Se podría decir que 2016 fue el año en que Estados Unidos y Europa vivieron peligrosamente.
La primera potencia mundial eligió al magnate inmobiliario Donald Trump para cambiar el rumbo del país tras ocho años con Barack Obama al timón. El Reino Unido votó a favor de abandonar la Unión Europea. Italia rechazó en referéndum la reforma constitucional propuesta por el hoy ex primer ministro Matteo Renzi y precipitó su dimisión. Austria estuvo a punto de escoger a un presidente de ultraderecha. "Populismo" fue, de hecho, seleccionada como palabra del año por la Fundación del Español Urgente (Fundéu). Y estos son apenas algunos ejemplos.
Pero 2017 tal vez podría generar más incertidumbre política para Occidente. Aquí, algunos frentes a tener en cuenta:
DONALD TRUMP ENTRA EN LA CASA BLANCA
El republicano toma posesión este 20 de enero y con él se abrirá un nuevo capítulo en su país y el resto del globo. Aunque el republicano posee un programa, hay quien ni siquiera pretende adivinar cómo será su Administración.
“Sus opiniones cambian dependiendo de su humor, la última persona con la que ha hablado…”, opina un exasesor del Departamento de Estado. “Lo que dice que va a hacer ahora, hace cinco años decía otra cosa complemente distinta”, aseguraba a este diario meses atrás un analista económico estadounidense.
Como presidente electo, Trump ha esbozado lo que parece que serán grandes pilares de su política en apenas 140 caracteres, lo que tiene a muchos preguntándose si realmente sus tuits se traducirán en medidas concretas.
Por ejemplo, el pasado 22 de diciembre escribió que “los Estados Unidos deben en gran medida fortalecer y expandir su capacidad nuclear hasta que el mundo empiece a pensar de manera responsable sobre las cabezas nucleares” sin proporcionar más detalles. Al cierre del año publicaba lo siguiente en Instagram: “¡Mi Administración seguirá dos simples reglas: COMPRA estadounidense y CONTRATA estadounidense!”.
Está por ver con qué sustituirá la reforma sanitaria de Obama que ha prometido repeler o cómo abordará la cuestión migratoria. Expertos anticipan que la relación con China será complicada, lo que puede sacudir toda la región asiática. Asimismo, Trump ha prometido un acercamiento a Rusia, lo que podría cambiar el curso de la política exterior estadounidense.
En su primera rueda de prensa como presidente electo el pasado miércoles, tras cinco meses sin comparecencias de este tipo, Trump reafirmó su compromiso por erigir un muro fronterizo y perseguir empresas que quieran trasladarse al exterior, pero despejó pocas dudas sobre cómo será su Administración.
COMIENZAN LAS NEGOCIACIONES DEL 'BREXIT'
Está previsto que este mes llegue la decisión de la Corte Constitucional británica sobre si el Gobierno de Theresa May debe consultar al Parlamento para invocar el artículo 50 del Tratado de Lisboa. May quiere iniciar las negociaciones de divorcio antes del final de marzo y un veredicto desfavorable podría afectar a su calendario, si bien se han tomado medidas preventivas.
Mientras la Corte Constitucional escuchaba argumentos a favor y en contra de permitir al Gobierno actuar por su cuenta en diciembre, el Parlamento aprobaba una moción -no vinculante- que marcaba el 31 de marzo como límite para la activación del artículo 50. May también se comprometió a publicar su estrategia negociadora antes de dar comienzo a las conversaciones de divorcio. Pero el opositor Partido Laborista, aunque ha prometido respetar la voluntad popular, no quiere renunciar al acceso de Reino Unido al mercado único europeo.
En la mesa de negociaciones entre Reino Unido y la UE se decidirán cuestiones cruciales como la situación de los ciudadanos comunitarios en Reino Unido o de los británicos que viven en el continente.
FRANCIA, ALEMANIA Y PAÍSES BAJOS VOTAN (Y TAL VEZ ITALIA)
Francia celebra comicios en unos meses y las encuestas sugieren que Marine Le Pen, del xenófobo Frente Nacional, podría pasar a la segunda ronda electoral y librar la batalla final por el Elíseo.
Sin embargo, los sondeos señalan que el candidato conservador, François Fillon, de Los Republicanos, ganaría a la eurófoba Le Pen en última instancia, aunque las opciones populistas han demostrado ser capaces de vencer todas las previsiones en las urnas.
De salir victoriosa, Marine Le Pen buscaría organizar un referéndum para sacar a su país de la Unión Europea siguiendo el ejemplo de Reino Unido y materializar el frexit, como explicó en una entrevista con Time en verano.
En Alemania, la canciller, Angela Merkel, se presenta a la reelección debilitada por las críticas a su gestión de la crisis de refugiados y el reciente atentado en Berlín, que dejó doce muertes y decenas de heridos.
El partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD), que cosechó buenos resultados en 2016 en comicios regionales, ha aprovechado la tragedia para arrojar leña al fuego e intentar capitalizar el ataque políticamente. Antes del atentado, sin embargo, los analistas consideraban que la falta de alternativas despejaba el camino a Merkel a la reelección.
En Países Bajos, el Partido de la Libertad de Geert Wilders lidera las encuestas de cara a las elecciones de marzo. Apodado el Donald Trump holandés, Wilder ha adaptado el eslogan del estadounidense a "Hagamos los Países Bajos grandes de nuevo" y se postula como candidato antinmigración.
El político fue declarado culpable el año pasado de incitar a la discriminación por preguntar a sus simpatizantes en un mitin si quieren un país “con más o con menos marroquíes”.
Tras la dimisión de Renzi, el fundador del gobernante Partido Democrático Paolo Gentiloni ha tomado las riendas de Italia. Al final de 2016, el nuevo primer ministro afirmó que por el momento pretende permanecer en el poder. Es probable que este año se celebren elecciones, informa desde Roma Ismael Monzón, pero primero debe reformarse la ley electoral, para lo que todavía no hay plazos.
El partido Movimiento 5 Estrellas del populista Beppe Grillo se ha atribuido la derrota de Renzi en el referéndum y quiere aprovechar la oportunidad para imponerse en las urnas. Sin embargo, en una sorpresiva decisión, los de Grillo intentaron cambiarse de familia política en el Parlamento Europeo para unirse al ampliamente europeísta ALDE, pero la maniobra se acabó viendo frustrada.