ellos huyeron en el coche.
La víctima estaba inconsciente y con la cara completamente desfigurada por la paliza que había recibido. Fue enviado inicialmente al hospital local, pero debido a la gravedad de su estado fue evacuado en helicóptero a un hospital especializado en traumatismos craneoencefálicos en Lisboa.
La GNR y la Policía Judicial lusa pudieron reconstruir los hechos rápidamente, y procedieron a la detención de los gemelos esta mañana. La intervención de los representantes legales de los jóvenes, sin embargo, puso fin casi inmediato a su procesamiento, siendo invocada la inmunidad diplomática de ambos.
La inmunidad de los diplomáticos
La inmunidad diplomática es un elemento fundamental del derecho internacional codificado a través de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961, que garantiza –entre otros factores– que los diplomáticos puedan operar libres de la amenaza de persecución legal en los países en los cuales sirven de representantes.
Los embajadores son considerados “agentes diplomáticos” y disfrutan de un amplio abanico de privilegios en este sentido, gozando de inmunidad de las jurisdicciones penales, civiles y administrativas de los Estados receptores, además de inmunidad personal, que a efectos prácticos quiere decir que las autoridades jurídicas no pueden tocarles (ni para ponerles esposas). La familia inmediata –cónyuge e hijos– de un agente diplomático goza de los mismos derechos que el diplomático acreditado por el Estado.
Históricamente las misiones diplomáticas han generado tensiones por los privilegios acordados por la inmunidad. En ciudades como Londres y Nueva York los diplomáticos son especialmente detestados por los agentes de movilidad ya que violan las leyes del tráfico sin la menor preocupación: sus coches no serán retirados de sitios donde han aparcado indebidamente, y no tienen la obligación de pagar las multas.
Aunque el caso de los gemelos iraquíes es especialmente escandaloso, a nivel de infracción criminal no sería la primera vez que familiares de un diplomático invocan su inmunidad para evitar ser procesados. En 1999 la esposa de un enviado diplomático de Bangladesh ante la ONU invocó su inmunidad al ser acusada de mantener a una sirvienta en un estado de semiesclavitud; había mantenido a la trabajadora encerrada en el apartamento de Nueva York durante meses, abusado de ella físicamente y, al despedirla, le pagó un total de 800 dólares por 10 meses de trabajo.
En octubre de 2013 la policía holandesa intentó detener al diplomático Dmitri Borodin y a su mujer después que esta empotrase su coche contra cuatro vehículos estacionados mientras conducía en estado de embriaguez en La Haya. Borodin y su mujer no sólo invocaron su inmunidad diplomática, sino que el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso exigió una disculpa formal por parte del gobierno holandés por haber violado los derechos de su agente y su familia.
¿Es aplicable la inmunidad diplomática?
En declaraciones a la prensa, el portavoz del Ministerio de Negocios Extranjeros luso afirma que está al tanto del asalto que tuvo lugar durante la madrugada, como también la detención y puesta en libertad de los hijos del embajador iraquí. “Siendo hijos de un jefe de misión diplomática, los jóvenes gozan de inmunidad diplomática según los términos marcados por la Convención de Viena. La inmunidad de jurisdicción penal es absoluta y su renuncia sólo puede ser efectuada por parte del Estado representado por esa misión diplomática”.
Aunque, efectivamente, la inmunidad de un agente sólo puede ser levantada por el Estado que representa, Rafael Calduch Cervera, Catedrático de Relaciones Internacionales de la Universidad Complutense de Madrid, explica a EL ESPAÑOL que en este caso la inmunidad diplomática no debería ser aplicable, por mucho que los jóvenes la invoquen y que el Gobierno luso la respete.
“La inmunidad diplomática no cubre la comisión de flagrantes delitos comunes, y menos cuando se realizan fuera de la sede diplomática,” explica Calduch. El catedrático señala que el Gobierno luso tendría dos opciones para procesar a los gemelos: recurrir a un tratado de reciprocidad entre Irak e Portugal respecto de la jurisdicción penal o, de faltar semejante acuerdo, aplicar la jurisdicción penal lusa.
Si existiese un acuerdo de reciprocidad entre los dos países, Portugal podría retirar el 'placet' de residencia de los inculpados, obligando su salida de territorio luso “previo compromiso de Irak de que cuando lleguen al país sean sometidos a juicio por los delitos presuntamente cometidos. Caso de que el Gobierno iraquí no cumpliese ese compromiso provocaría un incidente diplomático y podría ser causa de rescisión del acuerdo de reciprocidad”.
“Dadas las condiciones del Estado iraquí actualmente, sin embargo, es posible que no exista semejante acuerdo de reciprocidad, y entonces lo normal es que sea competente la jurisdicción penal lusa. En tal caso el Gobierno portugués pedirá al Embajador –o si este se negase, al Gobierno de Irak– que entregue a los presuntos culpables del delito o autorice la entrada en la sede diplomática para su detención”.
No sería la primera vez que un diplomático es entregado a, y procesado por, el Estado que le acoge. En 1997 Gueorgui Makharadze, embajador adjunto de Georgia en Estados Unidos mató a una menor cuando conducía borracho en Maryland. La República de Georgia retiró su inmunidad y entregó a Makharadze, quien fue condenado por el crimen, cumpliendo una pena de prisión de tres años en Carolina del Norte y dos años adicionales en su país natal.
“Si por cualquier motivo el Gobierno de Irak negase la autorización el Gobierno portugués podría someter a control a toda persona o vehículo que salga de la legación diplomática para comprobar que no se encuentran las personas reclamadas judicialmente”, sostiene Calduch. “También puede detenerles en el momento en que traten de salir del país a través de los controles fronterizos de migración”.
Una Convención que se debe salvaguardar
El diplomático luso Francisco Seixas da Costa coincide con el análisis de Calduch, aunque considera poco probable que Portugal busque semejante enfrentamiento con Irak. En vez, el ex embajador considera más probable que Lisboa opte por recurrir a la colaboración de su Ministerio de Exteriores iraquí para hacer cumplir la justicia. “Las opciones sobre la mesa no dependen de Portugal, ni corresponde a Portugal aplicarlas; sólo Irak puede decidir retirar la inmunidad de estas personas”.
“Es verdad que, de confirmarse que son los autores de esta agresión, los responsables podrían resultar impunes?”, preguntaba Seixas da Costa retóricamente, a través de su página de Facebook. “Pues sí, es verdad. Pero ese es el precio que tenemos que pagar para salvaguardar la Convención de Viena”.
“Para evitar que países con regímenes siniestros inventen alegaciones para juzgar a diplomáticos extranjeros, para salvaguardar la libertad y el trabajo de la enorme mayoría de los diplomáticos, la comunidad internacional tiene que pagar el precio que viene con conceder la inmunidad en el ámbito de las legislaciones nacionales”.
“En última instancia”, concluye el diplomático, “si Portugal confirma que estos individuos abusaron la inmunidad que se les fue concedida, el Gobierno puede declararles persona non grata y obligar su salida del país. Pero Portugal no les puede juzgar según sus propias leyes, pues eso sería salirse de las reglas que este país se ha comprometido a seguir”.