El expresidente de Francia y líder de la formación conservadora Los Republicanos, Nicolas Sarkozy, peleará en las elecciones del año que viene por volver a ocupar el cargo que sostuvo entre 2007 y 2012.
Lo ha hecho saber a través de sus perfiles en redes sociales al publicar un adelanto de su libro Tout pour la France (Todo por Francia), que saldrá a la venta la próxima semana por medio de la editorial Plon.
"He decidido ser candidato para las elecciones presidenciales de 2017. Francia exige que se le dé todo. Siento que tengo la fuerza para librar esta batalla en un momento difícil de nuestra historia", reza el anuncio, que confirma lo que todos sospechaban desde el regreso de Sarkozy a la primera línea de la política hace dos años.
El lunes que viene, Sarkozy se apartará de la presidencia de su partido para competir en las primarias que celebra en noviembre. En la contienda interna de Los Republicanos tendrá que verse las caras con su principal rival, Alain Juppé, así como con otra decena de aspirantes. La lucha se anticipa dura, ya que Juppé, ex primer ministro y alcalde de Burdeos, es el político preferido de Francia y ha liderado las encuestas.
El anuncio de Sarkozy llega en un momento en que el Gobierno socialista galo ve su imagen minada por la amenaza terrorista. Dos sondeos divulgados el mes pasado situaban la popularidad del actual presidente, François Hollande, en un 19 y 17%, respectivamente.
"Los próximos cinco años serán los de todos los peligros pero también los de todas las esperanzas", ha escrito Sarkozy. "Este libro es el punto de partida". En su página web, el exmandatario ha hecho disponible un fragmento más extenso de su libro donde enumera cinco desafíos que Francia deberá afrontar en los próximos años. Habla de un debilitamiento de los poderes del Estado y de una crisis de la “identidad de Francia”, que aboga por defender.
Desde la oposición, Sarkozy ha reclamado mano dura contra el terrorismo y la inmigración y continuado la campaña securalista que inició desde el Ejecutivo. Tras el atentado de Niza en julio, el líder de Los Republicanos reclamó "una firmeza y una vigilancia excepcionales" durante un largo periodo, ya que "estamos en una guerra que va a durar, con una amenaza que se renueva sin cesar". En 2011, por ejemplo, prohibió los velos que cubren la cara en todos los espacios públicos.
Un año más tarde, Sarkozy perdió las elecciones contra François Hollande y se convirtió en el primer presidente francés en no ser reelecto para un segundo Gobierno desde 1981, según la BBC. Dos años después se hizo con el control de Los Republicanos y dio pié a los rumores que este lunes se han materializado en su declaración de intenciones de retomar el Elíseo.
De ganar las primarias de su formación política, Sarkozy tendría una oportunidad de vengarse de Hollande en las urnas el año que viene, pero el presidente francés no se ha confirmado todavía como el paladín de los socialistas para estos comicios. En las elecciones regionales del año pasado, Los Republicanos de Sarkozy logró adelantar a los socialistas de Hollande y el ultraderechista Frente Nacional de Marine Le Pen, que sufrió un doloroso tropiezo al no ganar en ninguna región.
Cuando tomó la decisión de optar a dirigir su partido en 2014, Sarkozy recurrió igualmente a las redes sociales y utilizó una retórica similar a la de su anuncio de este lunes. “Soy candidato a ser presidente de mi familia política”, escribió entonces en Facebook. “No hacemos nada grande sin la unidad de la nación. No hacemos nada grande sin esperanza, sin perspectiva”.
Tanto en el Gobierno como en la oposición, Sarkozy ha sido una figura controvertida. Este año ha tenido que responder a las preguntas de las autoridades en una investigación sobre presunta financiación ilícita en su campaña de reelección en 2012, pero Sarkozy niega cualquier negligencia por su parte.