El nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, considera que el brexit fue una excelente decisión y que habrá otros países europeos que sigan los pasos de Reino Unido y salgan de la Unión Europea. Sostiene que la UE es un vehículo burocrático al servicio de Alemania y que la política de puertas abiertas a los refugiados de la canciller Angela Merkel fue "un gran error". Y califica a la OTAN de organización "obsoleta" cuyos miembros se aprovechan del paraguas de seguridad de EEUU para no gastar en defensa. Sus asesores acusan a Berlín de manipular el euro a la baja para impulsar sus exportaciones y pronostican que la moneda única podría desaparecer en unos meses.
"No puede aceptarse que haya, a través de determinadas declaraciones del presidente de EEUU, una presión sobre lo que debe ser Europa o dejar de ser", ha protestado el presidente francés, François Hollande, a su llegada este viernes a la cumbre de Malta. Se trata de la primera reunión de los jefes de Estado y de Gobierno de los 28 desde que Trump asumió la presidencia y su objetivo es buscar una respuesta común al desprecio y la hostilidad sin precedentes que exhibe hacia la UE la nueva administración de EEUU. "No hay futuro en nuestra relación con Trump si los europeos no actuamos unidos", ha dicho Hollande.
Hasta ahora, la UE ha logrado mantener una línea común, por ejemplo al desmarcarse de iniciativas como el veto migratorio a los ciudadanos de siete países musulmanes. Pero ya empiezan a percibirse diferencias de énfasis. Uno de los más expresivos es precisamente el presidente francés, que pide a Europa que plante cara a Trump.
Más discreta pero igual de contundente, Merkel ha resaltado que su Gobierno no manipula el euro sino que respeta la independencia del Banco Central Europeo y ha tachado de "injustificado" el veto migratorio. A su llegada a Malta, la canciller ha evitado mencionar directamente a Trump. "Europa tiene su destino en sus propias manos", ha subrayado. "Cuanto más claros seamos sobre cómo definimos nuestro papel en el mundo, mejor podremos ocuparnos de nuestras relaciones transatlánticas", ha agregado.
La primera ministra británica, Theresa May, tras varias vacilaciones, también criticó el veto migratorio. Por su parte, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, mantiene un perfil bajo. Los dos han celebrado una breve reunión bilateral antes de la cumbre, pero no han hablado a la prensa. En la Eurocámara, los principales grupos políticos piden que se deniegue el plácet al favorito para ocupar la embajada de EEUU ante la UE, Ted Malloch, por sus declaraciones contra la UE, un gesto que los diplomáticos tachan de "extremo".
Pero el tono del debate en Malta lo ha marcado la carta que envió el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, al resto de líderes para preparar la reunión. En la misiva, Tusk sostiene que la nueva administración de EEUU supone una "amenaza" para la UE al mismo nivel que China, Rusia o el yihadismo. "Por primera vez en nuestra historia, en un mundo cada vez más multipolar, hay muchos que se están volviendo antieuropeos o euroescépticos en el mejor de los casos", avisa el presidente del Consejo. La crudeza de la carta de Tusk ha creado malestar en algunas capitales, que consideran desafortunado equiparar a Trump con el yihadismo.
El presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, también se ha distanciado de las palabras de Tusk. "No me siento amenazado pero hay que explicar las cosas. Porque a veces tengo la impresión de que la nueva administración norteamericana no conoce la UE en detalle. Pero en Europa los detalles son importantes", ha dicho Juncker en La Valeta.
No caer en una hiperreacción
De la cumbre de Malta no se espera en todo caso un mensaje conjunto fuerte contra el nuevo presidente de EEUU. "No queremos caer en una hiperreacción, no podemos estar respondiendo permanentemente a los tuits de ese señor. Debemos adoptar una perspectiva a medio plazo", explica un diplomático. De lo que se trata es de reafirmar los valores europeos, por ejemplo en materia de acogida de refugiados, frente a medidas que se considera que van contra las señas de identidad de la UE, como el veto migratorio de Trump. Y de coordinar la respuesta de la UE a las decisiones norteamericanas y evitar un coro de voces discordantes.
El primer debate sobre Trump tendrá lugar durante el almuerzo de los jefes de Estado y de Gobierno de los 28. Allí se espera que May informe a sus homólogos de su reciente reunión en Washington con el nuevo presidente de EEUU. Por la tarde, los líderes de los 27 volverán a abordar la cuestión ya sin la primera ministra británica. Esta sesión de trabajo estará consagrada a preparar la declaración de Roma, en la que se fijarán las prioridades de futuro de la UE tras el brexit y que se aprobará el 25 de marzo en una cumbre en la capital italiana para conmemorar el 60 aniversario de la construcción europea.
El presidente del Consejo Europeo sostiene que en el actual contexto hostil, la EU debe dar "pasos espectaculares" en ámbitos como el refuerzo de las fronteras, la cooperación en materia de seguridad, el aumento del gasto en defensa o el refuerzo de la política exterior común. "Sólo si estamos juntos podemos ser plenamente independientes", avisa Tusk. La desintegración llevaría a los países miembros a depender de grandes potencias como EEUU, Rusia o China.
¿Acuerdo migratorio con Libia?
Precisamente, la sesión de mañana de la cumbre de Malta, en la que también ha participado May, se ha ha consagrado al refuerzo de las fronteras exteriores. Tras el cierre de la ruta de los Balcanes gracias al acuerdo con Turquía, el objetivo de los líderes europeos es ahora reducir de forma drástica la llegada de migrantes por el Mediterráneo central, es decir, desde Libia a Italia. El año pasado se registró un récord de 181.000 llegadas a través de esta ruta y 4.700 personas murieron en la travesía.
"Con centenares de personas que ya han perdido la vida en 2017 y la primavera acercándose, estamos determinados a tomar medidas adicionales para reducir significativamente los flujos migratorios en la ruta del Mediterráneo central y romper el modelo de negocio de los traficantes", subraya la declaración aprobada por los 28. "Vamos a intensificar nuestro trabajo con Libia en tanto que principal país de salida y con sus vecinos del África Subsahariana y del Norte", añade.
Los dirigentes de la UE son conscientes de que es imposible replicar con Libia el pacto migratorio con Ankara. Sobre todo porque el frágil gobierno de unidad nacional no tiene un control completo sobre el territorio. Pero la estrategia es muy similar: ayudar al Gobierno libio para que impida la salida de los migrantes hacia Europa y los retenga en su país. La Comisión ya ha prometido un paquete de 200 millones de euros para financiar las medidas necesarias.
En concreto, los jefes de Estado y de Gobierno se han comprometido a entrenar, equipar y apoyar a la guardia costera libia. Además, la oficina de policía Europol y la Guardia Europea de Fronteras intensificarán la lucha contra los traficantes de seres humanos.
Finalmente, la UE mejorará la cooperación con la Organización Internacional de Migraciones y ACNUR, que ya trabajan en Libia. Se trata de acondicionar los campos de refugiados, impulsar los retornos voluntarios de los migrantes a sus países de origen y difundir campañas de información sobre los riesgos de la travesía y las escasas posibilidades de quedarse en la UE, ya que Bruselas sostiene que la mayoría de los que llegan por esa ruta son migrantes económicos que no tienen derecho al asilo.
El refuerzo de la colaboración entre la UE y Libia ha provocado alarma entre las organizaciones humanitarias. "Un acuerdo que pretende sobre todo impedir que los inmigrantes lleguen a Europa es peligroso y va en contra de los valores fundamentales de nuestro continente", ha alertado Oxfam. Denuncia que los migrantes "están sufriendo terribles abusos en Libia" que incluyen "hambre, palizas o quemaduras".
"Bloquear a la gente en Libia o devolverlos al país constituye una burla de los llamados valores fundamentales de la UE de dignidad humana y Estado de derecho", señala también Médicos sin Fronteras. "Libia no es un lugar seguro", denuncia esta ONG.
Pese a que el Gobierno de May acaba de publicar un libro blanco sobre la salida de Reino Unido de la UE y pretende activar el divorcio previsiblemente ya el 9 de marzo, no está previsto que los líderes europeos discutan en Malta del brexit.