El gibraltareño Paul Cartwright no está dispuesto a permitir que el Gobierno de Theresa May arrastre al Peñón fuera de la Unión Europea sin pelear. Este jueves sus esfuerzos han dado fruto, ya que el Tribunal Superior de Londres ha dictaminado que es necesaria la aprobación del Parlamento para invocar el brexit a raíz de una demanda a la que Cartwright ha contribuido.
“La verdad es que no me lo creo todavía”, cuenta Cartwright, de 50 años, a EL ESPAÑOL con un genuino acento gaditano. “Pero ya esperábamos más o menos esta decisión (…) Los argumentos que dio el Gobierno no eran de lo mejorcito, la verdad, y eso nos dio una indicación de que era muy probable que viniera en nuestro favor”.
Aunque personalmente Cartwright no quiere que se produzca el brexit, explica, el propósito de la demanda es lograr que el Parlamento de Westminster tenga voz en el asunto y el Ejecutivo no pueda activar el artículo 50 de manera unilateral. El Gobierno ya ha anunciado que apelará la decisión, pero sus planes de iniciar el divorcio antes de marzo pueden verse frustrados.
Cartwright asegura que las consecuencias económicas del brexit para el conjunto del Reino Unido le preocupan, pero se muestra especialmente consternado por lo que una salida de la UE puede significar para Gibraltar, donde el 96% de los votos del referendo fueron para el 'sí' a Europa.
“Con el Gobierno que manda en España ahora mismo nunca hemos tenido buenos recuerdos los gibraltareños”, asegura el llanito, de madre española y padre escocés. “No sé qué va a pasar ahora con estos cuatro años más de PP, si van a seguir fastidiándonos en la frontera, en las aguas alrededor de Gibraltar, y estamos con un poquito de miedo”.
La familia de su esposa española reside al otro lado de la raya en La Línea de la Concepción, por lo que Cartwright cruza con frecuencia. Si bien duda de que la frontera se pudiera cerrar por completo, este británico convencido teme que el Peñón se encuentre más aislado. “Nos pueden hacer la vida muy complicada no sólo a los gibraltareños sino a todos los campogibraltareños [habitantes de la comarca de Campo de Gibraltar] que viven allí y trabajan en Gibraltar”, afirma.
Antiguo oficial de aduanas, Cartwright trabaja ahora para el Departamento de Medio Ambiente de Gibraltar, pero se sumó a la demanda contra el Gobierno británico a título personal.
Tras conocerse los resultados del referendo, creó un grupo en Facebook llamado 'Brex-IN', que hoy cuenta con casi 3.500 miembros, para compartir ideas para evitar la salida de Reino Unido de la UE. Su activismo europeísta lo puso en contacto con los impulsores de la demanda, arropada por un grupo variopinto integrado por habitantes de diferentes partes del Reino Unido y expatriados, y decidió unirse.
Cartwright participa en la demanda como “parte interesada” -una figura que no existe en nuestro ordenamiento- y dice representar a los gibraltareños preocupados por la salida de la Unión. También ha asistido con una iniciativa de crowdfunding para financiar la litigación, que ya ha recabado más de 170.000 libras, y contribuido con su propio bolsillo.
El gibraltareño considera que la campaña por el brexit estuvo plagada de retórica xenófoba que buscaba asustar a los ciudadanos y opina que, de haber un nuevo plebiscito, mucha gente daría marcha atrás. “Si hubiera un segundo referéndum hoy en día, sabiendo cómo ha bajado la libra y todo eso, ahora mismo yo creo que ganaríamos”, sentencia.
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