La Unión Europea respira aliviada tras conocer que el primer ministro holandés, Mark Rutte, se ha impuesto en unas elecciones entendidas como un test para medir la fuerza del populismo nacionalista en el Viejo Continente.
“Esta noche Países Bajos, después del brexit y las elecciones de EEUU, ha dicho basta al tipo equivocado de populismo”, ha proclamado el premier tras conocer los sondeos a pie de urna.
Las felicitaciones, como ha subrayado el propio Rutte, no han tardado en llegar desde otras partes de la UE, que supera la primera cita electoral de un año políticamente difícil con buenas noticias.
Adelantándose al recuento definitivo, la canciller alemana, Angela Merkel, ha telefoneado a su colega neerlandés. “Estoy deseando continuar cooperando como amigos, vecinos y europeos”, le ha dicho la dirigente germana, según un portavoz.
Nada más divulgarse las encuestas a pie de urna, su Ministerio de Asuntos Exteriores lanzaba un tuit para celebrar la derrota del euroescéptico Geert Wilders: “Una amplia mayoría de votantes neerlandeses han rechazado a los populistas antieuropeos. ¡Eso son buenas noticias! ¡Os necesitamos para una #Europa fuerte!”.
El jefe de la diplomacia francesa, Jean-Marc Ayrault, ha hecho lo propio congratulando a los holandeses por frenar el avance de la “extrema derecha”. “Voluntad de trabajar por una Europa más fuerte”, ha sentenciado en la red social.
Desde Italia, el primer ministro, Paolo Gentiloni -que afronta movimientos euroescépticos dentro de sus fronteras como la Liga Norte-, tampoco ha ocultado su entusiasmo. “Sin #Nexit [la hipotética salida de Países Bajos de la UE]. La derecha anti-UE ha perdido las elecciones en Países Bajos. Compromiso común para cambiar y relanzar la Unión”, ha escrito.
El presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, ha dado la enhorabuena a Rutte y su antecesor y aspirante a liderar Alemania, Martin Schulz, afirma sentirse aliviado. “Un voto por Europa, un voto contra los extremistas”, ha dicho el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, al primer ministro holandés, de acuerdo con un portavoz.
Pero pese al entusiasmo, el desafío euroescéptico está lejos de disiparse. Aunque las elecciones de Holanda -donde el voto es excepcionalmente fragmentado- sienten precedente para Francia, allí la líder del Frente Nacional, Marine Le Pen -que defiende organizar un referéndum a lo británico y acapara una cuarta parte de la intención de voto-, podría suponer un verdadero dolor de muelas para los Veintisiete (el Reino Unido se dispone a iniciar el proceso de salida antes de final de mes).
Asimismo, Alemania tendrá comicios en otoño y las encuestas aúpan al ultraderechista AfD, que sin embargo defiende abandonar la UE sólo si no se reforman los tratados.
[Lea en qué se diferencian los distintos movimientos de ultraderecha en Europa]
Y mientras las cuatro grandes potencias -Alemania, España, Francia e Italia- que podrían constituir el núcleo duro de la UE tras la salida de Reino Unido proponen una Europa a dos velocidades donde hay distintos ritmos de integración, surgen reticencias y fracturas ante el temor de que la iniciativa se traduzca en una división de países de primera y segunda clase.
Volviendo al caso de Países Bajos, la derrota de Wilders es un triunfo para la UE con ciertos límites.
“Mientras muchos en la Europa continental suspirarán con alivio si Wilders se queda fuera del Gobierno, el efecto a largo plazo de estas elecciones puede ser más negativo”, alertaba antes de los comicios el experto Rem Korteweg en un análisis para el think tank británico Centre for European Reform (Centro para la Reforma Europa). Ante un Gobierno multipartito de coalición, Wilders será la cara de la oposición y su mensaje ya ha influido la política neerlandesa.
Por otro lado, el voto en Holanda estaba menos marcado por la cuestión europea respecto a otros procesos, afirma Politico (incluso parece que el apoyo hacia la UE ha subido desde el referéndum del brexit).
Pero Países Bajos “persigue una Unión Europea más pragmática y no un cuento federalista”, afirma Korteweg en un artículo de opinión para Carnegie Europe. De hecho, los holandeses votaron recientemente contra un acuerdo de asociación entre la UE y Ucrania.