Human Rights Watch estima que al menos 100 menores no acompañados -quienes no tienen a ningún familiar con ellos- han pasado la noche en Calais al aire libre, después de que las autoridades les desalojaran del campo informal de refugiados y migrantes. Save the Children habla de "decenas de niños, [que] se vieron obligados a dormir a la intemperie después de que se les negara un lugar seguro en Calais". Una ONG llamada Calais Action también estima en un centenar los niños no acompañados abandonados a su suerte el miércoles, en declaraciones a la BBC.
Otros cientos de adultos que tenían su 'hogar' en el campo conocido como la 'Jungla' también han dormido sin un techo sobre sus cabezas, según Le Monde.
"Los niños no acompañados pasaron la noche o en el suelo o buscaron otras posibilidades. A las 23:30 del miércoles había 30 o 40 frente al centro de acogida para menores. También hemos recibido informes sobre otros 30 en una iglesia informal y otros más con quien hablé (me informaron sobre otros menores) en el camino entre la 'Jungla' y el lugar del proceso de registro", detalla por teléfono a EL ESPAÑOL desde la localidad gala el responsable para la infancia de esta ONG de derechos humanos, Michael Bochenek. Para algunos ya ha sido la segunda noche al aire libre.
Tras la demolición de prácticamente todo el campo, Save the Children cuenta en un comunicado que los niños han tenido que dormir bajo puentes, almacenes o en la misma Jungla, "que vive una situación cada vez más inestable, con varios incendios provocados, los puntos de registro cerrados y los alojamientos temporales al completo. Advierte de que "muchos ya han huido por su cuenta tras haber perdido la esperanza de que este proceso les proporcione un futuro mejor".
Dorothy Sang, trabajadora de esta ONG cita el siguiente ejemplo: "Ayer por la noche [por el miércoles], pasamos horas tratando de negociar un lugar para tres jóvenes eritreos; dos tenían 13 años de edad y el otro 14 años. A pesar de sus súplicas, se les negó el refugio y tuvieron que pasar otra noche en la 'Jungla' mientras ésta ardía por los incendios”.
Bochenek explica que los menores de Calais desde el lunes tenían que guardar cola para poder realizar una breve entrevista en la que las autoridades deciden si les registran como menores y a dónde deben ser enviados. A aquellos con familiares en Reino Unido y ,en casos excepcionales, por razones humanitarias les trasladan al otro lado del Canal de la Mancha por un acuerdo entre Londres y París para el desalojo de este campo de refugiados y migrantes informal.
Pero Bochenek denuncia que en varias ocasiones a lo largo de los distintos días ha observado que no se respetaban las filas previstas únicamente para menores o que directamente estaban cerradas. El miércoles la prefectura regional de Calais, responsable de esta gestión, dio por finalizado el desalojo. "Sí, sí: de verdad que hoy es el fin de la 'Jungla', un momento importante y poderoso", afirmó la prefecto Fabienne Buccio. "Pasamos página a una página positiva, porque estas personas serán bienvenidas en Francia y van a poder comenzar una nueva vida".
Pero no todos los que allí vivían habían sido realojados en centros de refugiados, como establece el plan de desalojo, incluidos menores. El Gobierno francés dijo en la noche del miércoles que habían sido evacuados 5.596 migrantes y que 234 menores habían sido enviados a suelo británico, lo que supone aproximadamente el 85% de la población estimada de la 'Jungla', informa Efe. Sin embargo, al tratarse de un proceso voluntario para los adultos, se desconoce el número de migrantes que han podido declinar ser registrados para su reubicación.
"El registro de niños cerró poco después del medio día [el miércoles], a pesar de que 150 todavía estaban en esa fila. No fue posible que obtuvieran las credenciales necesarias para registrarse en el centro de acogida cercano para ellos", asegura este observador humanitario.
Por ello, las autoridades han accedido a abrir durante una hora y media sobre las 14:00 de la tarde de este jueves de nuevo el proceso de registro para menores que habían dado por finalizado. En ese proceso, realizan una breve entrevista de un par de minutos para decidir el siguiente destino de estas personas y decidir si son menores o no. Human Rights Watch no ha podido presenciar las entrevistas, pero sí ha entrevistado después a las personas que forman parte del doble proceso: darles un alojamiento temporal y decidir su destino.
Muchos no tienen documentación y según Bochenek, la decisión se toma en gran parte basada en la "apariencia" de la persona, un hecho que sería gravísimo y que puede dejar desamparados a menores. Asegura que una decisión así no se puede tomar en tan corto espacio de tiempo y que los "estándares internacionales" invitan a registrar también a personas jóvenes como menores aunque puedan tener 18 o 19 años, pues más tarde se puede enmendar el error.
"El resultado fue que muchos simplemente no tenían el tiempo o la oportunidad de ser entrevistados. Otros les negaron arbitrariamente (el registro como menores): la policía les decía que no son menores, usando principalmente la apariencia", asevera. "Hay que dar el beneficio de la duda a una persona que dice que es menor. No hay recurso para apelar la decisión. Es gravísimo, porque pierde todas las protecciones de los derechos del niño".
Bochenek ha podido comprobar personalmente este jueves por la tarde la atención a un centenar de menores y adultos en esa hora y media que las autoridades han habilitado tras las denuncias humanitarias. Les trasladarán en autobuses a otros centros de todo el país, sin diferenciar la edad, y una vez allí, se procederá al proceso de registro de menores, han explicado los agentes al activista. "Al menos este jueves en la tarde estamos viendo alguna resolución del problema", reconoce aliviado.
Los migrantes y demandantes de asilo de Calais proceden en su mayoría de Sudán, Afganistán y Eritrea, todos ellos con conflictos armados internos y muy pobres.