Martin Schulz todavía no se ha pronunciado sobre la noticia que han revelado Die Zeit y Der Stern: el vicecanciller alemán y líder de los socialdemócratas alemanes, Sigmar Gabriel, renuncia a presentar su candidatura al frente del SPD para las elecciones del próximo septiembre. El número 2 de la gran coalición socialdemócrata- cristianodemócrata que lidera Angela Merkel no se ve con capacidad de ganar a la canciller y ha preferido allanar el camino al expresidente del Parlamento Europeo, que precisamente abandonó la Eurocámara para volver a la política alemana. Ahora está a un paso de retar a Merkel en las urnas.
"Si me presentase, perdería, y conmigo el SPD", ha reconocido Gabriel en una entrevista con la revista Der Stern. "También hay motivos privados", ha asegurado el político, que va a ser padre por segunda vez. Al parecer tomó la decisión tras ver los resultados de un sondeo encargado por él mismo entre simpatizantes del partido en el que Schulz aparecía como un candidato que daba más confianza a los votantes, explica Die Zeit. Gabriel ha reconocido a ese periódico que su retirada en favor de Schulz es su "deber" como jefe de la formación.
Quiere que Schulz se presente contra Merkel y que además sea el nuevo jefe del partido socialdemócrata. La junta directiva del partido tienen que dar el visto bueno a la propuesta y este mismo miércoles tendrán una reunión extraordinaria, concreta Der Spiegel. Pero todos los medios alemanes dan por hecho que la batalla electoral enfrentará a Schulz con Merkel.
Gabriel ha comunicado su decisión a primera hora de esta tarde a los representantes parlamentarios de su partido. "Se trata de la supervivencia del SPD", ha dicho. Se considera desgastado por conflictos generados durante los últimos siete años, incluidas las negociaciones del acuerdo comercial CETA. Sí que cree que entrar en la gran coalición fue la decisión correcta, aunque no se siente recompensado por ello.
Schulz, de 61 años y a quien Gabriel ha definido como "un excelente político", es un socialdemócrata que ha llevado a cabo una presidencia de la Eurocámara con una implicación política más allá del cargo institucional representativo que había supuesto hasta su llegada, lo que le ha valido críticas positivas y negativas, pero en cualquier caso le ha proporcionado un púlpito que le permite llegar a la primera línea de la política alemana siendo conocido. Fue alcalde de la localidad alemana de Würselen antes de iniciar su carrera como eurodiputado en los años 90.
Gabriel no renuncia a esa primera línea y se convertirá en el nuevo ministro de Exteriores en febrero, cuando Frank Walter-Steinmeier se retirará de esa cartera para presentarse a la presidencia del país, un cargo representativo en el sistema germano.