Selfis, fotos antiguas en sepia o posados oteando un horizonte inescrutable. Así es el perfil de Instagram del presidente de Eslovenia, Borut Pahor, que ha hecho de esta red social su circunscripción particular.
Tiene 26,500 seguidores en un país de dos millones de personas y sus fotos superan con facilidad los 1.000 “me gusta”.
Trabajó como modelo para costear sus estudios en Ciencias Políticas, lo que le granjeó el apodo de “Barbie”. Sin embargo, Pahor (Postumia, 1963) no reniega de su mote. Hace cinco semanas publicó una foto en su red social de preferencia donde aparecía siendo maquillado. La imagen iba acompañada del comentario “Barbie, y no un mal tipo”.
Comunista en su juventud, Pahor pasaría a pilotar el centroizquierda en su país. En 2004 abandonó el Parlamento nacional y pasó a representar en la Eurocámara a una Eslovenia recién ingresada en la UE.
En 2008 se convirtió en primer ministro de un Gobierno de coalición cuatripartito, puesto desde el que tuvo que hacer frente a los duros efectos de la crisis financiera. Con Pahor al mando, Eslovenia cerró un conflicto fronterizo con Yugoslavia, pero el debilitado Ejecutivo del socialista acabó colapsando.
En 2012, sin embargo, Pahor salió elegido como presidente de la República con cerca del 70% de los sufragios en segunda vuelta y hoy se mantiene en el cargo con un alto nivel de aprobación.
Instagram parece contribuir a mantener su popularidad a flote. Las celebridades no faltan en su perfil. En una imagen aparece con la actriz y supermodelo Naomi Campbell. En otra, aparece sonriente junto al expresidente de Estados Unidos Barack Obama. “El presidente estadounidense más inspirador desde JFK [John F. Kennedy]”, lee el pie de foto. También ha posado con Hasán Ruhaní, presidente de Irán.
Pahor también ha buscado asumir un perfil diplomático alto en la era Trump. El presidente ha propuesto que Eslovenia sea el escenario del primer encuentro entre el presidente estadounidense, cuya es posa es eslovena, y su homólogo ruso, Vladímir Putin.
En una entrevista con la Associated Press, Pahor defendió su uso de Instagram como una forma de comunicarse con la gente joven en un momento de pérdida de confianza en la clase política, pero reconoció que podía ser tildado de populista. “Acepto el riesgo, pero no es lo mismo el populismo negativo que el populismo positivo”, zanjó.