París

“Solo hay una cosa que me impediría ser candidato: si mi honor fuese dañado, si fuese imputado. Siempre he dicho que en ese caso no podría ser candidato a la presidencia de la República”. Con esta declaración de principios, el pasado 26 de enero en el plató de TF1, François Fillon establecía la única línea roja de su campaña. El candidato conservador parece deshacerse hoy de sus palabras. Fillon ha sido citado por los jueces de instrucción: el próximo día 15 de marzo será imputado por el presunto empleo ficticio de su esposa como asistente parlamentaria. Sin embargo, el aspirante conservador seguirá adelante en la carrera hacia el Palacio del Elíseo.

¿Sobrevivirá Fillon a su "asesinato político"?

Tras cancelar repentinamente su visita al Salón de la Agricultura en París esta misma mañana, un acto indispensable para todo candidato dada la importancia de este sector en el país galo, todo hacía presagiar su retirada. Los rumores sobre su posible sustituto empezaban a circular, sin embargo, Fillon parece decidido a resistir estoicamente. “No cederé, no me rendiré, no me retiraré. Sólo la democracia decidirá nuestro futuro”, sentenciaba el candidato en una comparecencia en su sede electoral.

Pero el candidato de Los Republicanos no sólo se enfrenta ahora a la justicia.

Tras estallar el 'affaire Penelope', la popularidad de quien fuera favorito según los sondeos, no ha dejado de caer en picado. Su campaña, golpeada a base de cacerolazos en sus últimos mítines, se torna más complicada que nunca. “Fillon ha pasado dos años tratando de desmarcarse de Nicolas Sarkozy, presumiendo de honestidad, y reafirmando que él nunca había sido imputado en ningún caso de corrupción. Una doctrina anti-Sarkozy que ha acabado volviéndose contra el mismo”, explica Lucie Delaporte, periodista política encargada de seguir la campaña del candidato conservador para el diario digital Mediapart. Su imputación no le impedirá seguir siendo candidato, “legal y judicialmente no hay nada que pueda frenarle, sin embargo tendrá que lidiar durante los dos próximos meses con una opinión pública poco o nada favorable”, estima Delaporte. 

Y es que, quien fuera máximo defensor de la justicia durante las primarias de la derecha y el centro, denuncia ahora un “asesinato político sin precedentes” y una investigación “llevada a cabo para cargar” contra él. “Sólo el sufragio universal, y no un procedimiento ad hoc en mi contra, puede decidir quién es el presidente de la República”, sentenciaba el candidato. Así, quien fuera primer ministro bajo el mandato de Sarkozy, considera que el Estado de Derecho ha sido “violado” dado que no ha sido tratado “como otro justiciable más”. Una acusación basada en la rapidez de la instrucción del caso y en la decisión de los magistrados de citarle el 15 de marzo, dos días antes de la finalización del plazo para presentar los avales de su candidatura. 

Bajas en su equipo de campaña

Una defensa que parece no convencer a su entorno más cercano. Bruno Le Maire, exministro de Agricultura y responsable de Asuntos Internacionales de la campaña del candidato conservador, presentaba este miércoles su dimisión. “El 26 de enero, François Fillon declaraba ante los franceses que de darse este caso -su imputación-, retiraría su candidatura a la presidencia (…) Creo en el respeto de la palabra dada, es indispensable para la credibilidad de la política”. Con estas palabras, a través de un comunicado, Le Maire retiraba su apoyo al vencedor de las primarias de la derecha. Si bien quien también fuera candidato de estas primarias, “no es un peso político muy importante, dado que obtuvo únicamente el 2,4% de los sufragios, se había convertido en uno de los pilares fundamentales de la campaña de Fillon. Aquellos que apoyaron la candidatura de Le Maire se sumaron a las filas del vencedor de las primarias, lo más probable es que estos acaben retirándose”, analiza la periodista.

Algunos ya lo han hecho. Arnaud Robinet, diputado y alcalde de Reims, anunciaba a través de Twitter que retiraba su apoyo al candidato; Franck Riester, diputado del departamento de Seine-et-Marne, y Alain Chrétien, diputado y alcalde de Vesoul, también se retiraban este miércoles de las filas de Fillon. Y la lista continúa. 

Ante tal panorama, Fillon se verá obligado a reestructurar su propio equipo a tan sólo dos meses de la celebración de las elecciones presidenciales. Pero este no ha sido el único golpe bajo que ha sacudido al candidato conservador. La Unión de Demócratas e Independientes (UDI), apoyo clave de su candidatura, ha anunciado la suspensión de su participación en la campaña. “Fillon mantendrá, empecinado, su candidatura, pero lo hará sólo. Hace dos semanas que ha cambiado su discurso, atacando a la justicia y a los medios de comunicación, y los resultados son catastróficos”, considera Delaporte. 

Fillon es consciente de la importancia de sus avales, “os pido resistir. Lo hago yo, lo hace mi familia. Solo el pueblo, puede decidir”, insistía el candidato durante la rueda de prensa concedida en la mañana de este miércoles. En su defensa, asevera que “la democracia” está siendo desafiada y al margen de “sus errores” promete que no permitirá “que la única elección posible sea la loca aventura de la extrema derecha o la continuidad del 'hollandismo'. (...) No dejéis que nadie os prive de vuestra elección.”

Sin embargo, su discurso tampoco parece calar entre los ciudadanos. Según las últimas encuestas, si las elecciones presidenciales tuvieran lugar a día de hoy, el candidato de la derecha no pasaría ni la primera vuelta.

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