“Las mujeres son el último nexo que mantiene a las personas radicalizadas conectadas con la sociedad”. Bajo esta premisa, la eurodiputada independiente y vicepresidenta de la subcomisión de Derechos Humanos del Parlamento Europeo, Beatriz Becerra, promueve AWARE ('consciente' en inglés), la primera Alianza de Mujeres contra la Radicalización y el Extremismo. Se trata de un proyecto piloto para la prevención y lucha contra la radicalización islamista de la mano de mujeres en la Unión Europea (y más allá). Su herramienta principal es una plataforma digital como vehículo de comunicación entre todos los que quieran compartir iniciativas efectivas.
Reconoce que aún es un plan “en estado embrionario” para el que espera conseguir financiación del Parlamento Europeo en octubre. Consiga o no el dinero este año, seguirá adelante con esta iniciativa personal para la que ya ha obtenido el apoyo de figuras y organizaciones destacadas como Nadia Murad, yazidí secuestrada y esclavizada por Estado Islámico (EI) que consiguió huir, o la prestigiosa abogada española, Miriam González Durántez.
¿Por qué un proyecto centrado en la prevención y la lucha a través de las mujeres? Becerra sostiene que “es por razones objetivas: todos los que nos hemos preocupado por profundizar en la realidad del Daesh [acrónimo del árabe para el EI], hemos llegado a la conclusión de que las mujeres tienen un papel fundamental en la radicalización, porque son a la vez objeto y sujeto”.
La fundación Quilliam, un think tank contra el extremismo que se ha unido al proyecto, ha estudiado a fondo la propaganda del grupo terrorista dirigida a las mujeres. En su documento titulado Caliphettes explica que el autodenominado “califato” del grupo terrorista recluta a mujeres en base a cuatro argumentos: obtendrán emancipación, liberación, participación y devoción.
Las mujeres del Estado Islámico
“Las mujeres nutren a Daesh, no solamente como esclavas sexuales que atraen con falsas promesas, sino porque no existe un guerrero yihadista si no tiene mujer”, señala Becerra. Recuerda que las mujeres jóvenes que el grupo terrorista consigue reclutar no son sólo las musulmanas: “Cualquier chica es un caldo de cultivo perfecto para esas falsas promesas: comparten falta de expectativas, malos resultados educativos, falta de sentido de pertenencia, familias desestructuradas...”, comenta Becerra. Si ellas van, ayudan a perpetuarse al grupo terrorista, por lo que según AWARE es primordial evitar que las recluten a ellas.
Lo importante para esta política dedicada a los derechos humanos y ahora focalizada en la tarea de prevención y lucha contra el monstruo terrorista, explica que la Alianza pretende intervenir en el proceso de radicalización que se produce no sólo en las mujeres, sino también en los hombres. El papel de las mujeres es crucial también para prevenir la conversión al terrorismo de los jóvenes europeos que deciden irse a Siria o Irak para unirse al EI o llevar a cabo ataques directamente en su país. “Las mujeres son el último nexo”, insiste, “básicamente, las madres” para convencerles de que no lo hagan.
Precisamente esta semana en Francia han desarticulado una célula yihadista conformada por tres mujeres que pretendían atentar con un coche cargado de bombonas de gas junto a la catedral de Notre Dame de París (cuando no lo consiguieron, fueron a por otro objetivo). Estaban ligadas al Estado Islámico.
Necesidad de compartir recursos
“Una de las promesas [del Daesh] es ésa, que van a participar en esa lucha. Están apelando a los últimos recursos que tienen; es un síntoma de acorralamiento. Están quemando muchas etapas, porque están perdiendo muchos hombres que se suman a sus filas y el suministro de mujeres”, asegura.
Becerra subraya la necesidad de una inteligencia europea para combatir al grupo terrorista y, en realidad, su plataforma digital pretende suplir en parte esa falta (aunque la Agencia contra el Terrorismo en La Haya creada recientemente supone una mejora en este sentido). La inteligencia que ella quiere compartir en AWARE, es la de los ayuntamientos, iniciativas particulares, etc. que puedan aportar “referencias de éxito” y compartir dudas. “Ahora mismo hay muchas organizaciones trabajando planes sistemáticos que no se comparten”, explica Becerra.
Si no recibe financiación en la votación sobre diversos proyectos piloto de todo tipo que se presentarán en octubre ante el Parlamento Europeo, lo volverá a intentar el año que viene, aunque mientras tanto no piensa dejarlo parado. Por el momento, son ella y su pequeño equipo del Europarlamento quienes gestionan la plataforma, pero Google ya le ha mostrado su disposición a ayudar en la parte tecnológica del proyecto.