Abucheos al primer ministro Manuel Valls en el paseo de los Ingleses, críticas de la oposición conservadora por los fallos en seguridad a pesar de que Francia se encuentre en estado de emergencia desde los atentados de París el pasado 13 de noviembre… y varias víctimas de Niza quieren pedir responsabilidades al Estado.
Además, el diario Libération asegura este jueves que, al contrario de lo que afirmó el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, la entrada a la zona habilitada para los peatones en el paseo de los Ingleses por donde accedió el terrorista Mohamed Bouhlel no estaba protegida por la Policía Nacional. La información afirma que únicamente había un vehículo de la Policía Municipal vigilando el acceso, en base a "numerosos testimonios" recogidos por el diario y fotografías "que ha podido consultar".
Cazeneuve, cree que hay críticas infundadas al dispositivo de seguridad que protegía a los nizardos el 14 de julio y ha activado tras esta publicación una investigación administrativa, "sin perjuicio de la judicial", sobre el dispositivo policial en la noche del 14 de julio. "Permitirá establecer la realidad del dispositivo, ya que se suceden polémicas inútiles", ha comunicado el Ministerio del Interior francés.
En respuesta al anuncio de Cazeneuve, Libération ha publicado en su portal una de las imágenes que citaba -sin mostrar- en su información inicial. En ella se ve a dos policías -municipales, según el periódico francés- observando el paso de los coches entre las usuales barreras transportables para impedir el paso del tráfico rodado en una calle. François Hollande ha prometido "verdad y transparencia" al respecto.
VÍCTIMAS QUE QUIEREN DENUNCIAR
Thierry tiene 53 años. Vive cerca del paseo de los Ingleses que el pasado 14 de julio se convirtió en el triste escenario de un atropello masivo que acabó con la vida de 84 personas cuando terminaban las celebraciones de la fiesta nacional. Él no estaba presente en ese momento, pero corrió hacia allí para tratar de llevar a un sitio seguro a su pareja, la hija de ésta y a una amiga. Su testimonio lo ha recogido la Agencia France Presse (AFP) : “Me llamaron llorando, el camión las había rozado”.
Cuando fueron a prestar declaración a la comisaría al día siguiente y el policía les preguntó si querían añadir algo a su testimonio, dijeron que querían demandar “contra X y contra todas las personas encargadas de la seguridad, es decir: el prefecto (responsable regional), el alcalde y el organizador de las fiestas, por defecto de seguridad”. Y añade indignado: “¿Estamos en estado de emergencia y se deja un colador así? Soy abuelo, pude perder a mi pareja (…). No entendemos cómo algo así pudo suceder”.
No es el único. Kamel Sahraoui perdió a su hija de dos años, a su sobrino y a su madre. Tahar Mejri perdió a su esposa y a su hijo. Ellos también han anunciado que pondrán una denuncia ante la justicia.
La Asociación Francesa de Víctimas del Terrorismo reconoce su derecho a poner una denuncia pero su portavoz en Niza, Françoise Assus-Juttner, ha planteado a la agencia francesa de noticias: “¿Para qué? No podrán tener nada más que lo que ya prevé el fondo de garantía de las víctimas”. En su opinión, “atacar al Estado, que es por sí mismo víctima del terrorismo, no es muy moral”.
Fallos en la seguridad
"Sabemos que las vías de acceso están prohibidas a vehículos de más de 3,5 toneladas y que los vehículos pesados no circulan los días festivos [el camión del terrorista era de 19 toneladas]. ¿Cómo ha podido pasar esto?", planteaba el martes Mickael, que ha perdido a su pequeño de cuatro años y medio a Le Monde. Él y su mujer son conductores profesionales de vehículos pesados en Niza.
La Fiscalía de París admitió que Mohamed Bouhlel pudo pasar un exiguo control de seguridad con el simple argumento de que llevaba helados para la fiesta. Nadie revisó su camión frigorífico, donde llevaba munición y varias armas que resultaron ser falsas, además de la pistola con la que disparó al menos contra tres policías tras el atropello masivo.
"La noche del 14 de julio, la presencia policial y militar era insuficiente", en opinión del exalcalde de Niza y presidente de la región, el conservador Christian Estrosi. Aquel día 64 policías nacionales, 42 policías locales y 120 militares patrullaban la zona atacada.
A las autoridades francesas y tunecinas, cuya nacionalidad tenía el terrorista -camionero de profesión- no les constaba que hubiera mostrado “nunca” signos de radicalización y creen que tuvo un proceso de fanatización “muy rápido”.
Los nizardos recibieron a Manuel Valls en su visita al lugar de la tragedia entre abucheos. “Asesino”, “dimisión” o “cabrón” fueron algunos de los gritos que el primer ministro francés escuchó en una ceremonia en homenaje a las víctimas. Nicolas Sarkozy, presidente del partido de Los Republicanos, pidió en una entrevista con la televisión TF1 mayor dureza al Gobierno. En su opinión, estamos en “una guerra total”: “será ellos o nosotros”.
MEDIDAS TOMADAS
Aunque las críticas a los fallos en seguridad en Francia se producen desde el ala derecha de la Asamblea Nacional, el Gobierno de Valls no ha tomado medidas suaves en respuesta a los atentados de París el pasado 13 de noviembre.
Su Ejecutivo ha promovido la extensión del estado de emergencia repetidamente desde que lo decratara tras el 13 de noviembre, mientras se enfrentaba a críticas por supuestos abusos como el arresto domiciliario de sospechosos sin presentar pruebas o acusaciones más allá de una decisión policial (el estado de emergencia permite tomar decisiones así sin la intervencion de un juez). La última prolongación iba a cubrir hasta que finalizara el Tour de Francia el 26 de julio, pero tras Niza se prolongará otros tres meses más.
Sarkozy recordó en su entrevista con TF1 sus propuestas de seguridad: imponer un brazalete electrónico o retener en un centro a los individuos sospechosos de radicalismo, cerrar lugares de culto “de los que no queremos en nuestro territorio” o someter a aislamiento a todos los condenados por terrorismo islamista.
Tras el 13-N, Valls declaró que Francia estaba en guerra con Estado Islámico y Francia comenzó su intervención militar junto a Estados Unidos en Siria e Irak. En enero mandó a sus primeros cazas. También el portaaviones Charles de Gaulle ha prestado apoyo logístico en el Mediterráneo para la intervención militar y antes del atentado en Niza ya tenía previsto volver en otoño.
Por otra parte, los medios franceses informaron de misiones secretas de Francia en Libia, donde el EI se está haciendo hueco aprovechando la falta de Gobierno tras la caída de Gadafi. Esa filtración parece corroborarse este miércoles, tras morir tres militares franceses en el accidente de un helicóptero en ese país norafricano. El presidente francés, François Hollande, no ha tenido más remedio que informar al respecto y ha dicho que se encontraban realizando una misión, que no ha concretado.
Sobre suelo francés, también se movilizaron más efectivos después de la tragedia de París y tras el atentado del 14 de julio, Cazeneuve hizo un llamamiento el sábado -dos días después del ataque- a los reservistas. Animó a quienes quisieran movilizarse para ayudar a la protección de la población en una decisión excepcional, más aún teniendo en cuenta que en época estival los reservistas tienen una suerte de permiso vacacional. Esta reserva operacional cuenta actualmente con 12.000 voluntarios; de ellos 9.000 pertenecen a la gendarmería y 3.000 a la policía, especificó el ministro del Interior.
PERO BOUHLEL SE RADICALIZÓ DE REPENTE
Los expertos en terrorismo siempre señalan que es imposible garantizar que no exista riesgo. “Todas las amenazas tomadas nunca garantizarán el riesgo cero”, ha subrayado el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, en una entrevista publicada por Le Monde este miércoles.
En el caso de Niza, además existe la dificultad añadida de un 'lobo solitario' aparentemente inspirado por la propaganda terrorista sin llegar necesariamente a tener contacto directo con nadie del EI. Igual que Bouhlel atacó en Niza con sus medios, este mismo lunes un hombre atacó cerca de Wurzburgo en Alemania, pero anteriormente también habían perpetrado ataques individuos en Orlando (EEUU), Copenhague (Dinamarca), Canadá (Ottawa)… y otros atentados se han parado a tiempo, como cuando en España se producen detenciones de yihadistas o como cuando en Sidney pararon los pies a un joven que estudiaba posibles lugares que atacar.
Los expertos en terrorismo coinciden en que la respuesta militar es necesaria, pero es uno de varios elementos. Parte de la solución un caso como el de Niza pasa por compensar la maquinaria propagandística de Estado Islámico con una contrapropaganda efectiva, como analizó EL ESPAÑOL.
También es necesario compartir información de Inteligencia no sólo con otros países -que en el caso de Niza parece no haber afectado- sino con los ciudadanos, como señaló Carola García Calvo, investigadora de terrorismo del Real Instituto Elcano, recientemente. A veces pueden tener información relevante y es necesario establecer una vía de comunicación entre la Administración y las personas de a pie, además de mostrar cuáles pueden ser los síntomas de una incipiente radicalización. Aun con todo, siempre es mejorable y el riesgo nunca se reduce a cero.
En Francia, la experta en radicacalización Dounia Bouzar, lleva varios años promoviendo esto y el Gobierno francés ha establecido un teléfono especial para ello. En España existe un apartado web en el portal del Ministerio del Interior para denunciar incidencias que puedan advertir sobre una fanatización: “Stop Radicalismos”.
Noticias relacionadas
- "No hay cambio de estrategia de Estado Islámico en la inspiración de individuos”
- Identificadas todas las víctimas mortales de los ataques de Niza
- Los tres días del 'buitre': así merodeó Bouhlel sobre sus víctimas antes de destrozarlas
- Cómo trabaja el grupo que desintoxica a jóvenes yihadistas en territorio francés
- “Todavía hay terroristas activos de la red que atacó París y Bruselas”